
Drogas
Búnker «coffee-shop»
La Policía cierra la casa acorazada en la que el clan de «Los Gordos» vendía droga en la Cañada / Cuando los agentes entraron había más de 45 personas comprando o consumiendo sustancias

Una empresa como la regentada por el clan de «Los Gordos» no puede desaparecer de la noche a la mañana. No sólo porque viven de ello decenas familias de la saga y empleados contratados para realizar labores de vigilancia y control de acceso desde hace años, sino porque surten de cocaína y heroína a miles de toxicómanos madrileños cada día, y eso da demasiado dinero como para no extremar las medidas de precaución ante posibles redadas. El negocio a pasado, al menos, por dos generaciones. La estructura de la «macroempresa» es tal, que a pesar de las operaciones policiales, vuelven a renacer en pocos meses. En febrero del año pasado la Policía golpeó el clan y detuvo entonces a trece personas en un gran bunker acorazado en Valdemingómez, en el 54 de la Cañada Real. Pero «Los Gordos» resurgieron poco tiempo después y construyeron una réplica prácticamente exacta un poco más atrás de la vía pecuaria, frente al número 9. Una vez levantada la sede central, volvió la rutina. Hasta hace justo una semana.
El pasado miércoles 19 de enero la Policía Nacional volvió a desmantelar el principal punto de venta de «Los Gordos» y detuvo a 20 personas, ocho de ellos pertenecientes al clan. Como ocurrió en el anterior golpe, no se requisaron armas, drogas ni apenas dinero. Según la Jefatura Superior de Policía quemaron las sustancias estupefacientes a medida que los agentes iban derribando puertas blindadas.
Muchos consideran que el clan no está descabezado y pronto volverán a hacerse con otra parcela en el gran hipermercado de la droga de Madrid, donde nunca han dejado de ser «los amos». El tiempo lo dirá.
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