
Economía
Ay el comercio por César Lumbreras

Habrá más facilidades para abrir comercios y negocios, suprimiendo, por ejemplo, permisos, licencias de apertura y trabas burocráticas. Este es uno de los proyectos estrella que maneja el Gobierno y especialmente los responsables del Ministerio de Economía. Loable propósito el suyo, sobre todo cuando un paseo por las calles de nuestras ciudades nos ofrece una visión que bien podría calificarse de desoladora, ya que se multiplican los locales que están cerrados, o los que anuncian la liquidación por cese de actividad, como consecuencia de la crisis que nos azota, de la que todavía tardaremos en salir. Este fenómeno que afecta al pequeño y mediano comercio del centro de las ciudades y también al de barrio tiene un doble componente. El económico y social de los afectados directamente, es decir, de los propietarios de estos establecimientos, autónomos y pequeños empresarios en su mayor parte, así como de los trabajadores. Sin embargo, también hay otro aspecto que debe tenerse en cuenta y que es preocupante a medio plazo. Se trata del despoblamiento que sufren ya los centros históricos de algunas de nuestras ciudades debido a que no se ha optado por una política de apoyo a la rehabilitación de viviendas, lo que ha provocado que sus habitantes se hayan desplazado a otras zonas con viviendas más modernas y más cómodas. Si a este hecho unimos ahora el cierre del comercio, actividad que da mucha vida, aunque sólo sea por el día, nos podemos encontrar con un panorama desolador en un plazo mucho más corto de lo que nos imaginamos. Ya sé que, con la que cae, éste puede ser un problema menor en el corto plazo, pero no lo es, desde luego, si miramos con un horizonte un poco más amplio.
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