Nueva York

El «sí» más elegante

Pronovias desvela las tendencias en diseño nupcial para cada edad y estilo de mujer

El boceto de Manuel Mota para Pronovias
El boceto de Manuel Mota para Pronoviaslarazon

La pareja ideal para la novia perfecta tiene nombre español: Pronovias. Esta empresa familiar, convertida hoy en el grupo de moda nupcial más importante de nuestro país y uno de los de mayor facturación a nivel mundial, viste por igual a mujeres anónimas, novias de ficción como Elsa Pataky en «Di Di Hollywood», aristócratas europeas, herederas de grandes fortunas con nombre propio y «top models»... Por eso llama la atención que sus orígenes se remonten a un pequeño taller abierto en Barcelona en 1922 y especializado en tejidos de calidad como los encajes y bordados. Un lujo que en aquella época estaba al alcance de la mano exclusivo de la alta sociedad catalana pero que en los 60 comienza una revolución en el sector.

Y es que Pronovias fue la primera empresa en presentar una colección nupcial prêt-à-porter en España: del exclusivo taller tradicional al concepto «democrático» de poder adquirir un vestido de colección en tiendas y franquicias –hoy son más de 150 boutiques y 4.250 puntos de venta repartidos a lo largo de 75 países– y que representa tan sólo uno de los hitos de la firma de novias española que aparece en las versiones online de «biblias» de la moda como Style.com o Instyle.com. Su desfile anual, broche de Pasarela Gaudí Novias, con una cifra de asistentes que ronda los 2.000, se ha convertido en la versión nupcial del célebre «show» de Victoria's Secret: invitados procedentes de todo el mundo, un front row (primera fila) digno de un evento de moda de primer nivel y una producción «a la americana» con juegos de luces, sonido y lluvia de confeti final incluida. Así se ha situado como una de las citas más importantes del año. También es la única firma de novias que cuenta con boutiques en algunas de las zonas de «shopping» más exclusivas del planeta, como New Bond Street y los almacenes Harrod's en Londres, la Quinta Avenida de Nueva York, las inmediaciones a las Galerías Vittorio Emanuele de Milán y, por supuesto, la Milla de Oro madrileña.

¿El verdadero secreto de esta firma? Lo explica Manuel Mota, su director creativo, quien cuenta con una línea propia dentro del grupo, Manuel Mota para Pronovias. «Como empresa familiar, mantenemos unos valores muy arraigados desde la fundación. Unido a cualidades humanas como el compromiso, el trabajo duro y la pasión, definen el ADN de la casa», asegura. Algo fácil de comprobar con el simple hecho de entrar una tienda Pronovias: es una experiencia similar a la de estar en el salón de casa. No existe esa tensión de esas boutiques donde la futura novia no sabe hasta dónde puede o no pedir o exigir.


Gustos definidos
En el universo de Pronovias toda mujer es potencial «habitante», independientemente de la edad, estilo o gusto. Aunque hay unos puntos más o menos recurrentes: «Suelen preferir el color blanco en cualquiera de sus modalidades y tonos, llegan a nosotros muy bien informadas y con gustos definidos, prefieren diseños a medio camino entre la novia y la fiesta y, con mucha frecuencia, en tejidos nobles como el encaje, el mikado de seda y el tul», explica Mota.

¿Algunas de estas «habitantes» reales? A los 20, y ambas en el año 2008, se casaron de Pronovias Amelia Bono e Inés Domecq. La primera, esposa de Manuel Martos (hijo del cantante Raphael y Natalia Figueroa), lució un modelo de alta costura de línea romántica en voile de seda natural en el que destacaban los volantes dobles verticales que daban movimiento a la falda. Por su parte, Inés Domecq, casada con Javier Martínez de Irujo (nieto de la Duquesa de Alba), escogió un diseño de Manuel Mota de línea fluida y realizado en crepé de seda natural con escote semi cuadrado. ¿La estrella del vestido? Un cinturón cruzado a la espalda y realizado en hilo torzal de algodón con bordados de polvo de cristal de roca. El pasado sábado, otra veinteañera, Rocío Escalona, se llevó el «sí, quiero» de uno de los toreros más deseados, José María Manzanares Jr., enfundada en un diseño exclusivo de Mota en tul de seda.

Con «treintaytantos» se casaron también Astrid Gil Casares (con Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, en 2006) y Alejandra Prat con Juan Manuel Alcaraz en 2007. Un impresionante velo de 4,5 metros de largo realizado en tul plumetti protagonizaba el «look» de la Gil Casares, con vestido tipo fourreau de línea lápiz y falda evasé con 30 cms. de cola. Prat optó, sin embargo, por un vestido de línea sirena de encaje chantilly y cola-godet de dos metros bordado completamente a mano a lo largo de más de 200 horas de trabajo.

¿Novia a los 40? Nuria March, casada ensegundas nupcias en 2007 con el empresario José María Pasquín, es un ejemplo ideal. En su caso, lució dos versiones (corta para la ceremonia civil y larga para la fiesta) de un mismo vestido de línea lápiz confeccionados en encaje francés bordado con hilos de oro envejecido y abotonados hasta la rodilla. Incluso las novias embarazadas tienen su hueco. Es el caso de la top model holandesa Doutzen Kroes (fue imagen de la firma en 2008), quien esta misma semana se ha casado luciendo un diseño de corte imperio made in Pronovias que disimulaba su sexto mes de gestación con el DJ Sunnery Jones.