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El reportaje «navideño» de Preysler es de septiembre por Jesús MARIÑAS

Igual que ocurre con las televisiones, las fiestas imponen reposo, tregua y pausa en el hojeo de revistas.

Nati Abascal
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Y si las Pascuas representan descanso y mengua de espectadores para los principales programas, igual sucede con el papel impreso. Van con la trágala a fin de ponerse al día mientras muestran la enorme cicatriz que Nati Abascal ha exhibido en una de sus últimas apariciones. Detalle imperdonable, ¡cómo se le escapó! Parece que incluso presentó protestas a la revista en la que firma. ¿Será el resultado de alguna «lipo», una rotura en la media o un defecto fotográfico? Se devanan los sesos intentando averiguar qué hay tras lo que «la más» muestra sobre la pantorrilla izquierda, algo subrayado por lo corto de su falda. ¿Qué será, será?, se preguntan con más afán de buscarle incorrecciones que de saber el auténtico motivo de la imperdonable falta que ella no pudo ignorar ni pasar por alto.
También siguen comentando con pasmo, elogio y rendida admiración cómo estuvo José Mota en la Nochevieja con Anne Igartiburu, que no pasó por su mejor momento, ni físico ni profesional. Acabó opacada completamente por el carpetovetónico humor del manchego ex componente de Cruz y Raya, a quien vino Dios a ver con la disolución del dúo. Era casi humor de trazo grueso que luego se transformó en caricatura jardielesca con mucho de Gila, Tip y Coll, Quevedo y Doña Rogelia. Filosofía popular elevada al séptimo cielo, dentro de lo que Fernández Flórez definía así: «El humor es la sonrisa de una desilusión». De esto no hay en el reportaje navideño, pero realizado a primeros del pasado septiembre, de Isabel Preysler y Carlos de Inglaterra. En su día, al filo de la insólita «exclusiva», detallamos cómo se hizo con la parafernalia de un montaje protagonizado por el heredero de la corona inglesa y esa noche escocesa, que no tuvo lugar en la residencia londinense de Clarence House, como desinformó alguien. Ana Boyer tampoco se sentó a su derecha como proclamaron entonces. Y si estos días nieva en Escocia, no se entenderían los atuendos primaverales que evidencian el engaño de la cena. Hubo doblete fotográfico, y a revistas como «10 minutos» y «Semana» llegaron reportajes recogiendo lo que estaba previsto como exclusiva. Tras comprar algún material, la agencia habló de error en la distribución y retiraron el material que, de haberse publicado en septiembre, echaría por tierra el dineral invertido por Porcelanosa para hacernos creer que el príncipe Carlos se derrite por sus ladrillos.