Barcelona

Cuestionan el futuro de los «Naranja» y «Limón» Jesús MARIÑAS

Marejadilla en la veterana Peña Primera Plana que, desde hace casi cuarenta años, cada primavera premia o castiga con los «Naranja» y «Limón».

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Aún colea su último reparto y, de mar de fondo, se cuestiona a la junta actual y existen temores de que algunos utilicen el medio para lucrarse.

La última comida de cada martes resultó movidita porque se las cantaron al actual presidente, un señor de rígido ordeno, mando y hago saber. Va por libre, y Agustín Trialasos, inventor de las distinciones que nacieron en Barcelona auspiciadas por «As», expuso quejas, recelos y presunta manipulación. No se calló nada, con la firmeza que otorga ser fundador de la Peña con Hugo Ferrer y comprobar que en ella apenas quedan periodistas. Han sido reemplazados por nombres tan poco representativos como el polémico doctor Rosales o el cómico Tony Antonio, ¡lo que hay que ver! Algunos fuimos despedidos –servidor, Rosa Villacastín o Beatriz Cortázar– por inasistencia, debido a obligaciones laborales que otros no tienen. Fue casi una arbitraria alcaldada que anticipó nuestra retirada disconforme con el mangoneo actual subrayado por Trialasos.

Intentan que las decisiones se deleguen en el abogado Doroteo López Royo, que devuelva los moldes originales de los premios, obra del extinto José Luis Cardona cuando patrocinaba el Loewe de los mejores tiempos. Ahora, una marca cervecera y otra de móviles proyectan subvencionar con 60.000 euros una peña que subsistió casi medio siglo sin más apoyo que la cena ofrecida por el hotel que la acoge.

«¿En qué piensan utilizar ese dineral?», demandó Trialasos enfurecido. «En la última entrega hubo mesas solamente comerciales donde no había ningún informador», insitió. «Hay que poner las cuentas claras», machacó reclamando nitidez ante una posible próxima cena comercial ¡con 400 comensales! Piden hasta una investigación fiscal.

Aseguran que Trinidad Jiménez se enteró de su Premio Especial antes de la votación, una manipulación que levantó ampollas. Decisiones éstas que ponen los pelos como escarpias a veteranos como Javier de Montini, otro de los fundadores y que tiene en su haber el nacimiento en una cena de la pareja Isabel Preysler-Miguel Boyer, hoy un matrimonio sólido. No lo es tanto el futuro de esta entidad. Quizá algunos de sus «Limones» habría que dárselos a la propia asociación, ¡lo que son las cosas!