Noruega

Jimmy Jump: «Bailé en la celda toda la noche»

Unos 150 millones de espectadores vieron su peripecia eurovisiva. ¿El castigo? 1.880 euros. El premio: una popularidad vía internet impagable.

Fotografía de archivo del 03/02/2004 del espontáneo profesional Jaume Marquet Cuna, conocido como Jimmy Jump, en la pasarela durante el desfile de Armand Basi en la Pasarela Gaudí.
Fotografía de archivo del 03/02/2004 del espontáneo profesional Jaume Marquet Cuna, conocido como Jimmy Jump, en la pasarela durante el desfile de Armand Basi en la Pasarela Gaudí.larazon

«El espectáculo debe continuar». Al menos eso asegura el catalán Jaume Marquet Cot, alias Jimmy Jump, el hombre que boicoteó la interpretación de Daniel Diges en Eurovisión, convirtiendo al español en el único artista de la historia del festival que ha interpretado dos veces su canción en el festival sin haber vencido. Ayer, unos minutos después de abandonar la comisaría del distrito de Asker Ogbaerum de Oslo, donde pasó la noche del sábado, Jump no dudó en celebrarlo con su barretina, tomando algo de alcohol y mofándose de lo ocurrido en una entrevista concedida al diario noruego VG. «Bailé en la celda durante toda la noche», comenta el espontáneo profesional, emulando con sus palabras a Elvis Presley. «Es un homenaje al rey del rock y del ‘‘jump''», apostilló.En torno a las tres y media de la tarde dejaba las dependencias policiales en dirección a la Estación Central de la ciudad después de que la Justicia noruega le impusiera una multa de 15.000 coronas, esto es, unos 1.880 euros.

Sin pagar la multa«No sé cómo voy a pagar, pero lo haré. Voy a tratar de obtener una prórroga, porque de momento sólo llevo 300 euros en la cartera», dijo el «freak», que se pasó la tarde del domingo firmando autógrafos y repartiendo fotos de sus anteriores irrupciones en estadios de fútbol. Para aprovechar el tirón de popularidad, ha pospuesto su regreso a España previsto para hoy hasta el jueves.Interesado por el eco de su «hazaña», acudió a un supermercado a comprar los periódicos. «¡Qué salvaje! ¡Qué bueno que soy, si salgo sonriendo!», se jactaba junto a Álex, su compañero de peripecias. A renglón seguido confesaba que «me encontraba nervioso y asustado al entrar en el escenario, pero cuando me levanté fue la sensación perfecta de la libertad. Doy gracias a Dios por este día tan especial, era la primera vez que asaltaba un espectáculo musical». Aclaró que no la armó en Eurovisión «por dinero –también descartó motivos políticos–, sino para romper con las reglas establecidas de la sociedad y ser libre por unos segundos».Y lo logró. Porque ayer en Noruega no se hablaba de la victoria alemana sino de la imagen «bochornosa» –lamentaba la Prensa– que ha ofrecido el país ante este fallo de seguridad de la NBK, la televisión noruega, que asumió la responsabilidad de lo ocurrido. Eso sí, tanto la NBK como la Unión Europea de Radiodifusión (UER) se defendieron argumentando que nadie les informó de la presencia de Jump en la ciudad. Peter Svaar, portavoz de Eurovisión, añadió que no pedirán responsabilidades económicas a Jaume Marquet, ya que «estamos satisfechos de que el asunto esté en manos de la Policía».Mientras Jump vivía su «día de gloria», Diges y los suyos regresaban a España. TVE quiere pasar página y tampoco pedirá más explicaciones. «Estamos agradecidos porque la UER se dio cuenta de que no estábamos en las mismas condiciones que el resto de participantes», manifestó desde Oslo la directora de programas del ente, Eva Cebrián, sobre la repetición de la actuación. De Jump, mejor no hablar. Ya lo dijo todo Uribarri.

Líder en internetAntes de dar su salto eurovisivo, Jimmy Jump, ya se encargó de hacerse notar en las jornadas previas avisando de su peripecia en su perfil de Facebook y montando en Oslo un tenderete de venta de su «merchandising». Ayer internet se rindió a sus pies. Su boicot no sólo se convirtió en el vídeo más visto en Youtube de Europa, sino que dos minutos después del incidente, Wikipedia ya daba cuenta de lo ocurrido, y su web permanecía por momentos bloqueada –¿algún eurofan vengativo?–. Además, el perfil de Facebook del catalán se convirtió en foro de debate y pasó a tener de 9.000 a 30.000 admiradores.

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