Crisis económica

La crisis nos hace todavía más desconfiados

El 57,6 por ciento de los españoles piensa que la mayoría de personas no son de fiar y tiene miedo al engaño, según se desprende del IV estudio 'El nivel de confianza de los españoles' elaborado por la compañía de servicios legales ARAG.

El trabajo de ARAG señala que existe un "alto nivel de desconfianza"en el país y los expertos señalan el engaño como principal motivo de esta situación, ya que el 51,5 por ciento de los encuestados recomienda no confiar en los demás.

Otro de los datos que corrobora el miedo a ser estafados es que el 87,6 por ciento de los españoles ya no se fía del típico "apretón de manos"para cerrar un trato y prefiere ponerlo por escrito.

La coordinadora del estudio, Virginia Tusell, ha asegurado que los resultados han "sorprendido", pero asegura que "cuando alguien tiene una mala experiencia es normal que pierda la confianza en los demás y se vuelva una persona recelosa".

Tusell ha explicado que el estudio, realizado entre más de 4.000 españoles, refleja que el perfil de persona que ha sido engañada con mayor frecuencia en el último año corresponde al de un hombre, de 24 a 50 años y con estudios superiores. Del mismo modo, destaca que, aunque las personas del entorno cotidiano y las empresas son los que más han engañado, un significativo 21,3 por ciento de ciudadanos se han sentido traicionados por su entorno más íntimo, como la familia, la pareja o los amigos.

Un círculo de confianza bien definido
Este miedo al engaño lleva a los españoles a crear un círculo de confianza "bien definido y muy íntimo"a los que se les otorga una nota muy alta para evaluar su confianza, aunque en ninguno de los casos la nota llega al 10, según el estudio. Además, señala que el segundo círculo, pese a que supera el aprobado, queda muy lejos del primero, mientras que el tercero, formado por los desconocidos, sólo consigue una puntuación de 3,2 puntos sobre 10.

En cuanto a la influencia del entorno, ARAG destaca que las personas que residen en entornos urbanos confían más en las personas que las que viven en entornos rurales. Sin embargo, ocurre exactamente al revés en el caso de los vecinos, con quienes el nivel de confianza es muy superior en pueblos de menos de 5.000 habitantes. Por lo tanto, los habitantes de núcleos pequeños confían mucho en sus vecinos pero poco en el resto de personas.

El estudio, desarrollado por el Colegio de Sociólogos de Barcelona, destaca también la baja confianza de la juventud española, ya que siete de cada diez jóvenes cree que el resto de personas no son de fiar y sólo el 32 por ciento considera que los españoles confían normalmente en los demás.

Más desconfiados con la crisis
Por otra parte, el IV Estudio ARAG, destaca que la crisis ha hecho más desconfiados a los españoles y crece la percepción generalizada de que cada vez hay menos personas en las que se puede confiar. Así, apunta que la mitad de los españoles confía ahora menos en los demás que cuando empezó la crisis. En este sentido, indica que "en comparación con hace cinco años, el 48 por ciento es aún más pesimista en este tema y afirma que ahora hay menos personas de fiar que antes".

La coordinadora del estudio ha señalado en este punto que "la desconfianza es uno de los impactos psicológicos de cualquier crisis económica y que afecta, en mayor o menor medida, a varios niveles de nuestra sociedad, desde el individual al familiar y social".

En este sentido, destaca que uno de los principales datos que corrobora que existe una relación entre la crisis y la pérdida de confianza es que las personas más afectadas por la crisis, aquellas que pasan por mayores dificultades, se muestran más desconfiadas que el resto y creen que los demás también lo son. Concretamente, el 64,7 por ciento de los españoles en paro afirma que la gente no es de fiar y el 69,9 por ciento cree que las personas ya no confían en los demás.

"Este dato es muy significativo si tenemos en cuenta que actualmente hay más de 4 millones de parados en nuestro país y que todos ellos parten de un nivel de confianza muy bajo para afrontar el futuro", concluye Tusell.