Sevilla

Último ensayo de las autonómicas

El PP de Arenas ganó al PSOE de Griñán por 300.000 votos en las pasadas elecciones municipales de mayo
El PP de Arenas ganó al PSOE de Griñán por 300.000 votos en las pasadas elecciones municipales de mayolarazon

Sevilla- La incógnita radica en saber por cuántos votos y escaños ganará hoy el PP al PSOE en Andalucía. Otro resultado diferente no entra en las quinielas. Incluso una derrota por escaso margen sería un estímulo para los socialistas y una decepción para los populares. Arenas sumará su segunda victoria consecutiva ante Griñán tras las elecciones municipales de mayo y quedará pendiente el asalto definitivo: las autonómicas.

La crisis económica, el desgaste tras 30 años de Gobierno en Andalucía, la falta de liderazgo de Griñán tras la marcha de Chaves, la pésima gestión de la función pública y el escándalo de la presunta trama de prejubilaciones ilegales y las ayudas arbitrarias a empresas han erosionado la imagen del PSOE en la región. Mientras, el mensaje del PP ha calado: el cambio. Puede resultar ambiguo pero nadie duda de su eficacia. Con 1,2 millones de parados y una economía al borde del colapso, la sociedad demanda cambios y el PP ha sabido patrimonializar esa idea. De esa raíz, emergen el resto de mensajes: reformas y austeridad.
El PP nunca ha ganado unas elecciones generales en Andalucía. Cuando en el año 2000 José María Aznar conquistó la mayoría absoluta, los socialistas le sacaron más de 130.000 votos a los populares en su tradicional feudo. En los dos últimos comicios (2004 y 2008), Rodríguez Zapatero aventajó a Rajoy en 860.000 y 620.000 sufragios. Todas las encuestas coinciden en que el vuelco será histórico.

Los populares pueden ganar en todas las provincias. Según la encuesta del CIS eso se traduciría en lograr entre 34 y 35 escaños de los 60 que se reparten en Andalucía. El PSOE se quedaría en 24 o 25 e IU lograría uno. En cinco de ellas no hay discusión: Almería, Málaga, Granada, Cádiz y Córdoba. Ya en mayo se hicieron con el Gobierno en las cinco diputaciones provinciales, por lo que parece lógico que sólo seis meses después se mantenga la tendencia.
Con una salvedad, en Córdoba, al repartirse 6 escaños, la victoria en votos del PP podría traducirse en un empate en número de diputados. Algo similar ocurriría en Jaén, donde PP y PSOE podrían repartirse a partes iguales los seis diputados que se eligen. En Huelva, al ser cinco los escaños en juego, la victoria está muy reñida. En Sevilla, IU podría conquistar uno de los 12 escaños, rompiendo el empate a 6 y dejando a uno de los dos grandes partidos con 5 escaños y a otro con 6. Si la lista que encabeza Cristóbal Montoro es capaz de lograr la victoria, el resultado sería preocupante para los socialistas.

En Almería, la victoria del PP se prevé apabullante con 4 de los seis escaños y sólo dos para el PSOE. En Cádiz, la lista de Teófila Martínez puede alcanzar cinco de las ocho actas de diputados y dejar a la que encabeza Manuel Chaves con 3. Granada proporcionaría hasta cinco diputados de los siete en juego al PP y Málaga hasta siete de los diez.

Y tras este escenario, ¿qué ocurriría con las autonómicas? Para empezar, el PSOE andaluz tiene aún que celebrar el acto de proclamación de Griñán como candidato a las elecciones andaluzas. No parece probable que la elección del nuevo secretario general del PSOE Federal interfiera en este proceso. El sustituto de José Luis Rodríguez Zapatero –Rubalcaba, Chacón o cualquier otro– no tendría tiempo para influir en esta decisión. El presidente de la Junta confía en que el electorado no castigue por tercera vez consecutiva al PSOE y otorgue su confianza al PP de Arenas, algo histórico. Jugará la baza del miedo: nunca un partido tuvo tanto poder en la historia de la democracia. Con esa premisa, no ha hecho coincidir las elecciones autonómicas con las generales, pese a los deseos de parte del PSOE. Confía en que el Gobierno de Rajoy tome medidas impopulares antes de la cita con las urnas en Andalucía –bien por decisión propia o por imposición de la Unión Europea– y beneficiarse de ese desgaste, lo que impediría al PP conquistar la mayoría absoluta. Sólo así frenaría la tendencia que sitúa a Javier Arenas en la presidencia de la Junta. Ése será el asalto definitivo. De momento, a Arenas le quedan horas para ponerse 2-0.