La vida sigue igual por Reyes Monforte

Tantos años pensando que la socorrida conversación sobre el tiempo en el ascensor había pasado a mejor vida y ahora resulta que no, que continúa entre lo más granado de nuestro repertorio. Esto me reafirma en la creencia de que el hombre propone y la naturaleza dispone, y por lo que vemos, cada día dispone más y con mas ganas, como si necesitara reafirmarse.

Llevamos varias jornadas en las que el habitual saludo de buenos días se ha sustituido por un «pero qué frío hace» que, a decir verdad, a algunos les suena más sincero y sentido. Resulta curioso contemplar cómo mientras a la mayoría se nos ha puesto porte de pingüino añejo y alma de esquimal abandonado venido a menos, los grandes sabios de la meteorología, esos que te hacen una previsión precisa y clara, sin necesidad de enrevesados tecnicismos ni alardes tecnológicos, y que te clavan de lleno si va a llover, nevar, granizar o si se va congelar la cosecha de la temporada, echan mano del sentido común y, mirándonos como si fuéramos marcianos estreñidos, sueltan con toda la naturalidad y normalmente en mangas de camisa: «Pero qué quieren, si estamos en febrero, como no haga frío ahora ya me dirán cuándo lo va hacer».

Y ante semejante razonamiento, no queda más que aguantarse y, como les decía el jueves pasado, abrigarse. No es que me repita, es que la actualidad manda y me aventuro a pronosticarles que, como decían los geniales Tip y Col, la semana que viene hablaremos no del Gobierno, sino del tiempo. La vida sigue igual.