Buenos Aires

García-Margallo prescinde de cuatro embajadores «socialistas»

La Razón
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Madrid- Llegan aires nuevos a nuestras embajadas en el exterior. El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha comenzado la «limpia» para quitarse de enmedio a todos aquellos embajadores vinculados con los socialistas. Ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE) hacía público el cese de los embajadores de España en Argentina, Bélgica, Brasil y los Estados Americanos, todos ellos nombrados bajo el auspicio de Zapatero y vinculados de un modo u otro al PSOE.

Así, dirá adiós al cargo que ocupaba en Argentina desde 2006, Rafael Estrella. Es, sin duda, el que guarda una relación más estrecha con el partido, ya que no sólo fue senador entre 1979 y 1993, año en que dio su salto al Congreso, sino que formó parte del Parlamento Europeo, siempre bajo las siglas socialistas. Su fidelidad tuvo premio, nada menos que la embajada en Buenos Aires, estratégica políticamente por la cantidad de expatriados españoles.

Los otros «despedidos» tienen un currículum más extenso. El nombramiento de Silvia Iranzo como embajadora de España en Bélgica provocó gran controversia dentro del cuerpo diplomático, ya que no pertenece a éste. Sin embargo, si uno atiende a su pasado lo entiende. Procedente del Banco de España, Iranzo llegó a la Secretaría de Estado de Comercio de la mano del entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián.
Trinidad Jiménez, titular de Exteriores, quien, en 2010, la colocó después como embajadora. Carlos Alonso Zaldívar, ex embajador ya en Brasil fue cabeza de lista del Partido Comunista por Álava en las elecciones de 1977 no tuvo reparos en pasarse al PSOE durante los gobiernos de Felipe González. Javier Sancho Velázquez, ya ex embajador observador permanente de España ante la Organización de Estados Americanos (OEA), fue jefe de gabinete de Moratinos. Tampoco era diplomático.

 

Embajador en el fin del mundo
Jesús Miguel Sanz Escorihuela es el embajador de España en Nueva Zelanda, nuestras antípodas. Y desde el viernes, también es el representante de nuestro país ante la República de Kiribati. Este país, que corre serio riesgo de desaparecer bajo las aguas, está compuesto por 33 atolones y una isla volcánica. Sólo tiene 717 kilómetros cuadrados y algo menos de cien mil habitantes.