Historia

Poesía

Dos ejemplos

La Razón
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Agustín Domínguez y Juan Carlos Arteche fueron grandes figuras en campos distintos y clubes diferentes. En 48 horas hemos tenido que despedir a dos seres entrañables que fueron importantes para el fútbol español. Agustín era capaz de solventar en media hora un problema diplomático como el de Belgrado, cuando el avión de Iberia no pudo aterrizar. Volvimos al hotel, tuvimos todos habitación y a la mañana siguiente, una aeronave húngara nos llevó a Budapest donde sí pudo llegar el avión español. Era el organizador por excelencia.
Juan Carlos Arteche fue símbolo de dignidad profesional. No se arredró ante la injusticia. Hizo frente a los despropósitos de Gil y Gil. Él y otros compañeros como Landáburu y Quique Setién, defendidos por el profesor Pérez Espinosa, consiguieron que el derecho fuera dejando en claro que en el deporte los caprichos no son ley.
Agustín pasó del Madrid a la Federación y siguió siendo una especie de albacea testamentario de don Santiago Bernabéu, lo que le llevó a apoyar a doña María hasta su muerte. De la Federación salió por un acto de vergonzante injusticia. Villar cedió a presiones externas. Agustín pasó a ser hombre de la FIFA para grandes organizaciones.
Un madridista y un atlético casi se han ido cogidos de la mano. Si hubiera sido necesario lo habrían hecho. Domínguez jamás abandonó su querencia madridista y Juan Carlos, aunque físicamente no volviera a jugar en su Atlético, moralmente siempre estuvo a su lado. Fueron dos ejemplos.