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Una pareja cumple su sueño de casarse en un globo sobre Segovia

Una pareja de novios ha cumplido hoy su sueño al contraer matrimonio civil en un globo, sobrevolando Segovia, a unos 200 metros de altura, en una barquilla que ha hecho las veces de despacho nupcial para el concejal oficiante y los testigos.

El pamplonica Julio López, de 68 años, y la mujer holandesa Wilma Staal, de 60, viven juntos desde hace 28 años, pero oficializar la unión se debía a que querían una boda distinta, a raíz de que realizaran un crucero alrededor del mundo.El retraso se ha debido también a problemas económicos, no había prisa tampoco, según han comentado a EFE sus allegados, pero hoy han encontrado la forma original de casarse, después de que un amigo les sugiriera la idea, ya que Segovia es una de las ciudades elegidas por los aficionados al vuelo en globo.

El piloto que ha hecho posible la ceremonia aérea ha sido Laureano Casado, director de la empresa Cirros, que organiza actividades de aventura, padre del atleta español Arturo Casado, campeón de Europa de los 1.500 metros. De hecho, junto a esta sala de matrimonios convertida en balcón en el aire, alimentada por dos grandes quemadores a gas, han partido otros cinco globos con otros pasajeros dispuestos a vivir una grata experiencia sobre la Segovia monumental, aunque el viento del noroeste les ha desplazado de la vertical del centro histórico.

Todo ha comenzando muy pronto, sobre las ocho horas, en una mañana fría, porque luego se van creando térmicas y la navegación se hace complicada. Después de que la vela se ha llenado de aire caliente, junto con el piloto y la pareja de contrayentes, han subido hasta ocho personas más, padrinos y testigos, así como el concejal que ha oficiado la boda, el responsable de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Segovia, Andrés Torquemada (PSOE).
Ante una ceremonia tan original no pueden faltar las anécdotas y ha llegado nada más despegar, cuando la novia se ha dado cuenta de que se había dejado en el coche el bolso con los anillos, pero una rápida reacción del piloto ha hecho posible que quienes permanecían abajo sujetaran los cabos y bajaran la nave a tierra.

Con viento de noroeste, el piloto ha colocado el globo a unos 200 metros de altura (656,16 pies), en término del barrio de Madrona, para no salirse del término municipal de Segovia, que es donde tiene poderes el concejal oficiante. Los novios, que no vestían ropa de ceremonia, sino de calle, han escuchado de Torquemada, en pleno vuelo, los artículos del Código Civil y después el poema "Espérame"de Benjamin González, mientras que la novia portaba un ramo de flores, confeccionado principalmente a base de margaritas.

También rozando el cielo, en la barquilla de mimbre, los novios se han intercambiado los anillos y han firmado el acta matrimonial, en un vuelo que ha discurrido con normalidad pero que comenzaron solteros y han aterrizado casados y emocionados de poder haber hecho realidad su sueño. Ya en tierra, la celebración ha sido más tradicional, aunque se ha seguido la costumbre que prevalece en estos bautizos en al aire, como es comerse dos huevos fritos con matanza de cerdo en un restaurante desde el que se aprecia una bella panorámica de Segovia. A la entrada de la pareja ha habido música de dulzaina castellana y lanzamiento de pétalos de rosas por los amigos, sin que haya faltado la frase jubilosa de "vivan los novios".