Andalucía

Pepino y ayudas

La Razón
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El pepinazo alemán ha puesto patas arriba a una buena parte del sector hortofrutícola español. Va a costar tiempo y dinero que en el exterior se recupere la confianza perdida en nuestros productos. Las autoridades alemanas, comenzando por doña Cornelia, fallaron estrepitosamente al acusar a pepinos procedentes de España; fallaron las instituciones comunitarias y las personas que deberían haber gestionado esta crisis, como los comisarios John Dalli (Protección de los Consumidores) y Ciolos (Agricultura), así como el director general de este último, el español José Manuel Silva, que, curiosamente, pase lo que pase, siempre se ha ido de rositas hasta ahora.
Fallaron también las autoridades españolas, especialmente las de Andalucía, que tardaron más de setenta horas en enviar las muestras de pepino y tierra tomadas en Almería y Málaga al laboratorio de referencia de la E-Coli situado en Lugo, a pesar de la urgencia del asunto. Ahora toca echar una mano a los que realmente han resultado afectados por la crisis. Siendo realistas, me parece que, pese a las promesas de los últimos días, al final esas ayudas económicas serán, en caso de que algún día lleguen, muy insuficientes para el daño que se ha causado. A pesar de ello, y por si hay algo de dinero, será importante vigilar que el apoyo vaya a los más afectados y a las pequeñas y medianas explotaciones productoras y exportadoras. Los responsables de las grandes empresas, que manejan la organización FEPEX a su antojo, y también a algunos responsables del Ministerio como Eduardo Tamarit, ya se están moviendo para sacar tajada de la situación, en otra prueba más de su insolidaridad. Hará mal Rosa Aguilar si atiende solo a esta versión moderna de los antiguos latifundistas.