Hamás

Israel descabeza al grupo militar de Hamas en Gaza

El Ejército hebreo lanza una operación aérea sobre la franja y causa 9 muertos. La organización islamista advierte de que se abrirán «las puertas del infierno»

El vehículo en el que viajaba Ahmed Yabari quedó totalmente pulverizado tras el ataque hebreo
El vehículo en el que viajaba Ahmed Yabari quedó totalmente pulverizado tras el ataque hebreolarazon

JERUSALÉN- El Gobierno de Israel sorprendió ayer a sus propios ciudadanos al dar muerte en la ciudad de Gaza a Ahmed Yabari, el máximo dirigente del brazo armado de Hamas, con el disparo directo de un misil desde un helicóptero de la Fuerza Aérea contra el vehículo en el que viajaba. Ése fue el comienzo de una operación más amplia bautizada con el nombre de «Columna Defensiva», de momento de naturaleza aérea, con la que el Ejército de Israel atacó varios blancos al norte y sur de la franja.
Entre los objetivos de este operativo militar en Gaza, el mayor lanzado por Israel desde el fin la misión «Plomo Fundido» en 2009, no sólo estaban otras figuras clave del brazo armado de la organización islamista, sino también la destrucción de importantes depósitos de armas y municiones, sobre todo misiles de largo alcance de tipo «Fajr» de 70 kilómetros de alcance, capaces de impactar en Tel Aviv. Desde el interior de Gaza se confirmó que se habían producido nueve muertos en los distintos ataques de Israel y aproximadamente 30 heridos. Fuentes palestinas informaron de que un proyectil israelí había hecho blanco en una casa particular en Beit Lahia y que allí había varios civiles muertos.

«Israel trata concienzudamente de no involucrar a civiles, pero tiene que hacer algo para frenar el insostenible disparo de misiles hacia el sur, y es responsabilidad de Hamas si coloca depósitos de misiles junto a jardines de infantes y mezquitas. Ése no es su lugar», declaró el general «Poli» Mordejai, portavoz del Ejército hebreo. «El enemigo cree que nosotros bajaremos a los refugios, pero no lo haremos. Será la ocupación la que tendrá que hacerlo», declaró desde Gaza Sami Abu Zuhri, uno de los portavoces de Hamas. En un comunicado, la brigada armada del grupo islamista declaró que con la operación militar se «habían abierto las puertas del infierno». El Ejército hebreo publicó, por su parte, una filmación captada por un avión no tripulado en el que se ve a miembros de una célula palestina intentando ocultar esos misiles de mayor alcance.

Egipto retira a su embajador
«Esto es una guerra e Israel se arrepentirá», reiteró ayer Hamas, que hizo un redoblado esfuerzo por demostrar a Israel que posee capacidad de reacción y ordenó el lanzamiento de 70 cohetes desde Gaza hacia el sur. Cerca de quince impactaron en Beer Sheba, y otros tantos se repartieron entre Eshkol, Ashdod, Ashkelon. Por primera vez, se registraron disparos hacia la ciudad de Dimona, donde se encuentra el reactor nuclear de Israel. «Sabemos que esto no es algo relámpago y que durará días o semanas», admitieron varios ministros del Gobierno que aseguraron que el objetivo último es reducir la capacidad de Hamas de atacar a Israel. Anoche el gabinete de seguridad dio luz verde a la eventual movilización de reservistas en el marco de la ofensiva. El Gabinete también aprobó por unanimidad «seguir actuando con determinación» en la franja y «autorizar al jefe de Gobierno, junto con sus ministros de Defensa y Exteriores, a que decida las acciones necesarias para continuar con la operación».

Israel ha planeado la operación tras meses de continua tensión y alerta en el sur de Israel. Un territorio poblado que vive amenazado constantemente por el disparo de misiles desde la franja de Gaza. En las últimas semanas, a diferencia de lo que había ocurrido en estos tres últimos años, los militantes de Hamas exhibieron imágenes lanzando misiles en una clara provocación a Israel. Hasta entonces, la organización islamista se había mantenido en un discreto segundo plano, e incluso en algunas ocasiones había mediado con otros grupos como la Yihad Islámica para que frenaran su ofensiva contra el sur de Israel.

El martes, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, advirtió de que «Israel decidirá cuándo y cómo responder» y agregó que «el que cree que puede atacar a nuestros civiles y no pagar caro por ello se equivoca». Lo que no se sabía entonces era que ya estaba esperando el momento exacto, el instante en el que alguien confirmaría lo clave: que Ahmed Yabari estaba dentro del objetivo y se podía acabar con su vida.
Desde Egipto, no se tardó en reaccionar y el presidente, Mohamed Mursi, llamó a consultas al embajador israelí, que ayer abandonó el país árabe.

Nadie se hace en Israel ilusiones de que la calma esté a la vuelta de la esquina. En estos próximos días y quizás semanas, el efecto será el contrario. Habrá escalada, intensificación de los esfuerzos de los terroristas por disparar, por mostrar que Israel no alcanza su meta y que ellos continúan imponiendo la dinámica que desean. No es una casualidad que hoy se hayan suspendidos los colegios, las guarderías y las universidades en todo el territorio a 40 kilómetros de la frontera con Gaza. No es casualidad que el Ejército haya desplazado cuatro baterías de antimisiles «Cúpula de Hierro» a las inmediaciones de las principales ciudades de Israel.

Asimismo, el Comando de Defensa Civil impartió ayer por televisión y radio instrucciones claras a la población del sur acerca de cómo proceder en la situación de emergencia que seguro se vivirá estos días. Pero el objetivo de Israel es convencer a Hamas de que hay que romper la dinámica destructiva y recuperar la disuasión perdida.

 

El «cerebro» de los cinco años de secuestro del soldado Guilad Shalit
Difícilmente podría imaginarse un blanco más singular que Ahmed Yabari para intentar estremecer a Hamas y hacerle comprender que comienza una nueva etapa en la que Israel no limitará más sus reacciones a los disparos de misiles desde la franja de Gaza hacia su territorio. Ahmed Yabari no daba órdenes puntuales a cada célula indicando desde dónde y qué disparar, pero era el último responsable de la estrategia terrorista de la organización. Los Servicios de Inteligencia israelíes le consideran el autor intelectual de todos los atentados contra civiles y soldados israelíes. Era necesaria su aprobación, no colocaban cargas explosivas junto al cerco que separa Gaza de Israel, para detonarlas en el camino de patrullas que se hallaban del lado israelí de la frontera. Sin su aprobación, no se traían misiles de largo alcance desde el Sinaí. Sin él, no se intentaba secuestrar soldados ni se lanzaba un misil antitanque hacia un autobús de alumnos en el sur. Sin él, no se habría secuestrado a Gilad Shalit, que al ser liberado (también previa autorización del terrorista) tenía a Yabari siguiéndole de cerca. Ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor de Hamas. Comenzó con sus actividades terroristas en los ochenta y en 1982 fue detenido por Israel, pasando 13 años en prisión. En 1995 fue puesto en libertad y comenzó a ganar posiciones en las filas de la organización. «Soy un luchador en la guerra santa», solía decir. «Donde haya que luchar para servir a Alá, allí estaré», aseguraba. Los aproximadamente 15.000 proyectiles lanzados desde Gaza contra Israel desde 2001, no hubieran impactado sin el consentimiento de Yabari. «Con el poder de la fe, las armas y los misiles, con los túneles y los comandos, alcanzaremos la victoria para Palestina y terminaremos la ocupación de Gaza», dijo en 2010, a pesar de que las colonias judías de la franja se desmantelaron en 2005.