Barcelona- Es medallista olímpica (bronce en Sydney'2000) y mundial (bronce en Osaka'2007), pero no ha conseguido añadir un metal en unos Europeos a su extraordinario palmarés. Ayer tenía su última oportunidad, porque después de los Juegos Olímpicos de 2012 tiene pensado retirarse. Corría en casa, ante su gente, y se había encontrado muy bien durante los días previos a la prueba. Su prueba, los 20 kilómetros marcha. María Vasco era la gran esperanza de la delegación española para inaugurar el medallero nacional, pero una inoportuna y cruel lesión le privó de hacerlo.En el ecuador de la prueba, María dijo basta. «Desde el principio notaba que mi musculatura no estaba relajada, pero he seguido adelante hasta que no he podido más», relataba la desconsolada atleta catalana. Sus lágrimas de rabia, de impotencia, y también de campeona, impactaron a todo el mundo. «¿Por qué?», gritaba una y otra vez abrazada a su entrenador y llorando como una niña. La lesión hizo que la retirada cruzara por su mente, pero su espíritu luchador pudo con todo. «Cuando me llevo batacazos, me levanto. Ahora estoy cabizbaja, pero ya pienso en Londres», remarcó intentando sonreír.Su abandono se produjo en el kilómetro 10, cuando marchaba en el grupo de cabeza. Una distensión en el isquiotibial de la pierna derecha fue la causa. De haber seguido, tendría que habérselas visto con las rusas, que acabaron copando el podio. El oro se lo colgó Olga Kaniskina, que completó su particular trío. Dos veces campeona mundial y una olímpica de 20 kilómetros marcha, sólo le quedaba el cetro europeo.La segunda jornada de los Europeos, que se están disputando en Barcelona, tampoco fue demasiado buena para la delegación española. Hubo pleno en 800, con Marco, Bustos y López pasando a semifinales, y 1.500, con Casado, Estévez y Olmedo ya en la final. Tampoco falló Marta Domínguez, principal baza española para ganar un oro, que se coló en la final de mañana de los 3.000 obstáculos. Berta Castells, martillo, se metió en su primera gran final.