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Cuatro grandes a conciencia

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Comencemos cronológicamente. Y, acaso, por orden de relevancia. Bertolt Brecht es a estas alturas más que un dramaturgo, casi una institución. Pero los otros nombres también tienen un puesto de honor en la escena europea: el austriaco Thomas Bernhardt, el español Juan Mayorga y el francés Enzo Cormann. Una selección azarosa –bienvenida sea– que por una vez ofrece cartelera madrileña.«la boda de lospequeños burgueses»La vigencia de Brecht (Ausburgo, 1898-Berlín 1956) la defiende la compañía canaria Profetas del Mueble Bar, que ha decidido tomarse a guasa, con su habitual estilo colorido, «La boda de los pequeños burgueses», un texto comprometido de juventud del alemán. Lo escribió en 1919, con 21 años, pero allí están ya las claves de su teatro: compromiso, denuncia y afán por despojar de trascendencia el mensaje. Brecht es el primero que en esta comedia no se toma en serio a Brecht. «Pasada la II Guerra Mundial, la crítica social tenía que estar, pero había que dar más importancia a la frescura», explica Carmelo Alcántara, codirector y uno de los protagonistas de esta versión que, reconoce, busca lo carnavalesco: «Cuando León Revuelta nos presentó el diseño, Juan Ramón Pérez (codirector) vio que era lo que quería: se trataba de hacerlo más exagerado». Alcántara cuenta que vieron en Berlín el montaje que se representa desde hace 14 años. «Fue el que más nos ha gustado, la mayoría son serios, y nosotros huimos un poco de eso», asegura. Lo que está claro es que lo que cuenta Brecht en esta boda en la que todo sale mal y en la que se acabará destruyendo hasta el mobiliario sirve para la España del XXI: «Aparentar, tapar, tratar de ser lo que no se es... Todo eso sigue igual –dice Alcántara–. En las bodas y las cenas de Navidad las familias terminan emborrachándose e insultándose. No ha cambiado nada aunque hayan pasado 60 años: la hipocresía es la misma, sea en la clases burguesas o en las inferiores».T. Galileo. Madrid. Hasta el 14 de junio. Martes a domingo. Tel. 91 591 01 06. «Animales nocturnos»Incluir a Juan Mayorga en este enunciado puede parecer a algún lector excesivo. Lo cierto es que es el autor español más aplaudido por la crítica, con la trayectoria más coherente y equilibrada en ese punto en que el pensamiento no da la espalda a la taquilla. Además, no para de estrenar dentro y fuera de España. En Madrid, Producciones Karrusel estrena «Aniomales nocturnos», dirigida por Carlos Bolívar. La sala Beckett y Guindalera estrenaron en 2005 en Barcelona y Madrid, respectivamente, este texto que, en apenas cuatro años, ha crecido en actualidad: «Creo que esa vigencia de la obra tiene que ver con el hecho de que el inmigrante sin papeles se ha convertido en la figura política central –la que nos define políticamente– en España y en todo el mundo», explica Mayorga sobre un texto que trata de cómo alguien puede abusar de su posición dominante sobre su vecino por el hecho de ser un inmigrante para que éste haga lo que él quiere. Y añade: «El hombre indocumentado es la vida humana desnuda, la humanidad misma. En el modo en que lo tratamos se realiza nuestra auténtica concepción de la humanidad, muchas veces enmascarada por discursos grandilocuentes acerca de los Derechos Humanos».Explica Mayorga sobre el concepto de ética o moral aplicado a la escena que «el primer compromiso del arte –y del teatro en particular– ha de ser con el ser humano. Ese compromiso debería obligarle a esforzarse por presentar lo complejo como complejo, frente a los discursos políticos partidistas, que tienden a la simplificación demagógica y al maniqueísmo». No puede ser igual, sin duda, el compromiso entendido hoy que el que imperó hace tres o cuatro décadas en los escenarios: «Si echo un vistazo atrás, como me pides, las dudas de Camus me parecen más ejemplares que las grandes palabras y los grandes silencios de Sartre», reconoce.T. Lagrada. Madrid. Hasta el 14 de junio. Jueves a domingo.Tel 91 517 96 98. «el ignorante y el demente»Las cuatro compañías que vienen a coincidir esta semana en la cartelera madrileña con apuestas interesantes por la dramaturgia europea tienen otra cosa en común: todas son pequeñas o medianas, privadas y, de algún modo, independientes. Tras Brecht, el siguiente de esta lista es el austriaco Thomas Bernhard (Heerlen 1931-Gmunden 1989). La compañía Galanthys repite con un texto suyo tras «Ritter Dene Voss». En esta «nueva versión de «El ignorante y el demente» la compañía de Ana Caleya («este montaje está hecho con la misma sensibilidad que el anterior», cuenta la actriz) ha contado con la dirección de Joaquim Candeias. Bernhardt explora sus obsesiones recurrentes: «Arte y enfermedad marcaron su vida», recuerda Caleya. Para la actriz, esta pieza escrita en 1972, cuando Bernhardt enfilaba su mejor madurez, sobre un padre que depende enfermizamente de sus hijos y una cantante de ópera en su camerino con «la Flauta mágica» mozartiana de fondo, «es un cuento musical» en el que hay humor; pero recuerda que su compañía «trata de buscar un término medio; ahora en Europa se lleva interpretar a Bernhardt casi de forma grotesca, pero no hay que olvidar que sus personajes sufren mucho». Círculo de Bellas Artes. Madrid. De hoy al 31 de mayo. Tel 91 360 54 00. «diktat»El francés Enzo Cormann (Nérac, 1953) es otro de los grandes nombres europeos contemporáneos, aunque el autor de «Sigue la tormenta» apenas pisa nuestros escenarios. Una joven compañía recién creada en Madrid, Teatro 611, se ha atrevido para su debut con esta historia sobre dos hermanastros que se reúnen años después de una guerra fraticida. «No hay que rascar mucho para darse cuenta de que el autor sitúa la acción en la Guerra de los Balcanes», explica el director del montaje, Javier Hernández-Simón. «Montamos la compañía porque a nivel ético y teatral tenemos valores similares a Cormann y echamos de menos un teatro que tenga una base política y social importante», añade el director de este montaje «austero», para dos actores y concebido con un suelo de palés, «la base sobre la que cimentar algo». Y es que, recuerda Hernández-Simón, «la obra es también un pequeño canto a la esperanza: retrata a dos personajes abocados a matarse pero que no pueden evitar amarse el uno al otro». Con este montaje, que denuncia los nacionalismos («cada personaje defiende la primacía de la raza, la necesidad de un espacio para el pueblo. Eso en España, y en toda Europa, lo vemos cada día»), buscan actuar «a la contra de dogmatismos». Y saludan la valentía para programarles del Teatro Fernán-Gómez: «Hoy en día es imposible salirse de ciertos parámetros comerciales y esto es un ejercicio de responsabilidad».Teatro Fernán-Gómez. Madrid. Hasta el 24 de mayo. Te. 91 480 03 00.