Copa del Rey

Pinto

El Barça no encuentra la paz

Pinto paró un penalti cuando el Mallorca ganaba 1-0 y estaba con un hombre más por la expulsión de Cáceres n Messi empató y los azulgrana jugarán la final el 13 de mayo 

El Barça no encuentra la paz
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Castro animó un partido soso y Pinto evitó un nuevo desastre del Barcelona, que no encuentra la paz. Los dos goles de ventaja que tenía el equipo de Guardiola, logrados hace un mes en esta incomprensible Copa, se convirtieron en uno poco antes del descanso. Webó recibió de espaldas, Piqué no le apretó y el camerunés se la dejó de cara a Castro para que fusilara la portería del Barça. Los planes de Manzano se cumplían. Quería un gol y que su rival dudara y todo salió como estaba previsto por el técnico.El Barcelona evidenció en la primera parte todo lo que ha perdido en las últimas semanas. La velocidad, la chispa, la presión. Antes pasaba lo que los azulgrana querían. Mandaban. Ahora los duelos son una lotería. Las líneas están separadas, les llegan más fácil y atacan con más dificultades. Ni la vuelta de Iniesta fue suficiente. El albaceteño casi marca en la primera jugada y siempre que intervino lo hizo con acierto, pero le faltó compañía.El gol encajado tuvo un efecto psicológico. El Mallorca apretó nada más volver de los vestuarios y el Barcelona seguía perdido, sin el toque y las combinaciones que le llevaron a asombrar a todos. Webó avisó al marcar un gol en posición ilegal tras un pase de Keita. Rubinos Pérez acertó. Después llegó la jugada que pudo hundir a los catalanes. Cáceres derribó a Castro en el área: penalti y expulsión. El panorama no podía ser peor, pero Pinto fue el héroe inesperado. El portero miró al lanzador, Martí. «Por aquí», le señaló con el dedo apuntando hacia su izquierda. «Por aquí», repitió. Y allí se tiró. Martí chutó mal, al centro, y Pinto despejó. El Mallorca no aprovechó la superioridad numérica porque le duró poco. En doce minutos ya estaban diez contra diez al ver Josemi la segunda amarilla. Fue por derribar a Messi. Guadiola tuvo que volver a recurrir a él cuando el partido se puso feo. No hay descanso para el argentino, que acabó con la incertidumbre con un gol de vaselina tras un error de Navarro. El quinto partido sin ganar al menos sirvió para llegar a una final.