Argentina

Manuel Pizarro en LA RAZÓN: «El material con el que se construye el futuro es la confianza»

Advirtió ayer, en los encuentros «LA RAZÓN DE...», que España tiene un grave problema de competitividad por falta de calidad institucional y por la inseguridad jurídica n Defiende el modelo de las políticas que aplicó Aznar

«El material con el que se construye el futuro es la confianza»
«El material con el que se construye el futuro es la confianza»larazon

Manuel Pizarro participó ayer en la serie de encuentros bajo el título «LA RAZÓN DE...», en la que diferentes protagonistas de la vida política, económica, cultural y social española visitan la sede de nuestro diario para dar a conocer sus opiniones sobre distintos aspectos de la actualidad. El diputado popular aprovechó esta plataforma impulsada para el debate de ideas y la discusión intelectual para esbozar las razones de la crisis económica y sus consecuencias. A su conferencia y al posterior coloquio-entrevista asistió una nutrida representación de políticos y empresarios.Comenzó su exposición recordando los cinco principios que rigen la economía en el mundo: la globalización, la desintermediación, la información, la competencia y la confianza. «Hay que tener en cuenta que estamos en un escenario en el que compiten empresas con empresas, personas con personas, países con países, confianza con confianza y sistemas jurídicos con sistemas jurídicos». A partir de ahí, señaló que hay tres crisis superpuestas y que la «que tiene más espuma por encima tapa a la crisis importante de competitividad de la economía española».Crisis financiera mundialEl ex presidente de Endesa defiende que detrás de la crisis financiera hay una quiebra de principios y valores. «La gente que ha estado negociando con dinero, la gente que ha estado negociando con títulos y valores y la gente que ha estado negociando derivados le ha perdido el respeto a su oficio y al dinero. Han pensado que el dinero es un fin en sí mismo y que el fin justifica los medios», explicó. Esto provocó que los bancos dejaran de ser bancos para convertirse en vendedores de títulos, que dejaran de ser calificadores de riesgo y se convirtieran en vendedores de títulos que califican otros en su nombre, y que llegaran a no valorar el riesgo porque se limitaban a venderlo.A su juicio, han fallado los propios operadores del mercado, que no sabían lo que estaban vendiendo, y los bancos centrales no han cumplido bien su función: mantener el valor de la moneda e inspeccionar a los bancos. Su tesis es que los bancos centrales han fomentado tipos reales negativos –lo que supone no controlar el valor de la moneda–, mientras la inflación es el principal quebrantamiento de la moneda. Pero tampoco han cumplido su labor los auditores, ni las sociedades de «rating», y así se ha producido una quiebra sistémica de confianza por un fallo en el buen fucionamiento de las instituciones. «Todo eso provoca un inmenso crack en Estados Unidos, se quiebra la división entre bancos de inversión y bancas comerciales y se pierde varias veces el capital de las compañías. En estos momentos lo que estamos haciendo es apagar exclusivamente el incendio, echando dinero encima. No sabemos la cuantía del incendio y tampoco cómo construir el nuevo edificio que hay que levantar», advirtió. Su diagnóstico es que estamos ante una crisis mundial, europea y nacional, ante la que hace falta un rearme moral de principios y una vuelta al respeto de la propiedad. crisis clásica en españaPizarro apuntó que en España hay una crisis nacional especial con un elemento positivo y otro negativo. Lo positivo es que no ha habido prácticamente productos fuera de balance, por lo que los inversores no pueden perder varias veces el capital porque no se lo han estado jugando a la ruleta mundial debido a las estrictas normas impuestas por el Banco de España. El factor negativo es la incidencia mayor de la actividad financiera, porque se han hecho más viviendas y se han dado más hipotecas que en los países del entorno. La consecuencia es que hay más impagos de hipotecas y de viviendas.Por tanto, hay una crisis clásica, pero que se lleva por delante bastantes entidades y que ciega el sistema financiero. Y esto lleva a que la inversión no fluya, a que el ahorro no se produzca y a que se colapse la economía. Crisis propia de competitividadEl ex presidente de Endesa hizo hincapié en la falta de competitividad de la economía española. «Nos está pasando lo mismo que le sucedió a Argentina cuando dolarizaron su economía», precisó. Los indicadores de esa falta de competitividad son, en su opinión, un crecimiento de la inflación muy superior al de nuestros competidores, el déficit de la balanza por cuenta corriente más importante en términos relativos de toda la OCDE y el endeudamiento en un momento de falta de crédito internacional. «Lo que estamos haciendo ahora es lo que haríamos con una devaluación: bajaremos los inmuebles un 20, un 30 o un 40 por ciento; ha bajado la bolsa un 40 o 50 por ciento, como todos los mercados mundiales; los productos han bajado un 20 por ciento; y estamos reduciendo los costes laborales un 15 por ciento, sólo que no bajamos los salarios, sino que despedimos a un 15 por ciento», precisó. Recordó que cuando España ingresó en el euro, éste era un punto de partida, y «así lo entendió el PP ajustando la economía y haciendo las cosas bien». «Creamos más empleo que toda Europa junta durante muchos años, pero esas buenas políticas se abandonaron», se lamentó. En su opinión, buena parte de los problemas de nuestra economía tienen su explicación en la falta de competitividad institucional. «Todo el sistema de seguridad jurídica y de control de administraciones públicas no funciona. Cuando la inflación está al 2 es un 50 por ciento más de inflación que los competidores», dijo. Su receta es que hay que replantearse el Estado de Bienestar y, sobre todo, el de la Justicia. Porque no hay calidad institucional cuando se sabe de antemano qué sentencias van a recaer en función de los jueces que componen una sala y en función de los partidos que han propuesto a esos jueces. «Un país no puede funcionar cuando no hay certidumbre y cuando no hay garantías de convivencia», alertó, antes de señalar el problema de la ruptura de la unidad de mercado con 17 comunidades autónomas generando normas incompatibles unas con otras. «Tenemos una Constitución que se puede quedar en letra muerta si el TC se dedica a interpretar lo que dice el Gobierno en lugar de lo que dice la propia Constitución», mantuvo. ConclusiónEl diputado popular cree que hoy es más necesario que nunca el respeto a la propiedad, a la libertad, a la Justicia y a los valores constitucionales. Concluyó citando la película «El halcón maltés» y la memorable persecución de aquella quimera de oro que, después de muchas vicisitudes, se rompe. «Esto estaba hecho del material con el que se construyen los sueños, un material de codicia, de ambición, de persecución del oro por el oro y encima no era de oro», recuerda que dijo Humphrey Bogart. Pizarro subrayó que el material con el que se construye el futuro es la confianza. «Y un país con confianza es un país en el que sabes lo que te puede pasar, donde no te vas de los sitios sin contar con los socios, donde se cumple la palabra dada, donde no se divide a españoles, donde no se mira para atrás, donde se vuelven a valorar criterios como el trabajo, el esfuerzo personal, el ahorro y el mirar para adelante. Cuando hay confianza la inflación baja, y si sabemos ganar la confianza, que es el material con el que se construye el futuro, estaremos haciendo el mejor bien para nuestro país». Ésta es su receta para superar la actual coyuntura.