Jubilación

Garicano urge a reformar la educación para sacar a España del «atolladero»

Para este experto, hablar de cambios de modelo es absurdo si no hay profesionales formados.

Luis Garicano, en un momento de su intervención de ayer en Navacerrada
Luis Garicano, en un momento de su intervención de ayer en Navacerradalarazon

Navacerrada- O España acomete una profunda reforma educativa, o en un futuro no muy lejano la productividad y la competitividad se meterán en un atolladero de difícil salida. Éste es el diagnóstico que Luis Garicano, catedrático de economía y estrategia de la London School of Economics, hizo ayer en FAES de los principales problemas estructurales que acechan el futuro de la economía española.Garicano enumeró cuatro problemas fundamentales: la productividad, el mercado de trabajo, la investigación y la educación. Pero fue en este último donde cargó las tintas. «La reforma de la educación es fundamental para sacarnos del atolladero de la productividad y la competitividad. Si el 45% de los chicos españoles no sabe prácticamente ni leer ni escribir, el resto da igual», avisó.Poca formación Y es que el economista afirmó que es «muy preocupante» que casi la mitad de los españoles de entre 25 y 34 años no tengan ninguna educación secundaria avanzada. Con estos mimbres, hablar de posibles cambios de modelo, como hace el Gobierno, es un ejercicio «voluntarista, pero en ningún caso viable o razonable», afirmó Garicano.Sus críticas al modelo educativo se hicieron extensivas al mercado laboral, del que afirmó que no funciona. Y no lo hace, según dijo, por varios motivos. Entre otros, porque «no es razonable subir los salarios en sectores en los que la productividad está cayendo. La negociación colectiva se hace al margen de la realidad». Por ello, Garicano pidió que los convenios se negocien o bien empresa a empresa o de una forma global entre Gobierno, patronal y sindicatos para tener una visión de conjunto de la realidad económica y de sus necesidades.En cuanto al mercado en sí, el catedrático de la London School, sin querer entrar en si es o no procedente implantar el despido libre, propuso un modelo mixto. Éste contemplaría un contrato único con una indemnización por despido creciente con el paso de los años, como también pide la patronal CEOE, pero que se combinase con el conocido como modelo austriaco. En este país centroeuropeo, el trabajador acumula un porcentaje del salario bruto en una cuenta individual, gestionada por la Seguridad Social. En caso de despido, el fondo se usa como indemnización para el trabajador. Sin embargo, si el trabajador cambia de empresa, se lo lleva con él y, por lo tanto, no se pierde. Además, si no es utilizado a lo largo de la vida laboral, el fondo se reinvierte en una pensión que puede complementar la financiación de las ofrecidas por el sistema público.