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Las Infecciones que nos transmiten las mascotas

Seis de cada diez españoles tienen un animal de compañía, pero en muchas ocasiones no saben cuidarlo de forma correcta. Leishmaniosis y toxoplasmosis son algunas de los trastornos que contagian al hombre

Las Infecciones que nos transmiten las mascotas
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Son medicamentos de cuatro patas porque estimulan, motivan y nos hacen la vida más agradable, y además no tienen efectos secundarios. Las mascotas propician tal bienestar al hombre que por eso en seis de cada diez hogares españoles habita al menos una. Así lo recoge el estudio de la Feria Profesional del Animal de Compañía «Propet». En España, de hecho, existen cerca de 20 millones de animales de compañía: cinco millones de ellos perros, cuatro millones de gatos, más de siete millones de pájaros y alrededor de cuatro millones y medio de peces.El problema es que, en ocasiones, es tal la integración como miembro de la familia, que no pensamos en todas las necesidades que requieren ni en las consecuencias que puede llegar a tener un cuidado inadecuado. Necesitan su espacio, su higiene y su alimentación especial. Vamos, una media de 1.500 euros anuales.Una de las peores costumbres que solemos adoptar con nuestra mascota, especialmente en el caso de los perros y gatos, es que éstos duerman en la misma habitación que los humanos, incluso en la cama. Según explican desde la Fundación Affinity, no deben hacerlo, ya que así evitaremos posibles riesgos de contagio o infecciones. Además, la mascota tiene que saber cuál su espacio. Compartir camaSin embargo, y pese a los consejos de los veterinarios, un reciente estudio elaborado en la Universidad Estatal de Kansas (Estados Unidos), publicado en el «American Journal of Veterinary Research», afirma lo contrario, esto es, que en realidad aquellos que permiten que sus perros duerman con ellos no son más propensos a contraer infecciones, al menos para los dueños y en lo que se refiere a la bacteria Escherichia coli, una de las más abundantes en el tubo digestivo de los mamíferos pero que, si se transmite a una localización del organismo que no es la suya, se puede convertir en patógeno. Kate Stenske, profesora adjunta de la Escuela de Medicina Veterinaria de la universidad explica que «sabemos que alrededor del 75 por ciento de las patologías emergentes son zoonóticas, es decir, transferibles entre los seres humanos y otros animales». Para el estudio, Stenske examinó las muestras de heces de perros y sus amos y analizó los rastros del ADN de las bacterias de animales y humanos. De esta forma halló que sólo el diez por ciento de las parejas mascota-propietario tenía las mismas cepas de E. coli y que éstas eran más resistentes a los antibióticos comunes de lo esperado. Stenske especifica que «esto hace pensar que los perros son menos susceptibles a muchas bacterias de propagación E. coli que sus dueños, pero tal vez los propios amos puedan transmitírselo a sus perros». En definitiva, el problema no está en mantener contacto estrecho con el animal, sino el lavarse bien después de hacerlo. De hecho, según la investigación estadounidense, sí existe una relación entre la E. coli resistente a los antibióticos y los dueños que no se lavaban las manos después de acariciar a sus perros o antes de cocinar.ToxoplasmosisOtro de los riesgos que generan los animales de compañía, en concreto, el gato, es la toxoplasmosis, una enfermedad infecciosa ocasionada por el parásito Toxoplasma gondii. Aunque en la mayoría de los casos suele ser asintomática y como mucho, –según apuntan desde la Fundación Affinity–, se asemeja a una gripe, lo cierto es que en las mujeres embarazadas o los individuos con problemas de inmunodeficiencia las consecuencias pueden ser graves. Y es que este felino es la única especie animal que transmite la forma contagiosa del parásito y sólo lo puede hacer una vez en su vida. ¿Y cómo ocurre? El gato debe infectarse previamente comiendo un ratón, un pájaro o carne cruda ya infectada. (El gato casero no suele salir de casa, por lo que la infección es prácticamente nula). No obstante, si finalmente se produce el contagio, el felino liberará el parásito a través de las heces.Para evitarlo, los veterinarios aconsejan limpiar la caja de la mascota a diario, lavarse las manos varias veces al día, no comer carne cruda o poco hecha y quitar la piel o lavar las hortalizas antes de consumirlas. Otra de las infecciones posibles es la hidatidosis. Desde la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (Amvac), explican que «en el hombre se caracteriza por la aparición de quistes que constituyen la fase larvaria de una tenia. Esta tenia se localiza en el intestino delgado del perro que está parasitado. La tenia no llega a desarrollarse en personas y el parásito queda en su fase larvaria formando quistes en hígado o pulmón. El hombre puede adquirir la enfermedad por contacto directo con perros infectados, o indirecto, por consumo de aguas, vegetales y otros objetos contaminados con heces de perros o cánidos silvestres parasitados».La lista continúa con la leishmaniosis, que afecta a la salud del perro y puede llegar a ser muy grave. De forma ocasional puede afectar al ser humano. «Es una enfermedad contagiosa de los animales a los hombres, especialmente para niños y personas inmunocomprometidas. Está provocada por un parásito del género Leishmania que invade diferentes órganos del perro provocando lesiones de distinta consideración. Su sintomatología clínica es variada y frecuentemente provoca lesiones en piel y riñón», añaden en Amvac. Se transmite a través del «mosquito» flebotomo que inocula el parásito al picar al perro.Otros parásito internos son los nematodos, unos gusanos cilíndricos de vida parasitaria. «Pueden encontrarse en el intestino, hígado, pulmón, etc. de canes y gatos infectados. En el hombre afecta más a los niños y en los perros y gatos también es más frecuente en cachorros». La leptospirosis es una enfermedad infecciosa transmisible al hombre que afecta a diversas especies animales. El microorganismo se aloja en los riñones y se excreta por la orina durante largos períodos de tiempo. La infección normalmente se adquiere por contacto de la piel o membranas mucosas (oral, conjuntival, nasal) con la orina infectada. Cabe mencionar que todas estas enfermedades infecciosas se controlan con una visita rutinaria al especialista. Porque la convivencia con un animal que ha seguido las revisiones y controles veterinarios no debe suponer ningún riesgo para la salud.Lo que comenDentro del «prospecto» que incluyen nuestras mascotas hay que hacer especial hincapié en la nutrición, precisamente uno de los puntos flacos de los dueños. Porque pocos pueden evitar compartir la comida, especialmente con el can, y aficionarle al «picoteo». El pienso, seco o húmedo, (En España se usa más el primero porque resulta más práctico y económico) es el menú que deben seguir. Desde Amvac, explican que «es importante que ingieran una dieta equilibrada, que es la que satisface sus necesidades energéticas y proporciona los nutrientes adecuados y las dietas caseras no suelen ser equilibradas. Se puede pensar que alimentamos correctamente a nuestro perro o gato dándole una dieta parecida a la nuestra pero eso es un error».Pero, sin duda, la enemiga más común y más presente es la temida alergia. Según explica Pedro Ojeda, secretario de la Sociedad Española de Alergia, los síntomas principales son la rinoconjuntivitis y el asma, algunas urticarias de contacto. El desencadenante suele ser el epitelio del animal. Ojeda advierte de que «no se desarrolla la alergia nada más entrar en contacto, sino que el sistema inmunitario se va viendo afectado. Lo que ocurre es que, al estar en contacto habitual con la mascota, generamos cierta tolerancia», de ahí que en ocasiones no nos percatemos hasta pasado un tiempo de que nuestro animal de compañía nos produce tan incómodos síntomas.De modaEsos mismos síntomas son los que llevan a consulta a muchos pacientes, pero no ya por un can o un gato, sino por animales más exóticos, como hamsters siberianos, hurones, iguanas o erizos. Todo un fenómeno social que ya ha desencadenado consecuencias inesperadas, ya que el contacto con estos seres está provocando la aparición de nuevas alergias. De hecho, en España los alergólogos ya diagnostican alergias provocadas por serpientes, iguanas y hurones. «La mayoría de la gente las asocia con animales de pelo y no con reptiles, porque la reacción alérgica a estos últimos es menos frecuente debido a que no tienen el mismo tipos de pelo. Sin embargo, ya se han publicado estudios que demuestran, por ejemplo, alergia y asma causados por una iguana», explica Tomás Chivato, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). Chivato advierte también de otras especies como el hámster siberiano o los hurones que «pueden morder y producir cuadros sistémicos generalizados, erupciones cutáneas y manifestaciones vasculares (bajada de tensión arterial y taquicardia) y respiratorias. El tratamiento, según especifica Chivato, se basa en cuatro pilares: «la educación del paciente alérgico, los fármacos, las medidas de control ambiental y las vacunas». Vacunas para dueños y también para el animal. El problema radica en que no todas las comunidades autónomas siguen la misma normativa al respecto. Es el caso, por ejemplo, de la vacuna contra la rabia. «En la Comunidad de Madrid es obligatorio vacunar a los perros una vez al año a partir de los 3 meses (en los gatos y hurones recomendable pero no obligatorio). Pero en otras comunidades como Cataluña no lo es, porque según explican la enfermedad está erradicada de nuestro país», concluyen desde la Fundación Affinity. En lo que sí están de acuerdo en toda la geografía es en que con una buena higiene, la visita al veterinario y el cariño, dueño y mascota hacen un tádem perfecto.El can «antialérgico» de ObamaHace apenas unos días se publicaba la instantánea en la que aparecía Bo, la nueva incorporación a la familia Obama y que cuenta con seis meses de vida. Se trata de un cachorro de agua portugués que fue escogido porque no daba alergia a la hija del presidente, Malia, de 10 años. Otra de las razas que se barajó fue la de un cruce de labrador con doodle (labradoodle).Desde la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (Amvac) aclaran que existen razas que por su tipo de pelaje «no sueltan pelo» y esta raza, la de agua portugúes no tiene manto interno, por lo cual su muda siempre será menos que en otras especies caninas. Sin embargo, y por desgracia, las personas que padecen alergia a un animal no suelen tener alergia únicamente a su pelo, sino que también sufren una mala reacción a las descamaciones, la saliva, etc. En la mayoría de los casos no se suele recomendar que una persona alérgica a un animal adquiera uno, pero, no obstante, cualquier clase de pregunta referente a la intolerancia de los individuos debe ser contestada siempre por un médico.El calor afecta al comportamiento caninoEs un tópico reconocido la vinculación especial que se crea entre los niños y sus mascotas. Sin embargo, un estudio ha tirado por tierra esta supuesta armonía. En concreto el realizado por otorrinolaringólogos pediátricos de la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo (EE UU). Los resultados del trabajo muestran que los niños son especialmente vulnerables a las mordeduras y pueden sufrir lesiones, especialmente en la cabeza y el cuello. Los ataques están relacionados con la subida de temperatura ambiente. Philomena M. Behar, autora del estudio, explica que «los pequeños no entienden la necesidad de tomar distancia sobre el peligro. Pueden ser vistos como presas, especialmente cuando corretean». Los resultados muestran que la edad media de los niños heridos era de tan sólo seis años. Un tercio de las mordeduras se produjeron en las mejillas, un 21 por ciento en los labios y un 8 por ciento en la nariz y las orejas. Un 64 por ciento de los pacientes sufrieron más de una herida facial y el 40 por ciento requirió de cirugía plástica.