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Las librerías abren la puerta al futuro

Como buen termómetro que es, la Feria del Libro toma el pulso a un mañana que está a la vuelta de la esquina. Las librerías saben de estos retos: nuevas tecnologías y soportes. Internet llama a la puerta

A pesar del calor, propio de agosto, El Retiro se llenó para ver y comprar las últimas novedades
A pesar del calor, propio de agosto, El Retiro se llenó para ver y comprar las últimas novedadeslarazon

Todos los editores subrayan la importancia de las librerías para la difusión de una obra y el mantenimiento del mercado, y remarcan, con insistencia, que su trabajo es fundamental, mientras se reafirman en la necesidad de que continúen existiendo. Durante siglos, los libreros han sido el eslabón principal entre los lectores y los autores. Los que aconsejaban a los clientes y seleccionban los títulos sobre la mesa y los escaparates. Pero ¿cuáles son los desafíos a los que se enfrentan? En un mundo donde los libros se tendrán a golpe de «clic», ¿qué papel desempeñarían las librerías?, ¿cuál será su función? Y, sobre todo, ¿sobrevivirán al empuje de internet y del «e-book» o se adaptarán y venderán a través de páginas web? Y, sobre todo, ¿existirá la Feria del Libro tal y como la conocemos? ¿o será la del Libro electrónico, abierta a los «gadget»? El efecto Google «El mundo de las librerías lo veo feo», asegura Cristina, de Books Center. E, inmediatamente, se apresura a apuntar el primer dato: «Peor que el "e-book", que es un libro que se va a tener que pagar, es Google. Podrás conseguir todos los libros que quieras de manera legal, porque se han gastado millones en derechos de autor. Y eso, ya lo puedes hacer». Un argumento que suscribe Cava, de Casa del Libro: «Lo que nos está afectando más que el libro electrónico son las ventas a través de portales de la red». Ana, de Juan Rulfo, recoge el debate con una crítica: «Todos están hablando del "e-book", y la verdad es que yo no he visto todavía a nadie. Ni en España ni fuera de España. Se está desperdiciando la oportunidad para hablar de otros problemas de la industria del libro más importantes. Pero si hasta Bill Gates ha reconocido que para leer más de cuatro folios se los tiene que imprimir. Puede que algún día penetre, pero tardará tiempo y beneficiará, más que nada, a las obras descatalogadas». Dejarse los ojosLos libreros proporcionan argumentos al debate. Todos son convincentes, pero, a veces, queda la sensación de que se elude un futuro que aguarda ahí. «Nosotros sí vamos a trabajar los textos electrónicos. Supone una ventanja para determinados títulos. El papel de las librerías será difundir obras a través de sus páginas web y en formato electrónico», reconoce César, de Fuentetaja, que tenía previsto traer a la Feria los modelos de "e-book"que se comercializan en España para poder mostrarlos al público. «Lo que hará –comenta- es que el mundo del libro se tenga que readaptar, aunque tampoco me imagino a nadie leyendo "Guerra y paz"en este soporte. Se dejaría los ojos. Pero a las personas que estudian doctorados y que necesitan comparar muchos textos, les será útil». La irrupción de un nuevo formato de lectura ha traído el pesimismo a otros. Javier, de Aviraneta, asegura: «Tardará en asentarse en España. Después, las ventas y el público irán descendiendo. Los mayores desaparecerán y llegarán los jóvenes. Desconozco el tiempo. ¿Veinte? ¿Treinta años? Las librerías independientes desaparecerán. Quedarán sólo las cadenas, como ocurre en EEUU. Además, para readaptarse se requiere una fuerte inversión ¿Quién dispondrá de ese dinero?». Este punto también lo señala César, de Fuentetaja: «Se necesitará una financiación para readaptarse, que la actualización se produzca en el menor tiempo posible. No deberían reducirse la librerías y si lo hacen no va a ser por el libro electrónico. Pero si yo fuera propietario de una librería técnica, arquitectura o ingeniería, me lanzaría al "e-book"de cabeza». En Antonio Machado se venden e-books. «Despachamos, como mucho, uno al mes», dice Aldo. Para él, «ocuparán a medio plazo el lugar de los libros de consulta que hoy llenan diez baldas». Cuando se le pregunta cómo funcionarán las librerías en el futuro, responde: «A través de las páginas web. Se descargarán desde ahí los libros. Pero no desaparecerán las tiendas físicas ni los libreros, que son los que conocen a los clientes y les recomiendan un título u otro». Demasiadas novedadesLa mayoría de las personas consultadas están convencidas de que el "e-book"y el papel coexistirán y se repatirán el mercado al cincuenta por ciento, pero ellos siempre insisten en señalar los problemas actuales, que son con los que de verdad se enfrentan: «No hace falta "e-books". Las librerías ya están desapareciendo», apunta Cava. En Caes Libros, Domingo declara que «hay demasiadas novedades, no al mes o al año, sino a la semana. Es imposible con esa avalancha hacer una librería de fondo y mantener los lanzamientos». Hasta en la Casa del Libro subrayan este aspecto: «El pequeño librero no tiene capacidad de negociación con buenos márgenes de beneficios. Hay demasiadas novedades. Y tienes que comprar los pedidos y, después, devolver lo que no vendes». Aviraneta se suma a esta queja: «Las liberías pequeñas no pueden asumir estas rotaciones». Ana, de Juan Rulfo, señala otro problema: «La distribución es un desastre. Es el talón de Aquiles de las librerías. Tardamos mucho en recibir un libro, a diferencia de las grandes superficies. Eso en Europa es impensable. El mercado está atomizado».

Una firma tras otraLos visitantes se echaron a la calle a pesar del calor atorrante. La Feria del Libro estaba ayer de bote en bote. A la cabeza de ventas, Javier Cercas, Stieg Larsson y los vampiros de Stephani Meyers. No era difícil predecirlo, como tampoco que uno de los autores que más ejemplares firmó ayer fue César Vidal de «Historia de España», escrito conjuntamente con Jiménez Losantos. Apenas tuvo respiro. Ayer también en el Pabellón de Círculo de Lectores se entregó al mexicano Ignacio Padilla el II Premio Málaga de Ensayo.