Sevilla

Los obligados con Tomás Gómez

Hasta el sector más crítico tuvo que arropar al líder del PSM, que ya prepara el Dos de Mayo del año que viene.

Los obligados, con Tomás Gómez
Los obligados, con Tomás Gómezlarazon

MADRID- Consiguió llenar. Finalmente el Partido Socialista de Madrid (PSM) celebró ayer su particular acto del Dos de Mayo y lo cierto es que, en el espacio de la plaza del mismo nombre en la que instalaron una tarima y un cuarteto interpretó su música, no cabía un alfiler. Nada podía fallar en el homenaje que los de Tomás Gómez prepararon en parte para rememorar a la heroína de Manuela Malasaña, en parte para boicotear los actos oficiales del Día de la Comunidad que se celebraron ayer en Sol bajo la presidencia de Esperanza Aguirre. Finalmente unas llamadas a última hora consiguieron que prácticamente nadie pudiera poner excusas.A raíz de la publicación de unas informaciones en las que se constataba que parte del partido planeaba hacer plantón a Gómez por su negativa a asistir al acto oficial y su obstinación en organizar una fiesta paralela, el aparato político se puso en marcha. Según explicaron ayer a LA RAZÓN varios invitados al acto de Malasaña, uno por uno el pasado jueves recibieron una llamada de la organización en el que se les instaba a confirmar su asistencia. En esta tesitura, pocos fueron los que se atrevieron a plantar cara a la iniciativa del líder socialista. Al parecer la presión fue tal que la diputada regional Ruth Porta que estaba en Sevilla cuando sonó su teléfono finalmente tuvo que hacerse la foto con Gómez.Los invitadosJunto a Porta y parte del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea, también acompañaron a Tomás Gómez las ministras de Vivienda y Sanidad, Beatriz Corredor y Trinidad Jiménez –ambas forman parte de la Ejecutiva socialista regional–; Pedro Castro, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y alcalde de Getafe; el ex líder del PSM, Rafael Simancas, diversos alcaldes y concejales de ayuntamientos gobernados por el PSOE así como varios representantes de los gremios del cine y la comunicación y 64 asociaciones sociales y vecinales. Aunque no trascendió su nombre, algún otro titular del Ejecutivo nacional debió fallar al PSM que había anunciado terna de ministros.El acto contó con los discursos del escritor Antonio Gómez Rufo, el ex alcalde de Madrid y diputado en el Congreso, Juan Barranco, y el propio Gómez. Fue precisamente el ex primer edil el que cosechó más aplausos y dio al homenaje a Malasaña tintes de mitin político. Un «homenaje-mitin»Barranco comenzó explicando que no le gustan «ni las sillas vacías ni el boicot» pero que este año, parafraseando al cantante Joaquín Sabina, a los socialistas «les sobran los motivos». Criticó actuaciones del Gobierno de Aguirre como destinar 15 millones de euros a la película del 2 de Mayo de José Luis Garcí o 400.000 euros a la inauguración de los Teatros del Canal. «Es la política del palo y la zanahoria. Si no tragas con lo que digo, el palo, y si estas conmigo, (te dan) cargos públicos, jueces y sectores que siguen haciendo apoyo a este Gobierno del PP», añadió el ex alcalde.Gómez, que fue recibido con vítores de «¡Presidente, presidente!» por un grupo de jóvenes que asistían al acto, aseguró que no iba a dar un discurso «político» pero suscribió las palabras del diputado con un «Barranco ha sido el desahogo de todo lo que pensamos en nuestro fuero interno». El secretario general del PSM fue el encargado de poner el broche final a su polémica celebración con la entrega simbólica de trece rosas a Malasaña.Ya se acabó la fiesta y los socialistas –que le han cogido el gusto a lo del boicot– continuarán dando plantón a Aguirre hasta que ella «respete las instituciones madrileñas», según indicó el secretario general del PSM. Están tan convencidos que, informó Gómez, el partido ya prepara el Dos de Mayo de 2010.

El que más brilló: el SolNi las ministras Jiménez y Corredor, ni siquiera el líder del PSM, Tomás Gómez, lograron ayer brillar más que el Sol en Malasaña. Apenas con la ayuda de unas hojas de periódico, en el mejor de los casos, algunos de los asistentes del Dos de Mayo consiguieron zafarse de unos rayos más propios de verano que de una mañana de mayo.