Obama, que se ha tomado un respiro de apenas unas horas y ha aparcado la campaña electoral para estar con su familia en casa, cuatro días antes de las elecciones en Estados Unidos, terminó visiblemente enfadado cuando los reporteros se colocaron frente a su puerta en un barrio de Chicago. "Ya basta, ustedes tuvieron su momento. Déjennos solos", dijo Obama a los periodistas cuando caminaba cerca de su casa con su hija Sasha de 7 años, quien estaba disfrazada para asistir a una fiesta.
El candidato, que normalmente se lleva bien con el público, no ocultó su enfado cuando su inesperada aparición provocó que periodistas y cámaras se pelearan entre ellos por conseguir acercarse
a él y arrancarle unas palabras.
El senador de Illinois se molestó cuando un cámara intentó aproximársele. "Vamos chicos, subid de vuelta al autobús", dijo a los periodistas, muchos de los cuales lo acompañaron desde el aeropuerto al barrio Hyde Park de Chicago.
Obama, que llevaba gafas de sol pero no iba disfrazado, y su hija, vestida como la protagonista de la película "La Novia Cadáver", se apresuraron para dejar a los periodistas tras ellos. Los agentes del servicio secreto y camionetas lo seguían de cerca, y los niños de los alrededores que jugaban al "truco o trato"empezaron a gritar "Obama, Obama"mientras él pasaba.
El hecho de que el candidato demócrata se haya tomado un tiempo libre para disfrutar de la fiesta de Halloween junto a su familia demostró que se muestra confiado sobre sus posibilidades de ganar el martes, ya que según las encuestas, lleva una ventaja de siete puntos sobre su rival republicano, John McCain.