Alimentación

«Por el pensamiento divergente» por Miguel Ángel Almodóvar

La Razón
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¿Quién se acuerda ya de Gianni Rodari y de sus postulados en pro del pensamiento divergente? Pues además de Nos, seguramente que Miguel Ángel Aguilar, quien, en cada restaurante que visitamos repite como en sonsonete: «Queremos muy poquito, pero muy caro». Ante la crisis, una opción es pedir y manducarse, sin más ni más, media docena de ostras, alimento único en aporte de zinc, vital para la salud del sistema inmunológico (que tanto tiene que ver con el humor), el crecimiento, la formación de tejidos y la acción de un sinnúmero de enzimas. Para acompañar, la elección es bien sencilla: o Moriles o Montilla. Otra posibilidad, ajena al castizo viva el lujo y quien lo trujo, es hacer de la necesidad virtud, es decir, volver al filetito o filetón de hígado, generoso en vitamina A, en riboflavina, en biotina, en ácido fólico, en vitamina B12, en cobre y en hierro, y que encebollado nos ayudará a salir de los vericuetos del pensamiento convergente y nuevorriquista, que, a esta alturas, ya sabemos en qué para.