Estrecho de Gibraltar

Un gran año de atún rojo con polémica

Los almadraberos de la provincia de Cádiz reclaman un aumento del cupo o ayudas directas / Se ven obligados a dar el cerrojazo dos meses antes de lo previsto

Un gran año de atún rojo, con polémica
Un gran año de atún rojo, con polémicalarazon

Las cuatro almadrabas de la provincia de Cádiz –Tarifa, Zahara de los Atunes, Conil y Barbate– se ven obligados a terminar la temporada con dos meses de adelanto. Esta campaña ha sido tan buena que han alcanzado el cupo establecido por el Gobierno (1.088 toneladas) y las almadrabas continúan llenas de atunes. Hacía años que no alcanzaban esta cuota. Ahora piden al Gobierno un plan específico que regule sus capturas y que compense las temporadas buenas con las que no lo son tanto.
Juan Vargas ha pasado los últimos 34 años de su vida capturando atunes, conoce bien este antiguo arte de pesca y reconoce que, aunque es un oficio «difícil», no podría dedicarse a otra cosa.
Trabajan unos 180 días al año y los ingresos de su familia dependen directamente de las toneladas capturadas. «Estamos bastante mal, la crisis económica aprieta, pero tendremos que levantar las almadrabas dejando fuera los atunes que las llenan», sostiene.
En la provincia hay unos 400 almadraberos que en los últimos años han sufrido la miseria de la escasez de atunes. Se trata de un arte de pesca milenario difícil de predecir, ya que depende en su totalidad de factores climatológicos: desde los vientos hasta la fase lunar, pasando por la claridad de las aguas, en función a su vez de las mareas, dado que el atún evita la turbidez. Es un arte de pesca fijo y pasivo, así que para capturarlos es necesario que se acerquen a la costa. Algo que sucede especialmente con la luna de mayo, cuando las bandadas de atunes se alejan de las frías aguas del Ártico buscando el fondo Mediterráneo para desovar. Para ello, tienen que pasar por el Estrecho de Gibraltar, junto a las costas gaditanas. De ahí que en la antigüedad inventaran las almadrabas para poder pescarlos, a pesar de su peso, que alcanza en algunos casos los 700 kilos. Con un sistema de redes, los atunes quedan atrapados entre los barcos. Varias personas bajan a por ellos en una auténtica lucha de fuerza y destreza, mientras los demás empiezan a tirar de las cuerdas para elevar las redes. Esta tradición se conserva intacta, habiendo hecho frente al desarrollo de otras modalidades, como el arrastre o el cerco.
Años atrás los atunes apenas llegaban, y los pescadores temieron que hubiera un cambio en su ruta. Pero esta campaña ha sido diferente. «Hay muchos atunes encerrados que tendremos que soltar y los sueldos se verán mermados. Perdemos dos meses de trabajo, unos 3.000 euros». Francisco José Fernández cuenta con 29 campañas de captura a sus espaldas y lamenta «las trabas» de la Administración. Otros años apenas han alcanzado las 400 toneladas. Lo que reclaman es «coger los atunes para que compense con temporadas que no han sido tan buenas».
De lo contrario, «antes o después las almadrabas van a desaparecer», como señala Leonardo, otro compañero. La portavoz de los productores almadraberos, Marta Crespo pone el acento sobre el «grave problema». Señala que el plan de recuperación del atún rojo ha implantado unas cuotas «totalmente injustas». Los almadraberos ya se manifestaron la semana pasada y no pararán hasta que les den una solución.

El PSOE pide más cuota en la cámara
El PSOE-A defenderá el miércoles en el Parlamento andaluz una proposición no de Ley en la que solicita a la Cámara andaluza que inste al Consejo de Gobierno, a pedir a su vez, al Gobierno de la Nación, que incremente al máximo la cuota de pesca de atún rojo asignada a las almadrabas andaluzas para asegurar el mantenimiento de su actividad y, con ello, la permanencia de los empleos que genera. En la iniciativa, a la que tuvo acceso Europa Press, el PSOE-A también solicita que el Gobierno andaluz emprenda acciones de promoción de la pesca realizada por las empresas almadraberas a fin de contribuir a la generación de valor añadido y actividades económicas en los puertos, en industrias de transformación, empresas de comercialización y otros sectores.