Brexit

Escocia entierra la vía catalana para llegar a la independencia

La ministra principal Nicola Sturgeon asegura que es posible celebrar otro referéndum este mismo año, pero que nunca lo hará desde la ilegalidad

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En su discurso a la nación para el inicio de una nueva era, Boris Johnson abogó este viernes por la unidad. Pero lo cierto es que el Reino Unido nunca ha estado tan cuestionado como ahora. Prueba de ello es que, a escasas horas de que el país abandonara oficialmente la UE, la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, apeló a la movilización para sentar las bases de un nuevo plebiscito de secesión.

A pesar de que Downing Street ya le ha denegado oficialmente la petición para celebrar una nueva consulta, la soberanista no está dispuesta a tirar la toalla. Eso sí, tiene muy claro que su hoja de ruta se ejecutará dentro de la legalidad, descartando así seguir los pasos de Cataluña.

«Para lograr la independencia, un referéndum, da igual cuando ocurra, sea este año como quiero o después de las próximas elecciones (al Parlamento de Edimburgo), debe ser legal y legítimo. Es un hecho», sentenció en un discurso donde también reclamó que dicha consulta debe demostrar «claramente» que hay un «apoyo mayoritario». «Esta legalidad debe estar más allá de toda duda. De otra manera, el resultado, aunque sea favorable, no sería reconocido por otros países», añadió.

Como gestos prácticos, Sturgeon anunció su intención de convocar una reunión de diputados regionales, nacionales y antiguos eurodiputados para debatir los futuros planes y confirmó que pedirá a la Comisión Electoral que comience a estudiar la pregunta del hipotético segundo referéndum.

Asimismo, el Gobierno escocés también prevé actualizar el documento sobre sus argumentos a favor de la secesión y no descarta que si el Ejecutivo central sigue mostrando su negativa, lleve esta cuestión hasta los tribunales. Una encuesta publicada ayer por YouGov mostró un incremento a la independencia por primera vez desde 2015. De celebrarse ahora la consulta, el 51% de los escoceses abogarían por romper sus lazos con Londres.

El pasado miércoles, Sturgeon consiguió el apoyo de la mayoría del Parlamento de Edimburgo para celebrar una nueva consulta en una votación más simbólica que otra cosa. Los soberanistas asumieron que la celebrada en 2014 (cuando el 55% votó en contra de la independencia) era única en una generación. Sin embargo, ahora Sturgeon considera que el Brexit ha cambiado por completo las reglas de juego.

En una abarrotada sala del museo Dynamic Earth, la soberanista señaló ayer que la salida del Reino Unido de la UE tendrá lugar «en contra del deseo de la abrumadora mayoría de la gente en Escocia», lo que da legitimidad a una nueva cita con las urnas. «El Brexit ha puesto a Escocia en el camino equivocado. Y cuanto más transitemos por él, más tardaremos y más difícil será volver al camino correcto. Necesitamos volver a él lo antes posible», declaró y precisó que la «única forma» de hacerlo es conseguir un estado propio.

Actualmente, los soberanistas del SNP gobiernan en Escocia en minoría con el apoyo de los verdes. Se antoja difícil que la líder separatista pueda llevar a cabo sus planes de celebrar una nuevo plebiscito antes de que finalice este año. No obstante, la presión sobre el Gobierno central aumentará de manera drástica si los independentistas ganan por mayoría absoluta en las elecciones al Parlamento de Edimburgo de mayo de 2021.

El acuerdo de Londres es imprescindible para que el parlamento regional reciba las competencias recogidas en la sección 30 del ordenamiento jurídico, que le permitirían legislar sobre un referéndum legal y vinculante, como el celebrado hace seis años.