Venezuela

Maduro fabrica una acusación contra el tío de Guaidó

Diosdado Cabello asegura que transportaba explosivos y la aerolínea lo desmiente. «Es una manera de atacar al presidente», denuncian desde su entorno. Lleva más de dos días detenido

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Juan José Márquez, el tío del presidente interino venezolano (como es reconocido por casi 60 países del mundo) Juan Guaidó, permanecerá encerrado en los calabozos de la Dirección General de Inteligencia Militar (DGCIM). La madrugada del jueves, un tribunal a cargo de la jueza Elffy Yaurit Vicenti y copn aval de la fiscal Hayshel Huanire, ordenó mantenerlo en cautiverio, acusado de transportar supuestos materiales explosivos en el mismo vuelo que trasladó al líder opositor de regreso a Venezuela desde Lisboa el martes.

Después de casi 30 horas desaparecido, Márquez fue llevado hasta la sede de los tribunales de Caracas, donde pudo ser visto por su abogado Joel García. Hasta entonces, permaneció incomunicado y sin información de a dónde sería llevado, después de haber sido detenido por funcionarios del régimen de Nicolás Maduro en el área de aduana del Aeropuerto Internacional de Maiquetía por portar una vestimenta blindada

Se confirmaba así lo que poco antes anunciaba el segundo hombre fuerte del chavismo, Diosdado Cabello, en televisión nacional. Antes de que se conociera el paradero de Márquez, ya el presidente de la llamada asamblea constituyente aseguraba que estaba en manos de la DGCIM, que había sido capturado portandomaterial explosivo, además de chalecos antibalas y una unidad de memoria que constitutivva de supuestos planes conspirativos. «Traía unas linternas tácticas, las cuales contenían en su interior, en el compartimiento de las baterías, sustancias químicas de naturaleza explosiva, presuntamente explosivo sintético C4. Aquí está, esto no es mentira», dijo Cabello en su programa mientras mostraba una imagen del material.

Además, dijo que le habían encontrado en su teléfono celular el contacto de un funcionario del Servicio Secreto de los Estados Unidos. Y afirmó que la aerolínea TAP Caracas debe ser investigada. «Los dueños de la aerolínea cree que somos pendejos», dijo también lanzando amenazas contra el embajador portugués en Caracas, Carlos Nuno Almeida. Sin embargo, un representante de TAP dijo que es imposible vaijar con explosivos en sus aviones.

«La Fiscalía cuenta ahora con 45 días para seguir inventando lo que están montando, pero nosotros haremos lo propio. En el aeropuerto internacional de Maiquetía hay suficientes elementos para nosotros desvirtuar esas presunciones policiales», dijo el representante legal de Márquez en respuesta al dictamen judicial. «No tienen preso a Márquez porque sea un delincuente, más bien es para atacar al presidente Guaidó. Ese es el verdadero motivo de la aprehensión», agregó García.

Un burdo montaje

Este jueves, tanto el defensor como la esposa de Márquez dieron una declaración a la prensa para denunciar «un burdo montaje más» para incriminar al tío de Guaidó. «Esto se basa en un único elemento de prueba, un acta policial en la que dos funcionarios de la DGCIM afirman que Juan Márquez tenía una actitud sospechosa que hacía presumir que él venía a cometer un atentado terrorista en Venezuela», ilustró García. «Entonces allí ese olfato llevó al funcionario a revisar el equipaje y unas linternas que revisaron (...) así como unos envases de perfume».

Explicó el defensor que el expediente no tiene elemento que haga sospechar que en tales objetos hayan encontrado material explosivo. No hay experticia alguna. Tampoco se consignaron las grabaciones de las cámaras de seguridad, ni los funcionarios convocaron a testigos para levantar el acta. «Tan solo hay los dichos de ellos y sus presunciones, más nada».

Dijo García que «es increíble que él venga en un vuelo internacional con unos explosivos en la mano, porque además el expediente no deja registro que traía equipaje alguno por lo que legalmente habría que presumir que venía con todos esos materiales en la mano». Reafirmó el abogado que no hay un solo elemento de convicción para relacionarlo al delito de tráfico ilícito de armas y explosivos.

El proceso judicial no se desarrollará en Caracas sino en el estado Vargas, donde está emplazado el aeropuerto, y tampoco se le imputó por terrorismo. El caso será llevado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU.

La familia teme por su vida

La esposa de Juan José Márquez, Romina Botaro, manifestó temer por la vida de su marido. «Temo por la seguridad de mi familia, por la aseguridad de mi casa, necesito comunicarme con mi esposo, necesito verlo, saber que está bien», dijo a la prensa en un breve comentario y con voz trémula.

La mujer agregó que pudo conversar telefónicamente con Márquez antes de su traslado a tribunales, la última vez que hablaron. Afirmó que en la DGCIM fue informada de que no podrá verlo por los próximos 30 días, que no estaban permitidas ningunas visitas ni contactos con sus hijos, y tampoco podía hacerle llegar comida. «Mi esposo estuvo acompañando a su sobrino en parte de la gira, como un tío protector», añadió Botaro.

La diputada Delsa Solórzano, que acompañó a Botaro en su declaración, aclaró que Juan Márquez no es activista político, sino solo un familiar de Juan Guaidó. “Se trata de un acoso familiar, como ha sido característica de este cuerpo criminal que gobierna. Aquí han atacado a familiares directos de parlamentarios, de dirigentes. Él no estaba con Guaidó como asistente, activista, no le llevaba agenda. Es simplemente su tío y así lo acompañaba”, precisó.

Por otra parte, el propio Guaidó acusó al régimen de Maduro de actuar con “crueldad” con su tío, al igual que los familiares de los 380 presos políticos que hay en el país. Subrayó que “desmontarán” la farsa en torno a Juan Márquez pues la aerolínea TAP de Portugal, que se rige con protocolos europeos, es muy estricta en sus controles de seguridad. A su juicio, el arresto de Márquez “es consecuencia del enfrentamiento entre dos bloques políticos de la dictadura. Han empezado a canibalizarse. Están divididos en sus objetivos y ahora no saben cómo salir de esta”.