Venezuela

Puño de hierro contra Guaidó y su círculo

Nicolás Maduro amenaza con detener al presidente interino. El régimen chavista repite la estrategia seguida contra otros opositores

El tío de Juan Guaidó, Juan José Márquez, está preso en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). Y allí estará aislado por 30 días. Y quizá más, los 45 que permitidos hasta la siguiente audiencia judicial. Tiempo suficiente para que, en caso de que haya maltrato físico, las evidencias desaparezcan. Joel García, su abogado y defensor de otros presos políticos, explicó a LA RAZÓN que en este caso se están repitiendo patrones ya denunciados y que han sido documentados tanto por los organismos interamericanos de derechos humanos y por la oficina de la Alta Comisionada para los derechos humanos de la ONU. «No existe en el ordenamiento jurídico ningún instrumento que avale los 30 días. Y si lo hubiera, nada puede estar por encima de la Constitución, que establece el derecho a la defensa».

García apuntó que es un caso repetido: ni los familiares ni muchas veces los abogados tienen acceso al encarcelado, «ni siquiera para preparar la defensa del caso, violando la ley». El jurista defendió que la normativa llama a asistir permanentemente a los privados de libertad bajo el principio de presunción de inocencia establecido en la carta magna.

Además, el defensor de Márquez recordó que el caso se asemeja, entre otros, al de Roberto Marrero, jefe de despacho de Guaidó encarcelado hace casi un año. «Era alguien de su entorno que lo meten preso justo después de la primera gira internacional de Guaidó, en base a un acta policial y nada más, y con el argumento de que viajó a Colombia a comprar armas». A juicio del abogado, el Estado busca hacerle un daño psicológico al presidente encargado. «No hay nada más terrible que saber que otro está preso por ti». Se trata también de amedrentar al propio Guaidó, y de hecho Maduro ya insinuó ayer que no descartaba su detención, paso que hasta ahora no se ha atrevido a dar el chavismo.

Respecto a Márquez, la diputada Delsa Solórzado denuncia que en la sede de la DGCIM, «cuando se permiten las visitas, no se deja que les lleven comida. Algunos miércoles sí, solo en envases transparentes. Y si alguien lleva un pastel, por ejemplo, los funcionarios lo revuelven y lo despedazan. Otras veces, los alimentos nunca llegan, se los roban». En el cuartel de la DGCIM fue donde murió por torturas el capitán Rafael Acosta Arévalo.

García ha apelado la decisión del juez de mantener en custodia a Márquez. «Hoy comenzamos a recabar copias del expediente para presentarlo a la ONU y solicitar medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Y estamos trabajando para desmontar esa acusación basada en falsedades».