China
Lo que sabemos hasta ahora del origen del Covid-19
Los científicos dudan de la versión de Trump de que el virus procede de un laboratorio de Wuhan
La pandemia de coronavirus ha provocado una nueva batalla entre EE UU y China. Desde Washington se acusa al gigante asiático de ocultar información esencial sobre el virus e, incluso, Donald Trump va más allá y sostiene que el mismo procede de un laboratorio de Wuhan. En cambio, desde Pekín se niega la mayor y se insiste en ubicar el origen de la enfermedad en un mercado de marisco en el que se detectó el primer caso en diciembre pasado.
¿Cómo se originó la pandemia de coronavirus?
La forma en que comenzó el Covid-19 se ha vuelto cada vez más polémica, con Estados Unidos y otros aliados sugiriendo que China no ha sido transparente sobre los orígenes del brote. El presidente Donald Trump ha dado crédito a la idea de que existen evidencias que sugieren que el virus pudo haber escapado de un laboratorio en Wuhan, aunque la comunidad de Inteligencia de EE UU se ha negado a respaldarlo. Los científicos aseguran asimismo que no hay evidencia actual para esta afirmación.
¿Es creíble la versión china?
Un problema específico es que la historia de origen oficial no encaja con la epidemiología inicial del brote, y no menos la incidencia de casos tempranos sin conexión aparente con el mercado de mariscos de Wuhan, donde Pekín dice que comenzó el brote. Si estas personas no estaban infectadas en el mercado, o por medio de contactos que sí estaban infectados en el mercado, los críticos preguntan se preguntan cómo explicar estos casos.
¿Nació en un laboratorio de Wuhan?
Dos laboratorios en Wuhan que estudian coronavirus de murciélago han sido objeto de atención. El Instituto de Virología de Wuhan (WIV) es una instalación de nivel 4 de bioseguridad, la más alta para biocontención, y el Centro de Control de Enfermedades de Wuhan de nivel 2, que se encuentra no lejos del mercado de pescado, había recogido muestras de coronavirus de murciélago.
Se han extendido varias teorías. La primera es que los científicos del WIV se dedicaron a experimentos con coronavirus de murciélago, que implican la unión de genes, y el virus luego escapó e infectó a los humanos. Una segunda versión es que la bioseguridad descuidada entre el personal del laboratorio y en los procedimientos, tal vez en la recolección o eliminación de muestras de animales, liberó un virus salvaje.
¿Pudo el virus ser diseñado en un laboratorio?
El consenso científico rechaza casi de manera unánime que el virus fuera diseñado. En una carta a la revista “Nature” en marzo, un equipo en California dirigido por el profesor de microbiología Kristian Andersen aseguraba que “los datos genéticos muestran irrefutablemente que [el Covid-19] no se deriva de ninguna estructura de virus usada previamente”, en otras palabras, secciones empalmadas de otro conocido virus.
Sugirieron que era mucho más probable que el virus surgiera naturalmente y se fortaleciera a través de la selección natural. “Proponemos dos escenarios que pueden explicar de manera plausible el origen de Sars-CoV-2: selección natural en un huésped animal antes de la transferencia zoonótica [animal a humano]; o selección natural en humanos después de la transferencia zoonótica”.
Peter Ben Embarek, experto de la Organización Mundial de la Salud en la transmisión de enfermedades de animales a humanos, y otros especialistas explicaron a “The Guardian” que si hubiera habido alguna manipulación del virus, esperaría ver una evidencia tanto en las secuencias genéticas como en las distorsión en los datos del árbol genealógico de mutaciones”.
¿Qué ocurre si una muestra escapa de un laboratorio?
La liberación accidental de una muestra salvaje ha sido el foco de mayor atención, aunque la “evidencia” ofrecida es, en el mejor de los casos, altamente circunstancial. El “Washington Post” informó en 2018 sobre la debilidad de seguridad y gestión que preocupaba a los funcionarios de la embajada de EE UU, que visitaron el WIV varias veces.
Maureen Miller, epidemióloga que trabajó con Shi como parte de un programa de investigación viral financiado por Estados Unidos, se hizo eco de la evaluación de Le Duc. Ella dijo que creía que la teoría de escape del laboratorio era una “teoría de la conspiración absoluta”.
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