Europa

«Olof Palme fue víctima de una ofensiva de odio y propaganda frenética»

El ex viceministro de Exteriores y diplomático sueco Pierre Schori asegura a LA RAZÓN que “aunque se siguiera investigando otros 34 años más el crimen, el resultado sería el mismo”

El diplomático sueco Pierre Schori fue un hombre muy cercano a Olof Palme
El diplomático sueco Pierre Schori fue un hombre muy cercano a Olof PalmeLa RazónLa Razón

Más de tres décadas después del magnicidio de su amigo, el diplomático y ex viceministro de Asuntos Exteriores sueco Pierre Schori se muestra satisfecho con el cierre del asesinato de Olof Palme tras apuntar la Fiscalía al “hombre de Skandia” como autor del asesinato. Sin embargo, Schori lamenta en una entrevista telefónica con LA RAZÓN que nunca conoceremos los motivos de Stig Engström, que frecuentaba grupos que odiaban al ex primer ministro y padre de la socialdemocracia europea.

¿Cómo valora el anuncio del fiscal?

La investigación previa no vio lo evidente, que una persona era el asesino de Olof Palme. Aunque se siguiera investigando otros 34 años más, el resultado sería el mismo. El equipo de cinco personas ha sido el mejor y más competente. Han hecho estos cuatro años lo que debería haberse hecho mejor mucho antes. A mí llegaron a entrevistar en dos ocasiones.

El hecho de que el asesino esté muerto deja muchos interrogantes abiertos...

La clave es el porqué del asesinato y con quiénes se cometió. El fiscal ha señalado al sospechoso y sostiene que no se puede excluir una conspiración, pero no han encontrado pruebas de peso. Palme fue la víctima de un ofensiva de odio frenética al estilo de las «fake news» de ahora. Es una advertencia de lo que puede provocar la propaganda de odio. En aquellos años había un ambiente de odio en grupitos pequeños, pero eficaces, en contra de Palme en Suecia.

¿Por qué odiaban a Palme?

Él fue una persona excepcional que, junto a Willy Brandt, Felipe González y otros dirigentes, jugaron un papel fundamental en la escena internacional contra las dictaduras de Pinochet o de Franco y la guerra de EE UU en Vietnam y los soviéticos en Afganistán y a favor del feminismo y los derechos de los niños. Subrayó la necesidad de una política que integre los aspectos internos y externos. De la paz interna depende la paz internacional y viceversa.

¿Qué legado nos ha dejado Palme?

Él tocaba temas muy actuales como el medio ambiente en 1972 durante la Conferencia de Estocolmo. Habló del «ecocidio», en alusión a las bombas químicas durante la Guerra de Vietnam o su campaña contra las armas nucleares.

¿Y entre lo socialdemócratas suecos?

Existe un interés y un conocimiento en mi generación. Pero hay que tratar de informar más a los más jóvenes de quién era Olof Palme. Trabajamos con la Fundación Nelson Mandela en Suráfrica y ellos también tienen el mismo reto de transmitir a las nuevas generaciones las ideas que defendían Mandela y Palme.

¿En qué medida Palme ayudó a los socialistas españoles en la Transición?

Como partido, los socialistas suecos manteníamos una relación muy práctica y concreta con el PSOE desde el franquismo, por ejemplo enviando máquinas para imprimir propaganda electoral. Palme viajó a Madrid para participar en el primer congreso clandestino del PSOE. Él y Felipe mantenían una relación muy estrecha. Hablaba de liberarse de los demonios del pasado, de la dictadura franquista.