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Europa

Pandemia

La UE descarta a EE UU de su lista de países seguros, pero incluye a China

Brasil y Rusia también quedan fuera. La decisión definitiva sobre qué terceros Estados podrán acceder a la zona Schengen se tomará mañana

Un pasajero con una máscara en el aeropuerto de Paris Charles De Gaulle CHARLES PLATIAUReuters

El espacio sin fronteras Schengen dejará de estar cerrado a cal y canto el 1 de julio, pero tan solo los ciudadanos de los Estados considerados seguros, debido a su bajo número de contagios, podrán entrar en territorio europeo a partir de esta fecha. Los Estados miembros están elaborando una lista en la que, de manera provisional, no estarían incluidos ni Estados Unidos ni Brasil ni Rusia, pero sí China.

Los embajadores europeos mantuvieron este miércoles una reunión sobre este tema, sin llegar a un acuerdo concluyente y está previsto un nuevo encuentro el viernes. Las fronteras exteriores europeas han estado blindadas desde el pasado 16 de marzo, en un movimiento inédito que ni siquiera se produjo tras los atentados del 11 de septiembre.

Durante este tiempo, tan solo han tenido permitida la entrada en territorio comunitario a los viajeros comunitarios atrapados en países terceros y los ciudadanos considerados esenciales para luchar contra la pandemia como diplomáticos, médicos e investigadores.

Hace dos semanas, el Ejecutivo comunitario propuso a los Estados miembros la puesta en marcha de esta lista común basada en criterios objetivos como la situación epidemiológica, la respuesta de las autoridades públicas a la pandemia o la reciprocidad a la hora de permitir la entrada en sus territorios a los ciudadanos comunitarios. Además, Bruselas quiere que esta lista pueda actualizarse de manera flexible, ante la posibilidad de que se produzcan rebrotes. Bruselas pretende que la apertura de las fronteras exteriores no obedezca a criterios políticos ni económicos, en aras de evitar cualquier conflicto de tipo diplomático.

A pesar de esto, la recomendación efectuada por el ejecutivo comunitario no es vinculante y cada Estado europeo sigue teniendo la facultad de abrir o cerrar sus fronteras tanto interiores, dentro del espacio Schengen, como las exteriores. Sin embargo, la coordinación resulta vital ya que si un solo país decide abrir sus fronteras a los nacionales de terceros países, esto significa que estos viajeros pueden moverse libremente dentro del espacio europeo. Desde el pasado 15 de junio, la práctica totalidad de los controles fronterizos internos entre los socios seuropeos se han levantado. España decidió abrir sus fronteras con el resto del territorio comunitario el pasado lunes y el próximo 1 de julio hará lo mismo con Portugal. Bruselas intenta evitar que el caos vuelva a apoderarse de las fronteras europeas, al igual que sucedió durante el mes de marzo cuando las capitales hicieron caso omiso de los ruegos de la Comisión Europea y se abonaron al sálvese quien puede en un efecto dominó. Una oleada de cierre de fronteras interiores que puso en peligro el abastecimiento de material médico y de primera necesidad.

Aunque los Estados están mayoritariamente a favor de este enfoque de la Comisión Europea, algunas delegaciones han planteado la necesidad de incluir otros criterios como la fiabilidad de los datos, la existencia de aplicaciones de rastreo, la tendencia al alza o decreciente en el número de contagios o la disponibilidad de hacer test en el país, un último factor que puede cambiar drásticamente los números.

Según aseguró ayer el diario “The New York Times”, la presidencia croata ha presentado dos listas diferentes según criterios más o menos duros en el número de contagios por habitante. En los dos listados, EE UU quedaría fuera y sus nacionales mantendrían vedado el acceso al territorios comunitario. El país de Donald Trump también juega en desventaja, ya que prohibió la entrada de ciudadanos europeos en el mes de marzo de manera unilateral y sin ningún tipo de negociación con los Veintisiete, por lo que incumple también el criterio de reciprocidad.

Los diplomáticos europeos trabajan sobre la base de que la tasa de contagios debe estar cerca o por debajo de la media europea. En la primera lista preparada por la Presidencia croata, se establecería como tope el número de 16 infecciones por 100.000 habitantes mientras que la segunda lista sería algo más permisiva y permitiría una horquilla más amplia entre 16 y 20 casos. El primer listado permitiría la entrada a territorio europeo de residentes en 47 países mientras que la segunda la incrementaría hasta los 54. En los dos casos, países como China, Australia o Vietnam tendrían permitido el acceso. Si se opta por la segunda opción, Canadá, Turquía y Egipto podrían estar también incluidos.

Según explicó la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, no existe consenso entre las capitales sobre qué umbral elegir, ya que algunos Estados creen que el tope debería estar fijado en 50 casos por 100.000 habitantes, mientras que otros creen que este número es excesivamente alto.

Las aristas son muchas. En la propuesta presentada por el Ejecutivo comunitario hace dos semanas, Bruselas recomendó a los Estados europeos la apertura de las fronteras para los países de los Balcanes debido a la baja tasa de contagios y a la especial relación con los vecinos europeos. A pesar de esto, los datos epidemiológicos de Albania y Kosovo son peores que la media europea.

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