Rusia

“Informe Rusia”: Reino Unido rehusó investigar la injerencia rusa en el Brexit

La comisión parlamentaria de Inteligencia asegura que Moscú ve en Londres uno de "sus objetivos principales"

U.S. Secretary of State Mike Pompeo visits London
El secretario de Estado Mike Pompeo se reúne con el primer ministro Boris Johnson coincidiendo con la publicación del "Informe Rusia" sobre la injerencia de MoscúHANNAH MCKAYReuters

El Gobierno británico “evitó activamente” averiguar si Rusia interfirió en los resultados del referéndum de 2016, que acabó con Reino Unido fuera de la Unión Europea. Esto, al menos, es lo que se desprende del esperado informe sobre las injerencias rusas, cuya publicación había sido pospuesta durante nueve meses por el Gobierno de Boris Johnson “sin ninguna razón aparente”.

El documento de 50 páginas, elaborado por la comisión de Inteligencia y Seguridad de Westminster, señala que tanto el Gobierno británico como las agencias de inteligencia fallaron a la hora de investigar estas injerencias y asegura que no se ha hecho ningún esfuerzo para buscar evidencias y evaluar la influencia que supuso en el resultado del referéndum del Brexit.

Además de la falta de investigación, las críticas hacia el Gobierno de Johnson apuntan al retraso en la publicación del informe, ya que Downing Street evitó que se hiciera público el documento antes de las elecciones generales del pasado diciembre.

La laborista Lisa Nandy, portavoz de Exteriores de la oposición, asegura que el retraso de la publicación fue una “decisión política”. “El Gobierno ha subestimado la respuesta a Rusia y es necesario que aprendamos de los errores cometidos”, añadió Nandy.

Stewart Hosie, diputado y miembro del comité que ha elaborado el informe, apuntó que nadie en el Gobierno puso de su parte para conocer el alcance de la influencia rusa porque “no lo querían saber”. “Esto contrasta con la respuesta de Estados Unidos a la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016”, indicó Hosie, diputado del Partido Nacionalista Escocés, que culpa de la inacción a los Gobiernos de Theresa May y Boris Johnson.

Aunque el informe apunta a la existencia de la injerencia de Moscú en el referéndum de 2016, mucha gente esperaba que se pudiera conocer hasta que punto influyó en los resultados, algo que, de momento, se no se ha podido averiguar. “Debería haber una evaluación sobre la interferencia de Rusia, y el público tiene que conocer el resultado de la misma”, pidió Hosie.

Incluso si la conclusión de esta evaluación sea que hubo una mínima interferencia, esto podría servir para que la gente supiera que la democracia de Reino Unido se ha mantenido a salvo”, añade el informe.

Pero el Gobierno británico se defiende afirmando que “no hay evidencia de una interferencia exitosa en el referéndum del Brexit” y asegura que no ha sido necesaria una investigación más profunda sobre este asunto ya que las agencias de inteligencia de Reino Unido ya elaboran “evaluaciones regulares” sobre la amenaza de Rusia. Por lo tanto, “una evaluación retrospectiva sobre el referéndum de 2016 no es necesario”.

Por su parte, el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, contestó al informe pero sin mencionar las posibles influencias. “Está claro que Rusia debe desistir de sus ataques al Reino Unido y sus aliados. Seremos determinados en defender nuestro país, nuestra democracia y nuevos valores”, expresó Raab.

Por su parte, la respuesta desde Moscú fue también tajante aunque escueta, ya que el ministerio de Exteriores ruso simplemente calificó el informe de “rusofobia”.

El documento publicado este martes cubre diversos aspectos dentro de la interferencia rusa, destacando las campañas de desinformación “pro-Brexit o anti-UE” en canales de televisión como Russia Today o Sputnik TV y el “uso de ‘bots’ o ‘trolls”’ en redes sociales como Twitter.

Las redes sociales son otro de los focos de atención de este informe, a las que acusa de “no poner de su parte” para evitar estas intromisiones en los procesos democráticos. “El Gobierno debe elaborar un protocolo de control junto a las compañías de redes sociales” para asegurar que trabajan para acabar con la desinformación.

Reino Unido, según el informe, sería, en estos momentos, uno de los principales objetivos de Rusia en Occidente, solo por detrás de las Naciones Unidas y Estados Unidos. Una afirmación que, sin embargo, no ha sido más ampliada ya que los detalles “altamente sensibles” no han sido publicados por miedo a que Rusia pueda utilizarlos para amenazar a Reino Unido.

Pero, al parecer, las injerencias rusas no se limitarían al referéndum de 2016, sino que también podrían haber tomado parte en la consulta celebrada dos años antes en Escocia, sobre su desvinculación del Reino Unido. Una interferencia que, según el informe, sería la primera de la era post soviética en un proceso democrático en occidente.

Además de la posible injerencia en ambos referéndums, el informe elaborado por Westmister apunta a una influencia de Moscú mucho más integrada en la sociedad británica y acusa al Gobierno británico de “recibir con las manos abiertas a los oligarcas”.

Muchos rusos residentes en Londres, con conexiones con Putin, están bien integrados en la élite económica y financiera de Reino Unido. El documento va más allá y asegura que el nivel de integración en “Londogrado”, como así define a la capital británica, significa que las medidas que ahora toma el Gobierno no son preventivas sino que constituyen una limitación de daños.

La acusación de este documento no solo va dirigido hacia el Gobierno sino también critica el comportamiento de los servicios de inteligencia, que dice, no han prevenido la interferencia de Rusia a pesar de las advertencias.

“Si consideramos que la amenaza de Rusia quedó muy clara con la muerte de Alexander Litvinenko en 2006 o con la anexión de Crimea en 2014, la cuestión es si los servicios de inteligencia deberían o podrían haber reaccionado más rápido e incrementado su trabajo sobre Rusia”, apunta el informe, que les acusa de haber “mirado hacia otro lado”.