América del Norte

Trump eclipsa a un Biden ausente en su propia convención

Horas antes de iniciarse el congreso demócrata que le proclamará candidato, la ventaja del ex vicepresidente sobre el magnate se reduce a solo cuatro puntos, según un sondeo

Donald Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de campaña hoy en MInesotaEvan VucciAP

Arranca la convención del Partido Demócrata y el presidente Donald Trump promete batalla. Con el aspirante demócrata, Joe Biden, a muchos kilómetros de distancia de su propio acto consagratorio por miedo a la pandemia de covid-19, el presidente planeaba coger el Air Force One para asistir a varios actos en Minesota y Wisconsin, Estados bisagra de cara las presidenciales.

Si tu enemigo programa actuaciones de John Legend y Leon Bridges y discursos de Bernie Sanders, Alexandria Ocasio Cortez y Hillary Clinton, contraprograma con tu propio viaje prodigioso. Antes de eso tuvo tiempo para conceder una entrevista a la cadena Fox, donde, entre otras cosas, afirmó que los demócratas no pueden ni saben unirse, con el partido roto en dos, entre su alma mainstream y más liberal por un lado, y el creciente sector radical, hijo de la izquierda performativa e identitaria, por otro.

Claro que a continuación Trump mezcló ambos e incluso afirmó que Biden podría haber ido incluso demasiado lejos. «Son las mismas personas», comentó, «a las que gané la última vez, y no se van a unir porque no pueden unirse, no saben cómo unirse. Además, Bernie [Sanders] está muy descontento, pero en realidad Biden se fue más a la izquierda de lo que Bernie quería y Bernie sigue descontento. Nunca harás feliz a este tipo... Lo llamo Loco Bernie por una razón».

Importa poco hasta qué punto resulte compatible el descontento de los demócratas más a la izquierda con la hipótesis de que el ex vicepresidente con Barack Obama (2009-2017) sería ahora más extremista que Sanders. De hecho, basta con repasar los nombres de los invitados a hablar en la convención, y el tiempo del que dispone cada uno de ellos, para concluir que los demócratas quieren reconectar con el pragmatismo que dominó la Casa Blanca bajo la Administración Obama, incluso con el progresismo conservador que distinguía a Bill Clinton, que con las veleidades «woke» de Ocasio Cortez.

Una congresista a la que, por cierto, hace dos años muchos señalaban como la gran apuesta del partido de cara al futuro. Una Ocasio que era o parecía sinónimo y aglutinadora de todas las corrientes demográficas, sociológicas, culturales e ideológicas de los próximos años. Era y es verdad que la izquierda estadounidense desembocó en los mismos patrones que la propia Ocasio Cortez epitomiza.

Pero también que parece muy dudoso que los millones de indecisos y centristas, los que pueden votar tanto por Biden como por Trump, puedan elegir a un candidato demócrata revestido con las características y el lenguaje de una Elizabeth Warren o con un Sanders que en plenas primarias llegó a elogiar la revolución cubana y que pasó su viaje de novios, hace medio siglo, en la extinta Unión Soviética.

El candidato Biden, que espera consolidarse durante cuatro días decisivos, aspira a traer de vuelta a la política estadounidense las conexiones emocionales de otros tiempos y que reniega del tono incendiario tanto de su rival como de muchos de sus aliados sobrevenidos.

Todo esto sucede mientras el coronavirus puede marcar el resultado electoral ne noviembre. EE UU alcanzó el sábado la cifra de 5.345.610 casos confirmados y los 169.313 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Estados Unidos se ha convertido en el país más afectado tanto en contagios como en muertes por coronavirus del mundo.

La pandemia continúa su desoladora progresión, y mientras una encuesta de la cadena CNN señala que la distancia entre Biden y Trump se ha reducido ya hasta solos los cuatro puntos. Una distancia demasiado pequeña, habida cuenta de que a partir del 4% no es imposible descartar el empate técnico e incluso la ventaja del supuesto perseguidor en la carrera por la Casa Blanca.

Cómo sería de impactante la noticia del sondeo y hasta qué punto desató el pánico en los centros mediáticos más próximos a los demócratas que la propia cadena facilitó horas más tarde la media de todas las encuestas, que sitúan a Biden con nueve sólidos puntos por delante de Trump. Pero el sondeo de CNN, 50% para Biden frente al 46% de Trump, tocó un nervio especialmente sensible en la polítIca estadounidense reciente.

Nadie olvida lo sucedido en 2016, cuando todos los pronósticos acabaron triturados por el vuelco electoral y los republicanos alcanzaron su victoria más inopinada e imprevisible. Ahora los demócratas traen a la convención nada menos que a John Kasich, ex gobernador de Ohio con los republicanos y convencido adversario del actual presidente, al que considera un irredento populista.

Pero está por ver que las advertencias del conservador que gobernó entre 2011 y 2019 sirvan para mover siquiera un centímetro el voto de quienes apuestan por Trump y consideran que los demócratas, a pesar de Biden y Harris, son ya los heraldos de las Ocasio Cortez del futuro.