Internacional
La historia del "asesino del tambor” sigue conmocionando a Chile
Nuevas informaciones involucran a la madre de su última víctima. El juicio tendrá lugar en las próximas semanas
Los niños chilenos no temen al hombre del saco, ni siquiera miran debajo de la cama o en el armario antes dormir. Porque hay historias reales de hombres perversos que descuartizan cuerpos, matan a golpes a sus víctimas con sus propias manos y utilizan tambores, cal y yeso para ocultar los cadáveres. Y cuando la historia parecía llegar a su fin vuelve a cobrar fuerza involucrando a la madre de una de las últimas niñas asesinadas. Los monstruos existen.
Hugo Bustamante fue condenado en 2005 por el homicidio de su ex pareja y del hijo de ésta, de 9 años. A ella la degolló, a él lo estranguló, y tras golpearlos y quitarles la vida, los ocultó en el interior de un enorme tambor metálico de los que se utilizan para almacenar aceite comestible. Rellenó con cal, agua y yeso el recipiente y ocultó los cuerpos. Cuando la policía lo detuvo, narró el crimen con todos los detalles.
En un programa de televisión un periodista le preguntó si podría volver a matar. Su respuesta fue: “No podría decirle que no es imposible que volviera yo a vivir una situación tan parecida. Pienso que no. Pero si en un momento determinado exploté de esta manera frente a este tipo de situaciones, ¿explotaré nuevamente? Eso sí que es angustiante porque eso demuestra que uno no se conoce”, decía Bustamante en 2006 desde la cárcel. El caso fue muy mediático en Chile, recibiendo el asesino el sobrenombre de “asesino del tambor”.
La sanción judicial al asesino -quien fue condenado a dos penas- alcanzaba los 27 años de prisión, de los cuales sólo cumplió 11. Una condena que debería haberse cumplido en enero de 2032, en 2016 Bustamante recibió libertad condicional. Una medida que causó estupor nacional.
El tercer asesinato
Según datos recogidos por la Brigada de Homicidios, la joven de 16 años había salido de casa de su tía, su residencia habitual, el 29 de julio sobre las 9 de la mañana para recoger una pensión alimenticia, una cantidad de dinero que procedía de su padre biológico y que todos los meses entregaba en el domicilio de la madre.
Maritza García, la tía que estaba a cargo del cuidado de la joven, declaró a medios locales que descartaba que Ámbar se hubiera escapado de casa voluntariamente porque no llevó con ella ninguno de sus enseres personales, ni tenía motivos aparentes para hacerlo. Pronto, el nombre del hombre que convivía con la madre de la adolescente, que estaba en libertad condicional tras haber cometido dos asesinatos, salió a la luz y se situó como el principal sospechoso: Hugo Bustamante.
Sin embargo, la historia no estaba cerca de terminar y los antecedentes más espeluznantes se iban a conocer. Casi un mes más tarde, la madre de Ámbar, Denisse Llanos, fue detenida. La mujer quedó en prisión preventiva, ya que el tribunal determinó que se trata de “una conducta especialmente grave”. Según el Ministerio Público, participó en la planificación, ejecución y ocultamiento del crimen.
El relato de los hechos impactan. Todo ocurrió el 29 de julio en el domicili de propiedad del imputado donde vivía con la madre de la víctima. En el lugar, la joven tuvo una discusión con Bustamante, quien la golpeó con sus manos y un objeto contundente. Luego, señaló la fiscal en medio de la presentación de cargos contra el criminal, “el imputado introdujo un paño en la boca de la víctima, obstruyendo su respiración, y la violó hasta provocarle la muerte por asfixia. Finalmente, descuartizó el cuerpo de la joven en 15 partes, los introdujo en tres contenedores de plástico y los enterró bajo la casa a medio metro de profundidad”.
Vales de cera
Desde la Policía de Investigaciones (PDI) señalaron que en un principio no le dieron mayor importancia al hecho de que el piso de la vivienda donde fue encontrada Ámbar estuviese encerado. “Desde el primer día nos fijamos que el piso de esta casa era de madera que se encontraba pintado rojo con cera del mismo color y había ceras ubicadas en el sector de la cocina que no nos llamaron la atención, porque son elementos comunes en cualquier casa”, explicó el subcomisario Mauricio Martínez. “Sin embargo, con el correr de los días se logra determinar que estas ceras tenían un protagonismo especial dentro de esta investigación”, agregó.
Dentro de las pertenencias de Llanos se encontraron dos vales por la compra de ceras para el piso, con fecha del 29 de julio y 30 de julio, las que correspondían a un negocio cercano. “Siempre estuvo en concierto con él (su pareja Hugo Bustamante), que ya sabía lo que él había hecho y además estaban de acuerdo en que ella tenía que volver al día siguiente. Si eso lo juntamos con la compra de la cera y pintura para piso, entonces evidentemente ella sabía lo que tenía que comprar y a qué es lo que iba”, manifestó la fiscal.
La PDI también logró rescatar algunos mensajes que horas más tarde la madre de Ámbarle envió al imputado por el crimen de la menor. “Estoy más tranquila, me avisas la hora. Amor te extraño, muchos besitos”, dice uno de ellos. “Ese tipo de mensajes da cuenta de que algo había pasado efectivamente”, sostuvo el subcomisario Martínez. La Defensoría Penal Pública solicitó que se le realice un examen psiquiátrico a Bustamante Pérez. Serán dos peritos quienes lo visitarán en la cárcel de Alta Seguridad con el fin de evaluar si tiene alguna patología psiquiátrica.
En las próximas semanas se llevará a cabo el juicio oral, donde se determinará si su madre, Denisse Llanos y su pareja podrían permanecer varios años en la cárcel. Mientras Hugo Bustamante realizó desde la Cárcel de Alta Seguridad una solicitud formal para visitar a Denisse Llanos, la madre de la víctima, quien también se encuentra recluida. La decisión fue denegada.
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