Análisis

¿Se puede incapacitar a Donald Trump?

Miembros del gabinete del presidente y algunos legisladores están estudiando la posibilidad de invocar la enmienda 25 de la Constitución

El asalto al Capitolio de los votantes de Donald Trump durante la sesión del Congreso para certificar la elección de Joe Biden podría llevar al fin prematuro del mandato del presidente saliente. El caos engendrado por la invasión del Capitolio y las declaraciones incendiarias del 45° presidente de los Estados Unidos han llevado a muchos demócratas y republicanos electos a reunirse urgentemente en un lugar no revelado para considerar la aplicación de enmienda 25 de la Constitución de los Estados Unidos, que autoriza al vicepresidente y a la mayoría del gabinete a declarar al presidente “no apto” para ocupar el cargo.

Aunque existen amplias dudas sobre si este proceso que contempla la Constitución prosperaría o si es aconsejable en estos momentos, varios miembros del gabinete de gobierno evocan la inestabilidad mental de Donald Trump y su “comportamiento errático”. Varios senadores consideran que el presidente saliente es incapaz de actuar en interés del país. La demócrata Elizabeth Warren fue una de las primeras en dar un paso al frente, temiendo que los últimos días del multimillonario en la Casa Blanca pudieran estar marcados por una sucesión de violación de leyes, negativa a actuar por el bien común y decisiones negativas para la imagen de Estados Unidos.

Miembros del gobierno de Estados Unidos también han considerado echar a Donald Trump del poder. Pero aún no se ha presentado ninguna propuesta formal al vicepresidente Mike Pence. Los demócratas del Comité Judicial de la Cámara, sin embargo, sí le enviaron una carta pidiéndole que invocara la Enmienda 25 “en interés de la democracia”. Según ellos, el presidente saliente “está mentalmente enfermo y no puede manejar y aceptar los resultados de las elecciones de 2020”.

La enmienda 25

Invocar la 25ª enmienda permite que el Jefe de Estado sea destituido de su cargo, de forma temporal o definitiva, voluntaria o no, cuando la situación se considere necesaria y en circunstancias extraordinarias. La Constitución contempla varios escenarios: si el presidente renuncia, si está incapacitado o discapacitado. Adoptado por el Congreso el 6 de julio de 1965, este procedimiento fue ratificado por Estados Unidos el 10 de febrero de 1967, motivado por el asesinato cuatro años antes de John F. Kennedy.

Según el marco establecido por esta enmienda, el vicepresidente se convierte automáticamente en presidente en funciones. También establece que un presidente puede ser destituido de su cargo si el vicepresidente y la mayoría del gabinete determinan que es “incapaz de desempeñar los poderes y deberes” del cargo. El presidente aún puede impugnar la decisión, pero si el vicepresidente y el gabinete persisten, entonces le corresponde al Congreso ordenar la destitución del presidente con dos tercios de los votos de ambas cámaras.

Varias veces durante el agitado mandato de Donald Trump, sus críticos han planteado la idea de esta enmienda, incluso después de su contagio con Covid-19. Pero el episodio del Capitolio es, dicen, demasiado insulto a la democracia estadounidense y prueba de su inestabilidad.