Nueva cepa británica

Portugal se asoma al abismo con récords de muertes y contagios pese a confinarse

En las últimas 24 horas han fallecido 221 personas, la cifra más alta alcanzada durante toda la pandemia. El Gobierno luso anuncia el cierre de los colegios durante al menos 15 días

Un trabajador con equipo protector acude a una vivienda de unos votantes en cuarentena para recoger sus votos en plena oleada de casos de coronavirus
Un trabajador con equipo protector acude a una vivienda de unos votantes en cuarentena para recoger sus votos en plena oleada de casos de coronavirusPEDRO NUNESREUTERS

Portugal es ahora lo que fue España en la primera ola. Desde hace más de diez días está sumido en una tendencia al alza que no cesa y que tiene a los hospitales al borde del colapso. Récord tras récord, el país no ha alcanzado aún su techo en esta tercera ola, que deja como último pico conocido los 221 fallecidos registrados este jueves, cifra de vértigo para un país de 10 millones de habitantes. En proporción a su población, es como si se hubiese superado los 900 muertos en España en 24 horas. A nivel de contagios, el último dato es 13.544. De nuevo en proporción, es como si se hubiesen notificado 61.022 casos en un día en España.

Lejos quedan los ejemplos que el país dio en control de pandemia durante 2020. El Gobierno señala como culpable a la nueva cepa, la variante británica del coronavirus, que ha hecho que todo se descontrole en días. “La semana pasada teníamos una prevalencia (de la nueva cepa) del 8%, esta semana tenemos 20% y los estudios indican que puede alcanzar el 60%”, dijo este jueves el primer ministro, el socialista António Costa, que ha reaccionando cerrando todos los centros educativos, desde guarderías a universidades, durante 15 días. Es un parón total, sin clases a distancia. Todo suspendido a la espera de que pueda recuperarse ese tiempo de alguna forma modificando el calendario escolar, algo que los padres ven con bastante comprensión, dados los llamamientos desesperados de los médicos, que están completamente exhaustos.

Las filas de ambulancias a las puertas de los hospitales, con pacientes que no pueden llevar a urgencias porque están ya llenas, se han sucedido en los últimos días, y desde el Colegios de Médicos se advierte que están trabajando en un contexto de “catástrofe”. Este jueves se supera el valor inédito de 700 personas en cuidados intensivos, con un total de 5.630 hospitalizados. Los sanitarios no pueden más y, como ha admitido la propia ministra de Sanidad, Marta Temido, se está “cerca” de llegar a la situación en la que estos profesionales tengan que elegir quién vive y quién muere.

Todo mientras el país vive su segundo confinamiento de la pandemia, un encierro que está repleto de polémica. Los portugueses volvieron a confinarse el pasado día 15, pero la lista de 52 excepciones para salir -desde ir a trabajar si no es posible el teletrabajo o a la farmacia hasta ferias y mercados o incluso loterías- permitió multitud de situaciones que hicieron que las calles no se vaciaran. La movilidad apenas bajó un 30%, frente al 70% que disminuyó en el primer confinamiento en la primavera de 2020, y los médicos pidieron más severidad al Gobierno, que modificó las normas apenas cuatro días después, aunque introdujo en ellas otras tantas excepciones. El cansancio de los ciudadanos hizo el resto y no fue hasta marcar casi 15.000 contagios el miércoles que las prisas se desataron, llegando así en pocas horas a decretar el cierre de los colegios.

Mientras la vida se va cerrando, el país continúa en campaña electoral para las presidenciales del próximo domingo, en las que se elegirá al jefe de Estado de Portugal para los próximos cinco años. Las encuestas dan por segura la victoria del actual presidente y candidato a la reelección, Marcelo Rebelo de Sousa, de centroderecha, con alrededor del 60% de los votos, lo que no ha desanimado a los restantes seis aspirantes a emprender clásicos eventos de campaña que han suscitado críticas. Desde la cena con 170 personas del candidato de ultraderecha, André Ventura, a mítines seguidos por grupos de periodistas que no pueden mantener la adecuada distancia. La gran duda es si podrá garantizarse a los votantes el domingo, una fecha en la que las autoridades han insistido que será seguro ir a los colegios electorales.

Desde que empezó la pandemia,Portugal suma 9.686 muertes y 595.149 contagios, de los cuales 151.226 están activos.