Crimen
El policía británico acusado de matar a Sarah Everard será juzgado en octubre
Wayne Couzens, de 48 años y padre de dos hijos, permanecerá en prisión provisional en el centro de alta seguridad de Belmarsh
El tribunal penal londinense de Old Bailey fijó hoy para el próximo 25 de octubre la fecha provisional del juicio a Wayne Couzens, el policía británico acusado de raptar y asesinar a la joven Sarah Everard cuando volvía a su casa en Londres el pasado 3 de marzo.
En una breve vista por internet, el juez Mark Lucraft ordenó que Couzens, de 48 años y padre de dos hijos, permanezca en prisión provisional en el centro de alta seguridad de Belmarsh hasta participar en una audiencia preliminar el 9 de julio.
El sospechoso asistió por videoconferencia desde Belmarsh a la sesión de este martes, cuando solo habló para confirmar su nombre y fecha de nacimiento, mientras que también la siguieron por internet algunos familiares de Everard, según fuentes judiciales.
El secuestro en plena calle y el asesinato de la joven de 33 años ha levantado una ola de indignación en el Reino Unido y ha obligado al Gobierno conservador a comprometerse a encontrar estrategias contra la inseguridad y la violencia machista.
Entre las primeras medidas anunciadas figuran más inversión para iluminar las calles y la presencia de agentes de paisano en locales nocturnos (actualmente cerrados por la pandemia), lo que ha sido considerado insuficiente por la oposición laborista y las organizaciones de mujeres.
Miles de personas se han manifestado en los últimos días en homenaje a Everard y en protesta por la violencia contra la mujer, mientras sigue la polémica en el Reino Unido por la dura represión policial de un acto de homenaje a la joven el pasado sábado en el barrio de Clapham, en el sur de Londres.
El primer ministro, Boris Johnson, ha expresado su apoyo a la comisaria jefa de la Policía Metropolitana de Londres, Cressida Dick, cuyos agentes serán investigados por la gestión del caso de Everard y una denuncia anterior contra Couzens por exhibicionismo en un McDonalds de Londres.
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