Desapariciones

El secuestro casi militar de una niña de 8 años que ha tenido en vilo a Francia

La madre de Mía, que no podía ver a su hija a solas, logró la ayuda de un grupo de personas para llevársela a Suiza

Mia y su madre Lola Montemaggi en una imagen difundida por la Policía
Mia y su madre Lola Montemaggi en una imagen difundida por la PolicíaLa Razón

Mia, de ocho años, fue secuestrada en una operación casi militar y muy bien orquestada. El martes dos hombres se presentaron en casa de su abuela, que tenía su custodia desde el pasado 11 de enero. Le presentaron una citación falsa para convencerla de que les entregara a la niña. Lo hizo, pero sospechó y llamó a los servicios sociales. Saltaron las alertas. Y la policía activó la búsqueda de la pequeña y la de su madre, Lola Montemaggi, de 28, que tenía prohibido ver a su hija a solas y de la que se sospechó desde el principio.

Ayer fue encontrada “en buen estado de salud” en Suiza. Cuatro de sus raptores han sido detenidos. El quinto, conocido en las redes sociales como “Jeannot” y que los había llevado hasta allí pero no participó en el secuestro real, fue puesto bajo supervisión judicial. Mia y su madre fueron interceptadas por los investigadores a las 10:45 a.m. en una propiedad okupada, una fábrica abandonada en la comuna de Sainte-Croix, ubicada en el cantón de Vaud, según el fiscal de Nancy, François Pérain.

Operación Lima

Mia fue secuestrada sin violencia el martes por tres hombres mientras se encontraba con su abuela materna en Poulières, una aldea de los Vosgos a unos 30 kilómetros de Epinal, Francia. Según el fiscal, los autores del secuestro lo tenían “muy bien preparado”, como una “operación militar”, llegando a ponerle un nombre en clave: “Operación Lima”. Uno de ellos, apodado “Bouga” en redes sociales y que contactó por internet con Lola Montemaggi, había movilizado un equipo para “ayudar” a la joven que no podía ver a su hija sola por una decisión judicial de enero. Había “comprado walkie-talkies y teléfonos móviles” y disponía de un “presupuesto de 3.000 euros para cubrir los gastos de funcionamiento, gasolina, peajes...” y aportar un poco de ahorros a la madre, según el fiscal. Los otros sospechosos, “desconocidos por los tribunales”, actuaban bajo los seudónimos Pitchoune, Le Corbeau, Bruno o Basile, este último todavía “en proceso de ser identificado” y buscado.

Los hombres detenidos parecían no tener nada en común: uno sin profesión, otro del mundo del espectáculo, un tercero, discapacitado viviendo con sus padres y el cuarto director técnico en una empresa luxemburguesa. Pero comparten ideas “en contra del Estado y lo que llaman la dictadura de la salud”. Para ellos, “los niños acogidos son separados injustamente de sus padres”, explicó el magistrado. Cuatro de ellos, de 23 a 60 años, fueron detenidos el miércoles y jueves en París, Seine-et-Marne, Seine-Saint-Denis y Meurthe-et-Moselle y el quinto, de 43 años, el viernes en el Doubs, informa La Libre Belgique.

Tres de ellos cruzaron a pie la frontera franco-suiza el martes, caminando durante dos horas con la madre y la niña, a la que se turnaron para llevar en brazos. Una vez cruzada la frontera, un hombre apodado Romeo se hizo cargo de Mia y su madre a bordo de un Porsche Cayenne para llevarlas a un hotel en Estavayer-le-Lac, en el cantón de Friburgo, donde pasaron una noche. El ciudadano francés que vive en Friburgo fue detenido el sábado por las autoridades suizas.

Después, madre e hija tomaron un taxi hasta Neuchâtel, donde una mujer, “simpatizante del movimiento”, los alojó la noche siguiente antes de llevarlos a Sainte-Croix, según el fiscal de Nancy. Ahora Mia volverá con su abuela.