Terrorismo

El asesino de la policía francesa había visualizado una grabación yihadista

El Estado Islámico difunde de forma constante películas en las que se observan asesinatos con cuchillo

Sudaderas que fueron incautadas por la Policía en las que aparece un estampado que recoge el asesinato mediante decapitación del cooperante inglés Alan Henning por parte del Estado Islámico
Sudaderas que fueron incautadas por la Policía en las que aparece un estampado que recoge el asesinato mediante decapitación del cooperante inglés Alan Henning por parte del Estado Islámicolarazon

El terrorista tunecino que asesinó ayer a una policía francesa en una población cercana a París habría contemplado un vídeo de carácter yihadista poco antes de perpetrar el crimen. Según informan diversos medios, las Fuerzas de Seguridad de Francia encontraron en su teléfono móvil material de este tipo, en el que se incita a los actores, “lobos”, solitarios a cometer atentados en Occidente.

El “cibercalifato” del Estado Islámico (Daesh, Isis) difunde de forma constante publicaciones, películas y mensajes para animar a sus simpatizantes a que pasen a la acción.

Los asesinatos con cuchillo son una constante de dichas grabaciones con lo que ello conlleva de llamamiento a realizar acciones similares, en las que el sufrimiento de la víctima se prolonga en el tiempo mientras se desangra. Es una forma de visualizar una venganza más atroz.

Dos de los últimos ataques yihadistas en Francia han sido perpetrados por ciudadanos tunecinos, como el cometido el año pasado en la basílica de Niza por Brahim Aoussaou, un individuo que se había colado como inmigrante ilegal por la isla italiana de Lampedusa.

Al igual que el asesino de ayer, prorrumpió en gritos de “Allah Akbar” (Alá es Grande), ya que, dentro de la fanatización a que son sometidos por los responsables de las bandas yihadistas, les hacen creer que es Dios el que les ordena que ataquen a los “cruzados infieles”. Su premio, les dicen, es el paraíso, algo que, obviamente, no se puede verificar ya que ninguno ha vuelto para confirmarlo.

Los agentes de las Fuerzas de Seguridad y los intereses de la Iglesia católica se han convertido en objetivos preferentes de estos terroristas dentro de occidente. La creciente efectividad de las unidades antiterroristas que luchan contra el yihadismo es algo que irrita a los cabecillas de los grupos criminales que no pueden mantener el discurso de que, salvo que ellos decidan suicidarse, nadie puede capturarlos o abatirlos, como ocurrió ayer.

El concepto que tienen los yihadistas del Islam como religión única que se debe imponer a nivel mundial hace que cualquier fiel de otra confesión se convierta en un objetivo a batir.

La producción de videos es constante por parte de Daesh y en ellos se da cuenta de las “victorias” que logran sus distintas “wilayas” (franquicias) que, una vez torturados los detenidos, los descerrajan un tiro en la nuca o les degüellan con un puñal para terminar depositando la cabeza sobre el cuerpo del fallecido.

Esta brutalidad, que espanta a cualquier persona normal, produce fascinación entre los conversos a la yihad y generan un fenómeno de imitación.

Todavía se reproduce en las páginas de Daesh la imagen del profesor Samuel Paty, decapitado el 16 de octubre de 2020 en la misma zona del atentado de ayer.