Tiroteo en EE UU
Una niña de doce años dispara a dos alumnos y al conserje de su escuela
La menor que ha sido identificada como Krista Turnblom Gneiting fue desarmada por una de las profesoras del centro
Estados Unidos registró ayer un tiroteo en una escuela de secundaria. A diferencia de masacres como la de institutos como Columbine (15 muertos) o Parkland (17 muertos) o escuela de primaria como Sandy Hook (26 muertos), en el tiroteo de Rigby, en Idaho, no hubo que lamentar víctimas mortales. Sí resultaron heridos dos estudiantes y un profesor. La sospechosa, que fue detenida, era una estudiante de sexto grado.
Una niña, de entre 11 y 12 años de edad, llevó un arma a su escuela secundaria de Idaho, disparó e hirió a dos estudiantes y a un conserje y luego fue desarmada por una profesora. Las tres víctimas recibieron disparos en las extremidades y no peligran sus vidas, dijeron las autoridades en una conferencia de prensa. El sheriff del condado de Jefferson, Steve Anderson, explicó que la niña sacó una pistola de su mochila y disparó varias veces dentro y fuera de la escuela secundaria en la pequeña ciudad de Rigby, a unos 145 kilómetros al suroeste del Parque Nacional Yellowstone.
Una profesora desarmó a la niña y la retuvo hasta que llegó la policía y la detuvo. Las autoridades dicen que están investigando el motivo del ataque y de dónde sacó el arma la niña. “No tenemos muchos detalles en este momento del ‘por qué’, eso se está investigando”, dijo Anderson. “Estamos siguiendo todas las pistas”. La niña es de la cercana ciudad de Idaho Falls, dijo Anderson.
Como suele ocurrir, no hay demasiada información respecto al motivo del tiroteo y, cuando llegue, si es que llega, palidece ante la evidencia de que hay demasiadas armas en demasiadas manos, con lo que las posibilidades de catástrofe son elevadas.
De hecho lo sucedido en Rigby, que pudo terminar en matanza, no alcanzará la categoría de anécdota frente a sus sucesos recientes como el tiroteo de Ohio, con tres muertos, y que sin embargo ni siquiera llegaba a la categoría de tiroteo masivo, y que según las webs que recopilan este tipo de incidentes, eran ya 162 en los primeros cuatro meses de 2021. Sin contar las decenas de muertos a manos de la Policía.
La peor pesadilla
En Rigby los estudiantes fueron inmediatamente trasladados a un lugar seguro. El superintendente de educación del distrito, Chad Martin, le dijo a la prensa que se trataba de «la peor pesadilla que puede enfrentar un sistema escolar».
De fondo, como siempre, resuena la impotencia de una Casa Blanca incapaz de conseguir los apoyos legislativos necesarios para afrontar una reforma de calado. En abril, con ocasión de otra matanza, esta vez en Boulder, Colorado, un cariacontecido Joe Biden prometió utilizar «todos los recursos a mi disposición como presidente para mantener al pueblo estadounidense a salvo de la violencia armada. Pero hay mucho más que el Congreso puede hacer para ayudar en ese esfuerzo, y pueden hacerlo ahora mismo. Los miembros del Congreso han ofrecido muchos pensamientos y oraciones, pero no han aprobado ni una sola nueva ley federal para reducir la violencia armada».
En Rigby el fiscal del condado de Jefferson, Mark Taylor, ha prometido que no bien disponga de toda la información pertinente su oficina presentará cargos, que pueden incluir intento de asesinato. Entre tanto, el maestro que detuvo a la tiradora, identificada por el New York Post y otros medios como Krista Turnblom Gneiting, describió en Facebook su conmoción por lo sucedido y aprovechó para agradecer por «la increíble efusión de amor que he recibido».
«Gracias», añadió, «¡No quiero dinero, solo agradezco el increíble apoyo de Rigby! ¡Amo tanto a mis estudiantes! ¡Por eso enseño! ¡Me alegran el corazón todos los días!».
Los dos estudiantes que recibieron disparos está en el hospital y uno de ellos podría necesitar cirugía, dijo el Dr. Michael Lemon, director médico de trauma del Eastern Idaho Regional Medical Center. Aún así, ambos estudiantes estaban en buenas condiciones y podrían ser dados de alta hoy mismo. Uno de los estudiantes tenía heridas en dos extremidades y podría haber recibido dos disparos.
“Es una bendición absoluta” que no se haya sido peor, dijo Lemon. El adulto fue tratado y dado de alta por una herida de bala que atravesó una extremidad, dijo el médico. Las escuelas están hoy cerradas en todo el distrito para darles a los estudiantes tiempo para estar con sus familias, y los consejeros estarán disponibles, dijo Martin.
La escuela tiene alrededor de 1,500 estudiantes de sexto a octavo grado. “Estoy orando por la vida y la seguridad de los involucrados en los trágicos eventos de hoy”, dijo el gobernador Brad Little en un comunicado. “Gracias a nuestras agencias de aplicación de la ley y líderes escolares por sus esfuerzos para responder al incidente”.
“Es real”
Lucy Long, una estudiante de sexto grado en la escuela secundaria Rigby, le dijo al periódico Post Register en Idaho Falls que su cerraron el aula después de que escucharan disparos, con las luces y los ordenadores apagados y los estudiantes alineados contra la pared. Lucy consoló a sus amigos y comenzó a grabar con su teléfono, para que la policía supiera lo que sucedía si entraba el tirador. El audio contenía principalmente susurros, con una frase audible: “Es real”, dijo un estudiante.
El fiscal del condado de Jefferson, Mark Taylor, dijo que las decisiones sobre los cargos penales no se tomarán hasta que se complete la investigación, pero que podrían incluir tres cargos de intento de asesinato. El ataque parece ser el segundo tiroteo en una escuela de Idaho. En 1999, un estudiante de una escuela secundaria en Notus disparó varias veces con una escopeta. Nadie fue alcanzado por los disparos, pero un alumno resultó herido por los escombros que rebotaron en el primer proyectil.
En 1989, un estudiante de Rigby Junior High sacó un arma, amenazó a un maestro y estudiantes y tomó como rehén a una niña de 14 años, según un informe de Deseret News. La policía rescató de manera segura a la rehén de una iglesia cercana aproximadamente una hora después y detuvo al adolescente. Nadie recibió un disparo en ese incidente.
Como dijo Biden en abril, los tiroteos, las noticias de muertos, las familias destrozadas, son ya una rutina. «Se ha vuelto demasiado normal y sucede todos los días en algún lugar de nuestra nación», dijo, para a continuación subrayar que «la violencia armada es una epidemia en Estados Unidos»
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