Conspiración palaciega

Condenados a 15 años de cárcel los dos promotores del golpe de Estado en Jordania

Sin noticias del príncipe Hamzah Bin Husein, líder de la conspiración palaciega de abril contra el rey Abdalá II

El Tribunal de Seguridad Estatal ha indicado que ambos acusados intentaron "desestabilizar" el país y ha resaltado que la Fiscalía ha demostrado que estuvieron implicados para causar "sedición". EFE
El Tribunal de Seguridad Estatal ha indicado que ambos acusados intentaron "desestabilizar" el país y ha resaltado que la Fiscalía ha demostrado que estuvieron implicados para causar "sedición". EFEMOHAMMAD ALIEFE

Un tribunal jordano ha condenado este lunes a 15 años de cárcel a los dos principales promotores de la supuesta tentativa golpista del pasado mes de abril contra la monarquía de Abdalá II. Se trata de Bassem Awadallah, ex ministro jordano de Finanzas y asesor del príncipe heredero saudí Mohammad Bin Salman, y Sharif Hasan Bin Zaid, primo lejano del actual monarca hachemí e importante líder tribal.

La corte que los ha juzgado les ha impuesto a ambos penas de 15 años de cárcel con trabajos forzados por sedición e incitación –delitos que podían haberles acarreado hasta 30 años de prisión- en el “esquema de la discordia” con el que trataron de desestabilizar al régimen. El juicio, que ha durado un mes, se ha celebrado a puerta cerrada en su casi totalidad y ha contado con apenas seis audiencias.

“Ambos acusados promovieron ideas contra el Estado y conjuntamente trataron de causar el caos y el conflicto en el seno del Estado y la sociedad”, asegura el dictamen judicial citado por la agencia estatal Petra. Asimismo Bin Zaid, se hacía eco la agencia informativa estatal, ha sido también condenado a un año más de prisión y a pagar una multa de 1.400 dólares por posesión y consumo de drogas.

Los dos sentenciados habían sido detenidos el pasado 3 de abril. Aquel día, el ex príncipe heredero y hermanastro del rey Abdalá II, Hamzah Bin Husein, acusaba de “corrupción, incompetencia y acoso a la disidencia” al régimen jordano en un vídeo remitido a la cadena británica BBC, convirtiéndose en el supuesto líder de la conspiración y centro de las miradas. Era el comienzo de una inédita trama palaciega en la tradicionalmente estable y prooccidental monarquía hachemí. Junto a Awadallah y Bin Zaid acabaron siendo detenidos dos decenas de individuos sospechosos de participar en la asonada contra el régimen.

Por ahora, los intentos de Arabia Saudí de lograr la puesta en libertad de Bassem Awadallah –que cuenta con ciudadanía jordana, estadounidense y saudí- han sido infructuosos, lo que evidencia que las relaciones entre Riad y Amán no atraviesan su mejor momento. Para las autoridades jordanas, el príncipe pretendía que el ex ministro de Finanzas aprovechara su estrecha relación con Mohamed Bin Salman para respaldar la tentativa del hermanastro del rey para desbancarlo.

Su condena se basa en conversaciones privadas interceptadas que supuestamente mantuvieron el ex ministro de talante e ideas reformistas y liberales y el príncipe Hamzah en internet. Su defensa acusa a las autoridades jordanas de haberlo amenazado y torturado para que confesara.

Entretanto, poco se conoce del paradero del príncipe Hamzah Bin Hussein, supuesto promotor de la asonada, salvo que en teoría se encuentra en arresto domiciliario desde entonces. La justicia jordana le acabó exonerando tras jurar fidelidad al rey Abdalá II el pasado 5 de abril. No se le ha visto desde entonces. Aunque la defensa había pedido su comparecencia como testigo en el juicio, el tribunal acabó rechazándolo.

Quien fuera príncipe heredero desde 1999, tras el fallecimiento del rey Husein, y hasta noviembre de 2004, cuando su hermanastro el rey Abdalá le priva del título para acabar otorgándoselo cinco años más tarde a su hijo, reivindica la figura, la voluntad y el legado de su padre. La importante popularidad de Hamzah –de 41 años y evidente parecido físico con su padre- deriva de sus buenas relaciones con los líderes tribales, uno de los pilares del régimen. Nunca como entonces la rivalidad entre Abdalá II y Hamzah se había manifestado de manera tan explícita. “Seguiré fiel al legado de mis ancestros, transitando su camino, leal a su camino y a su mensaje y a Su Majestad”, afirmó en su última comparecencia pública.

La sentencia de este lunes aspira a cerrar una crisis que pone a prueba la estabilidad de la monarquía hachemí. El rey Abdalá II visitaba el pasado día 17 de junio al presidente estadounidense, Joe Biden, en Washington, convirtiéndose en el primer mandatario de Oriente Medio en ser recibido por el inquilino de la Casa Blanca. Un respaldo al monarca en un período de tribulaciones económicas acentuadas por la pandemia parece por el momento bajo control.