Brexit
Bruselas rechaza renegociar con Londres el protocolo sobre Irlanda del Norte
Reino Unido pidió previamente introducir “cambios significativos” al acuerdo, ya aprobado por el Parlamento británico, algo que la UE no ve con buenos ojos
Las respuesta de la Comisión Europea ha sido fulminante. El ejecutivo comunitario advirtió este miércoles a Londres que no renegociará el Protocolo sobre Irlanda del Norte incluido en el acuerdo de divorcio, poco después de que Londres lanzara el órdago por boca del ministro británico para el Brexit, David Frost. En una comparecencia ante la Cámara de los Lores, el representante británico planteó hoy “cambios significativos”.
“Continuaremos colaborando con el Reino Unido, también sobre las sugerencias hechas hoy. Estamos dispuestos a seguir buscando soluciones creativas, en el marco del Protocolo, en interés de todas las comunidades de Irlanda del Norte. Sin embargo, no aceptaremos una renegociación del Protocolo”, aseguró hoy el vicepresidente del Ejecutivo comunitario Maros Sefcovic.
Reino Unido alega que los controles de mercancías que los Veintisiete quieren imponer a las mercancías que entren en Irlanda del Norte desde Gran Bretaña son excesivos y pueden llevar al desabastecimiento en los bienes de primera necesidad de la provincia británica. Bruselas crees que esta es la única manera de preservar la integridad del mercado único ya que desde Irlanda del Norte estos bienes pueden viajar libremente por el territorio comunitario a través de la República de Irlanda que sigue formando parte del club europeo.
La salida de Reino Unido del bloque comunitario siempre ha supuesto un verdadero rompecabezas para la situación de Irlanda del Norte y se convirtió en el gran escollo para alcanzar el acuerdo de divorcio. Tras el portazo británico, la división entre las dos Irlandas que separa la provincia británica de la República de Irlanda se convierte en la única frontera terrestre -junto con Gibraltar- entre el Reino Unido y la UE y la que blinda la integridad del mercado común.
La negativa de Reino Unido a seguir formando parte de la unión aduanera ,tras consumar el divorcio, amenazaba con volver a levantar una frontera dura en el Ulster que pusiera en peligro los Acuerdos de Viernes Santo de 1998 que consiguieron la paz entre católicos y protestantes tras décadas de terrorismo por parte del IRA.
Para evitarlo, la UE y Reino Unido acordaron una imaginativa solución por la que que la provincia de Irlanda del Norte no forma parte desde el punto de vista formal de la unión aduanera europea, pero el territorio sí queda sujeto a una serie limitada de normas de la UE. Esto desplaza los controles fronterizos de mercancías a la frontera del mar de Irlanda. En todos estos meses desde que se consumó el divorcio el pasado día 31 de diciembre, Londres ha sido incapaz de poner en marcha estos controles que ahora considera desproporcionados. El pasado 30 de junio, las dos partes llegaron a una tregua de tres meses que daba más tiempo a Reino Unido a la hora de encontrar soluciones, un alto el fuego que parece haber quedado en papel mojado.
Como contrapartida, el representante británico propone un “marco de tratado normal similar a todos nuestro otros acuerdos internacionales” en el que Reino Unido asumiría parte de la “responsabilidad” a la hora de ayudar a la UE a proteger su mercado único.
Bruselas tan sólo está dispuesta a algunas concesiones menores, pero no a dinamitar el protocolo que tanto costó negociar. Hace un mes, la Comisión Europea anunció una de medidas para facilitar el flujo de bienes entre las dos partes que incluyen los medicamentos, los perros guía y los seguros para conductores de motos, aparte de seguir permitiendo durante estos tres meses las exportaciones de salchichas y otros embutidos refrigerados desde Gran Bretaña a Belfast.
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