Tragedia humanitaria
Los muertos por el seísmo en Haití superan los 1.300
Esfuerzos desesperados por encontrar más supervivientes antes de la llegada de la tormenta tropical Grace a la isla
Los haitianos, junto a los servicios de rescate, realizan esfuerzos desesperados por salvar el mayor número de vidas posible tras el terremoto de magnitud 7,2 en la escala Richter que ha provocado al menos 1300 fallecidos. Cientos de viviendas, hospitales, escuelas y hoteles se han convertido en escombros donde se lucha por sacar con vida a las personas atrapadas. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación informó de que no tiene constancia de que haya ciudadanos españoles entre los fallecidos. La Embajada española en la capital haitiana, Puerto Príncipe, tiene registrados a 133 españoles residentes en el país caribeño. Los servicios diplomáticos españoles se han puesto en contacto con todos aquellos que residen en las zonas más afectadas por el seísmo y «todos están bien».
Jérémie y Les Cayes son las localidades más dañadas por el temblor. Sus hospitales están colapsados, el personal de emergencias escasea, la maquinaria para mover los escombros es dramáticamente insuficiente, las manos sustituyen a las excavadoras en la mayoría de las construcciones destruidas y el paso de las horas recrudece la situación con el aumento de las cifras de muertos y heridos. El primer ministro interino, Ariel Henry, ha decretado el Estado de Emergencia durante un mes.
Llegada de ayuda internacional
La Cruz Roja ha activado un corredor humanitario desde la vecina República Dominicana, que comparte con Haití la isla La Española, para asistir a las zonas afectadas por el terremoto ocurrido a las 8:29 horas de la mañana del sábado hora local (14:29 hora peninsular española). La Federación Internacional de la Cruz Roja ha desplegado un paquete de ayuda no alimentaria como medicinas, ropa y productos de higiene para 4.500 personas.
La organización ha informado de que se está preparando más ayuda de emergencia desde Panamá y otras zonas del Caribe. Las ciudades de Jérémie y Les Cayes han visto cómo sus «puertos, puentes y carreteras han sufrido daños y se derrumbaron iglesias durante la celebración de las misas matinales». Cruz Roja ha advertido de que la situación tiene un gran riesgo de agravarse con la inminente llegada el lunes por la noche de la tormenta tropical Grace.
Además, los hospitales están colapsados. La Cruz Roja ha solicitado la instalación de albergues para atender a los heridos y cobijar a las personas que se han quedado sin hogar. El delegado en Puerto Príncipe de la Federación Internacional de Cruz Roja, Peter Finlay, ha advertido de las enormes dificultades a las que se están haciendo frente para hacer llegar la ayuda humanitaria: «La infraestructura vial, que comprende solamente dos carreteras principales, está bloqueada. Hay una red de caminos vecinales en muy mal estado. En esa zona no hay una gran cantidad de maquinaria de construcción. Por ende, las labores de rescate se están haciendo a mano. Los mismos vecinos, en conjunto con el personal de Cruz Roja y Protección Civil, están excavando con sus manos para rescatar a las personas que quedaron atrapadas. De hecho, los hospitales de la región, que no son muchos, han sido afectados en sus estructuras y han sobrepasado la capacidad de atención. Los rescatistas haitianos están muy bien entrenados. Los últimos años Cruz Roja ha hecho un trabajo muy grande de preparación y gestión de riesgos. Se activaron inmediatamente y se procedió a las labores de rescate».
El factor covid
Finlay lamenta que el control de muchas zonas de Haití por parte de los grupos armados de la delincuencia organizada complica muchísimo la llegada de ayuda a las ciudades y pueblos con enormes necesidades humanitarias: «Uno de los mayores retos es llegar a las poblaciones damnificadas. Haití está pasando una serie de crisis de seguridad, por el covid y política. La situación es crítica. Primero por el acceso. Ahora mismo solo tenemos entrada por aire. Por tierra solo llegamos a una de las ciudades destruidas. Encima de eso, tenemos la pandemia del covid. En Haití no se sabe a ciencia cierta qué cantidad de casos hay». Las autoridades haitianas cifran en 22.000 el número de contagios en el país más pobre de América.
La tormenta tropical Grace, cuya llegada está prevista a Haití el día de hoy por la noche, amenaza las tareas de salvamento debido a sus vientos sostenidos de 65 kilómetros por hora, su perímetro de 55 kilómetros desde el centro de la tormenta y el riesgo de inundaciones.
La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con Haití once años después del terremoto que dejó 300.000 fallecidos y despertó una inmensa ola de solidaridad. El secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó ayer estar apenado por la «trágica pérdida de vidas», y apuntó que la organización está lista para prestar ayuda.
«Naciones Unidas, junto con la comunidad humanitaria en Haití, está apoyando los esfuerzos del Gobierno de asistir a los afectados por el terremoto, y está lista para facilitar un mayor apoyo en la respuesta», indicaba un comunicado del portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, enviado en nombre de Guterres. El secretario general quiso además transmitir sus «profundas condolencias» tanto a los familiares de las víctimas como al gobierno de Haití.
El gobierno de la República Dominicana ha enviado helicópteros con 10.000 raciones de alimentos, medicamentos, material médico, gel y millones de mascarillas.
La reconstrucción del principal hospital del país más pobre de América sigue incompleta tras el seísmo de 2010 que dejó sin hogar a más de un millón y medio de haitianos.
La magnitud de la tragedia del terremoto de este sábado está todavía por determinar mientras las fuerzas se centran en rescatar a las personas atrapadas. En todo caso, el seísmo ya forma parte de los diez temblores más letales de los últimos 25 años en América Latina.
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