Vacunacion
Vínculos con el VIH o la disputa con el Kremlin: Las razones de la desconfianza en Sputnik V, la vacuna de Rusia
En un momento en el que el país atraviesa la peor crisis sanitaria de la pandemia, ha notificado más de 1.150 muertos y 40.000 contagios en las últimas 24 horas mientras la vacunación continúa estancada
Rusia ha notificado 40.096 contagios y 1.159 fallecidos en las últimas 24 horas, lo que eleva los totales a 8.392.697 y 235.057, respectivamente. El país ruso fue el primero en anunciar una vacuna contra el coronavirus, conocida como Sputnik V, en agosto de 2020. Parecía que podrían ser de los primeros en vencer la pandemia de covid-19, pero el relato ha sido diferente. Una tasa muy baja de vacunación y, por contra, unas cifras muy elevadas de desconfianza hacia la vacuna rusa han provocado una situación que no cesa.
Apenas la tercera parte de la población de Rusia está completamente inmunizada contra la enfermedad, un abanico similar al de sus vecinos de Europa del Este. Rumanía, Lituania, Bulgaria, Moldavia o Ucrania alcanzan tasas que no llegan ni al 30%. Por lo general, son países con un alto escepticismo y desconfianza en la vacunas, no solo contra el coronavirus sino contra otras enfermedades. Por ejemplo, los contagios y muertes por sarampión entre niños en la región han ido subiendo a lo largo de los últimos años.
En los últimos 30 días, Rusia ha contabilizado 799.000 contagios por covid y más de 7.500 muertes. Pero la indecisión a vacunarse en Rusia no parece que haga mejorar esos datos. Uno de los factores más determinantes es la desconfianza en el gobierno. Cuando Sputnik V fue aprobada en Rusia, apenas habían realizado ensayos a gran escala, y las autoridades médicas del país no aprobaban su uso. Eso llevó a la OMS a no aprobar su uso, considerándola de “poco segura”, y Estados Unidos y la Unión Europea tampoco la han aprobado.
En una encuesta del Levada Center, publicada por Reuters, se encontró que más del 60% de los rusos no quería la Sputnik V. Solo el 69% de los médicos y especialistas rusos creían que era segura y efectiva. Y el hecho de que los rusos no tengan otra opción de vacuna, puesto que las autoridades suspendieron la importación de vacunas extranjeras por dudas desde el Kremlin hacia Pfizer y AstraZeneca, hace que opten por no ponérsela. Muchos se trasladan a Serbia para ponerse la vacuna de Pfizer o cualquier otra aprobada por los especialistas, según Associated Press.
Por otro lado, la tecnología usada en el componente dos de la vacuna (adenovirus tipo 5) puede vincularse con estudios previos sobre vacunas fallidas contra el VIH. Tras un estudio, los resultados no fueron concluyentes para establecer el vínculo y algunos científicos piden analizar si el aumento de las infecciones por VIH fue causado por este componente. Esto ha hecho a países como Sudáfrica y Namibia suspender su uso hasta regular los riegos en poblaciones con altos índices de la enfermedad, pese a que la Sociedad Brasileña de Infectología (SBI) y la Asociación Médica Brasileña (AMB) emitieron un comunicado conjunto en el que aclaran que no existe conexión. De momento, Namibia continúa vacunando con la segunda dosis a las personas que recibieron la primera, pero Sudáfrica continúa con su revisión.
Pero el Fondo Ruso, en su defensa, ataca a las vacunas de ARN mensajero, “cuya seguridad a largo plazo no se ha estudiado en absoluto y cuya asociación con la inflamación y el VIH no se puede descartar”. “Más de 250 ensayos clínicos y 75 publicaciones internacionales en los últimos 30 años confirman la seguridad de las vacunas y medicamentos que son basado en vectores de adenovirus humanos, incluido Ad5″.
Cerca de 70 países, a contraposición de la vacuna rusa, utiliza esta vacuna, destacando su presencia en América Latina. Argentina, Bolivia, Honduras, Guatemala o Venezuela son algunas de las naciones utilizadas. Otras vacunas que también fue cuestionada por la comunidad internacional son las chinas de Sinopharm y Sinovac-CoronaVac, pero estas cuentan con la aprobación de la OMS.
Situación actual
La cifra de decesos supera así el anterior máximo, fijado el martes con 1.123 finados, mientras que la de casos supone que el país lleva más de dos semanas por encima de los 30.000 positivos, cifra que hasta entonces no había alcanzado.
La capital, Moscú, figura un día más como la ciudad con más casos y muertos, con 8.440 y 95, respectivamente, mientras que en San Petersburgo se han confirmado 3.186 positivos y 70 decesos, según ha recogido la agencia rusa de noticias Sputnik. Moscú entró hoy en cuarentena con el cierre de los servicios no esenciales hasta el 7 de noviembre, entre máximos históricos de muertos y contagios por coronavirus en todo el país.
En las últimas 24 horas en Moscú murieron 95 personas, mientras los contagios de coronavirus ascendieron a 8.440. Ante la situación de alerta sanitaria y las bajas tasas de vacunación, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó vacaciones retribuidas a los rusos del 30 de octubre al 7 de noviembre.
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