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Historia

Cuando Chile entró en guerra con España y provocó la independencia de Cuba

Entre ambos territorios hay alrededor de 6.000 kilómetros, pero a mediados del siglo XIX estuvieron tan unidos que la influencia chilena fue determinante para que la isla se independizara de la Corona española

La guerra hispano-sudamericana enfrentó a España contra Bolivia, Ecuador, Perú y Chile, y este último utilizó a Cuba para desestabilizar a la Corona española La Razón

Entre Chile y Cuba hay alrededor de 6.000 kilómetros. Dos países con historias diferentes y que lograron independizarse en momentos distintos del siglo XIX. Mientras Chile, tras una fatídica Guerra de la Independencia desde 1810 logró su autonomía en 1818, Cuba no lo hizo hasta la crisis del desastre de 1898, junto a Puerto Rico y Filipinas. En todos los libros de Historia aparece que la Guerra de Independencia Cubana enfrentó a España con Estados Unidos y cayeron derrotados los españoles, pero pocos saber que Chile tuvo un papel determinante para que la isla consiguiera dejar de estar anexionada a la Corona española.

La guerra hispano-sudamericana, conocida en España como la guerra del Pacífico, enfrentó a España con una alianza de algunos países de América del Sur, formada por Bolivia, Ecuador, Perú y Chile. Aunque los dos primeros no participaron militarmente, si aplaudieron los golpes de chilenos y peruanos y los apoyaron. Una breve contienda que duró apenas unos años a mediados del siglo XIX y tuvo a los chilenos como principal rival de la Corona. El miedo a una posible Reconquista de los territorios y la negativa de estos países de abastecer a los buques españoles que viajaban al continente a por algunos suministros como carbón.

Perú, que se había independizado unos años después que Chile, fue quien detonó el conflicto tras una reyerta entre civiles por las islas Chincha (ocupadas por España en 1864), pero los chilenos fueron los primeros en declararle la guerra a España en 1865 (Perú no declaró formalmente la guerra hasta 1866, con la llegada al poder del dictador Mariano Ignacio Prado). Chilenos y peruanos combatieron firmaron el Tratado de Alianza Defensiva y Ofensiva en Lima en diciembre de 1865, lo que les hizo ir juntos contra la Corona española. El conflicto dejó alrededor de 600 muertos.

El gobierno chileno mandó a Benjamín Vicuña Mackenna, uno de sus diplomáticos más importantes a una misión confidencial a Estados Unidos para desestabilizar a España e incentivar un levantamiento armado en Cuba, una isla que llevaba décadas pidiendo reformas políticas, sociales y económicas que fueron constantemente desestimadas desde Madrid. Mientras que los españoles no le daban importancia, lo cierto es que ambos países prepararon el golpe que acabó con el final que todos sabemos.

“Desde Estados Unidos, Mackenna entró en contacto con exiliados independentistas cubanos y apoyó la creación de la Junta Republicana de Cuba y Puerto Rico para promover la independencia de ambas islas”, dice el historiador Zanetti a BBC Mundo.

Un medio de comunicación y un ejército

La Voz de América fue un periódico creado tras el viaje de Mackenna a Estados Unidos. Un medio que sería una de las principales armas para incentivar la lucha armada en Cuba. Su primer número, publicado el 21 de diciembre de 1865, tenía como objetivo “luchar por la unión americana, independizar Cuba y Puerto Rico y defender los intereses de Chile y Perú”, tal y como se menciona en la web del Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna en Chile. De los 2.000 ejemplares impresos, más de la mitad se enviaban a Cuba, una pequeña parte se quedaba en Chile y el resto se enviaban a las legaciones hispanoamericanas asentadas en Washington.

Otra de las tácticas de Mackenna era crear una empresa armada y organizar un ejército independentista. Asentado en Estados Unidos, solicitó fondos al gobierno de Chile, con la idea de que estos partieran desde El Callao, en Perú, cruzaran Panamá y desembarcaran en Santiago de Cuba. En este caso, no se le concretaron.

Esto hizo que su misión acabara a los diez meses de iniciarse. Un tiempo más efímero que el esperado, pero suficiente para despertar la conciencia entre los cubanos. Estados Unidos, que había desautorizado la expedición, se olvidó “parcialmente” de la idea de Mackenna; la guerra hispano-sudamericana acabó tras firmarse un tratado de paz, pero el proceso independentista cubano continúo, y el 10 de octubre de 1868, la isla se alzó en armas contra España.

Reflejo de la relación entre ambas en su bandera

Aquí, Carlos Manuel de Céspedes, abogado de profesión, fue el jefe regional de los conspiradores en la zona de la actual provincia de Granma y quien comenzó “la lucha por la libertad de Cuba”. “Chile fue uno de los países latinoamericanos que reconoció la beligerancia de los patriotas cubanos contra España. Por ello, Carlos Manuel de Céspedes envió una carta al presidente de Chile, José Joaquín Pérez Mascayano, agradeciéndole por el reconocimiento y el apoyo dado a la causa de Cuba”, explica Guerra a BBC.

La bandera tomada por Cuba durante su proceso de independencia por Carlos Manuel de Céspedes, en honor a la influencia chilenaLa Razón

En este sentido, la bandera tomada por Cuba era prácticamente igual que la de Chile. Mientras que la bandera chile está dividida en blanco (borde superior) y rojo (borde inferior) y con un cuadrado en el lado superior-izquierdo de color azul y, dentro de este, una estrella blanca, la de Cuba se asemejaba con la única diferencia de que los colores rojo y azul quedarían invertidos. Aunque esta se acabaría cambiando por la que actualmente conocemos hoy en día.

Bandera de ChileLa Razón

La causa de Céspedes se extendió hasta 1878, y los dos bandos firmaron una paz provisional que duró hasta 1895, cuando el tercero en discordia, Estados Unidos, vio su momento, sobre todo junto al apoyo de José Marí y los veteranos Antonio Maceo y Maximiliano Gómez, que se levantaron, de nuevo, contra España. Varios jóvenes chilenos se incorporaron a la contienda contra España pese a que el país, formalmente, había dejado de apoyar la causa.

Pero Cuba no olvida que ese país, a más de 6.000 kilómetros de distancia, y sobre todo que ese intelectual que salió del lugar y un día estuvo en Estados Unidos, fueron determinantes para su independencia. Así, hoy en día destacan “sentimientos de solidaridad, internacionalidad y fraternidad de la influencia chilena” que en la historia reciente han dado continuidad al “proceso emancipatorio que engloba a toda nuestra América en lograr la verdadera y definitiva independencia”, según la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores cubano.

A día de hoy, el sureño país sigue solidarizándose con la isla, más recientemente, con las protestas de Cuba por “libertad y acabar con la represión del régimen del castrismo” y donde chilenos y chilenas han salido también a sus calles en empatía hacia ellos.

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