Entrevista

Jolita Butkeviciene: “La influencia de China en América Latina es de vital importancia para la Unión Europea”

La directora de las relaciones con América Latina y el Caribe de la Comisión Europea atiende a LA RAZÓN para explicar la cooperación entre ambos lados del Atlántico

jolita
jolitafotoLa Razón

La Oficina del Parlamento Europeo en España junto con la Fundación Euroamérica organizaron este jueves un seminario sobre el contexto actual y perspectivas de futuro del escenario Unión Europea-América Latina. Muchas personalidades importantes acudieron, tanto presencial como de forma online, a este congreso. Una de estas asistentes fue Jolita Butkeviciene, directora de las relaciones con América Latina y el Caribe de la Comisión Europea. La lituana atendió a LA RAZÓN en una entrevista en la que explicó varios puntos importantes de la cooperación entre ambos lados del Atlántico, destacando las sanciones a los regímenes de Cuba, Venezuela o Nicaragua.

Jolita Butkeviciene se incorporó en 2007 a la Comisión Europea, después de trabajar durante trece años en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en el área de negociaciones de asuntos comerciales y desarrollo de servicios. Procedente de Lituana, está formada en el campo de la Economía cuantitativa y el Derecho, y en el de negociaciones de comercio internacional, han marcado su carrera profesional, que comenzó en la capital lituana, Vilnius, y continúo en la Universidad de Binghamton, Nueva York (Estados Unidos).

El curso arranca mañana, ¿Ha tenido la política de sanciones de la Unión Europea resultados positivos con respecto a Venezuela y Cuba?

Creo que han sido muy buenos. Todavía es pronto, porque ya veremos la resolución que tomamos. Queremos buscar un pacto donde podamos sentarnos para hablar de los valores, los procesos que debemos respetar. Parece positivo, pero no estamos en la situación de normalidad.

¿Está la UE considerando la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Nicaragua y Venezuela tras los últimos comicios?

No es algo simple. La Unión Europea se representa con tres presidentes, y no es como un país, donde las sanciones podrían darse de un día para otro. Requiere un proceso largo. Tenemos la visita de misión de observadores a Venezuela, hay que ver qué pasa con el resto de los Estados miembros y si están por la labor de implementar más sanciones. Nosotros representamos a la parte que trata de lidiar con los países de América Latina. No podemos tener contactos directos con los diferentes gobiernos, sino buscar otros actores para crear espacios democráticos donde puedan tomar decisiones ellos mismos. En cierto sentido, nosotros somos como un espejo. Por ejemplo, estamos preparados para trabajar con otros Estados miembros de la Unión Europea para hablar respecto a Nicaragua para poder apoyar a su sociedad civil.

¿Cuál es el papel y el peso que tiene España dentro de la Unión Europea en la dirección de la política hacia Cuba y Venezuela?

España es un miembro entre veintisiete, tiene su reconocimiento para estudiar este tipo de situaciones, pero este país, obviamente, no puede tomar decisiones solas. Hay que tener en cuenta a todos y cada uno de los diferentes estados miembros. Sí, tiene peso, reconocimiento y reputación, pero no mayor que el resto de la Unión Europea. Vamos todos por igual.

¿Está dispuesta la Unión Europea dispuesta a prorrogar la misión de observación electoral en Venezuela después de ser expulsados?

Yo creo que por el momento no hay que hablar de si estaríamos dispuestos a volver a mandar otra misión de exploración en unas elecciones venezolanas. Por ahora, toca analizar la anterior, de hace unas semanas, y ver qué conclusiones podemos sacar. Si las condiciones necesarias se cumplen, no hay ningún impedimento para no volver a mandarlas. Tomar una decisión ahora mismo sería un poco contraproducente, porque luego, después de una investigación sobre las últimas elecciones, podría cambiar una opinión.

¿Cómo pueden mejorar las relaciones entre Europa y América Latina?

Hay niveles muy diferentes, y tenemos que destacar el ámbito político, social y económico. Podemos crear una agenda común compartida sobre varios temas prioritarios, como una alianza digital, para el cambio climático o protección de derechos humanos y democracias. También reforzar comercio entre ambas partes. Si todo eso se consigue, se logrará una nueva y fructífera etapa de relaciones entre la Unión Europea y América Latina.

Por otro lado, ¿Qué espera Europa de América Latina de cara al futuro?

Toda la parte de interés en América Latina también tiene relación con la Unión Europea. Por ejemplo, está la influencia de China, que importa mucho a Europa y todo lo que haga el régimen chino en América Latina es de interés europeo.

El próximo domingo tendrá lugar la segunda vuelta de las elecciones en Chile. Dos candidatos con dos modelos muy diferentes. ¿Tiene la UE alguna preferencia?

En cuanto al interés por un candidato u otro, la Unión Europea se desmarca y no tiene preferencia. Chile es un país democrático e importante para la Unión Europea. Valoramos en Chile este proceso democrático que ocurre, un acontecimiento propio con el que los chilenos tienen muchas expectativas. Cualquier gobierno que acabe llegando al poder va a estar obligado a extender sus manos al exterior, más allá del discurso que tenga. Europa da su compromiso con lo que ocurra en Chile y sus muestras de madurez y progresión, y está preparada para apoyar cualquier proceso democrático sin prejuicio de los resultados.

Por último, ¿Cuáles son los mayores retos de la Unión Europea con América Latina?

Hay varios retos. Queremos tener una cumbre entre los presidentes de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, y en persona. Hemos tenido una pequeña cumbre a distancia, pero no presencial, y eso lo queremos hacer porque no es lo mismo ni funciona igual. Por otra parte, nos interesa lanzar nuevas acciones para que se materialicen nuestra visión de mercado digital donde se mostrarán nuestros lazos en educación, en salud, en I+D, en infraestructuras… También lanzar nuestros “bonos verdes” y promover nuestro crecimiento sostenible. Y por último, pero quizás más importante, la creación de un espacio común para luchar contra la pandemia de covid-19, es decir, compartir los conocimientos de ambos continentes para hacer frente a la enfermedad. En verdad, son muchos objetivos los que tenemos, estos solo son ejemplos.