Estrategia

El fiasco de las agencias de inteligencia en la guerra de Ucrania

EEUU y Reino Unido pronosticaron que la invasión rusa duraría unos días. En Afganistán dijeron que el Ejército aguantaría seis meses, pero cayó ante los talibanes en unas horas

Soldados ucranianos a las afueras de Kiev
Soldados ucranianos a las afueras de KievVadim GhirdaAgencia AP

Las agencias de inteligencia de países como Estados Unidos, Reino Unido y Francia no han estado especialmente acertadas en sus análisis sobre el desarrollo de la guerra en Ucrania. Es verdad que en esta ocasión la CIA y otros servicios de espionaje estadounidenses anticiparon con más o menos exactitud la inminencia de una invasión rusa, incluso cuando muchos analistas internacionales lo negaban. Pero a partir de ahí las cosas no siempre han salido tal y como estaba previsto.

Para empezar, la guerra ha entrado ya en su sexta semana cuando desde un primer momento se apuntó que la invasión sería una operación rápida y contundente por parte de las tropas de Kremlin. Algunos medios como The New York Times han puesto de relieve el hecho de que la inteligencia nacional pensó que la resistencia del ejército y el gobierno afganos duraría al menos seis meses ante la embestida talibán después de la retirada de las tropas norteamericanas, si bien la realidad demostró que esa estructura de seguridad era castillo de naipes que se vino abajo en apenas unos días. Al contrario, se vaticinó que las tropas ucranianas no aguantarían semanas, tan siquiera días. Y de momento la guerra parece que se extenderá como mínimo varias semanas.

Lo sucedido con este conflicto revela cuán difícil es anticipar los acontecimientos en una guerra. Hay muchos factores en juego que no siempre son bien ponderados. En el caso de Ucrania la resistencia de los soldados locales ha sorprendido a la comunidad internacional. No es baladí el hecho de que durante los últimos años las Fuerzas Armadas han recibido entrenamiento militar en EEUU y grandes cantidades de armas aprobadas por Washington por valor de más de 3.000 millones de dólares. En el Congreso de EEUU muchos congresistas afirman ahora que de haber conocido el coraje y la capacidad militar demostrados por las tropas ucranianas, Washington habría enviado más armamento antes de la guerra. De hecho, en las últimas semanas el presidente Joe Biden ha anunciado nuevas ayudas para que el gobierno de Kiev compre más drones, lanzacohetes y misiles.

Pero la comunidad de inteligencia que ha salido peor parada en el conflicto de Ucrania ha sido la francesa, hasta el punto de que el jefe de los servicios de inteligencia militar, el general Éric Vidaud, se ha visto obligado a abandonar su puesto, en el que llevaba solo siete meses, por no haber sabido prever la invasión rusa de Ucrania. Para el presidente Emmanuel Macron, que ha jugado un papel de apaciguador sin éxito ante las veleidades bélicas de Vladimir Putin, ha supuesto un enorme golpe a la credibilidad de la diplomacia francesa.

Tampoco los servicios de inteligencia militar de Reino Unido, que hacen un seguimiento diario público de la marcha de la guerra, han sabido atisbar que las fuerzas ucranianas, más allá de defender sus posiciones y las principales ciudades, han sabido desplegar una estrategia que incluye el uso de tanques y aviones de combate para atacar posiciones rusas a las afueras de Kiev y otras ciudades de una manera que demuestra que su objetivo no es solo recuperar territorio, sino destruir las fuerzas rusas.

No solo se ha subestimado la capacidad defensiva de las fuerzas ucranianas. Lo peor, señalan diversos analistas, es que se ha exagerado la capacidad militar ofensiva de las tropas del Kremlin, como esta misma semana ha admitido el principal comandante de la OTAN y jefe del Comando Europeo de EEUU (EUCOM), el general Tod Wolters. Rusia es la segunda potencia militar del mundo, con más de miles de ojivas nucleares, pero en la invasión terrestre de Ucrania ha sufrido percances logísticos como pinchazos de sus vehículos, averías en tanques y carros blindados, falta de suministros y, por consiguiente, emboscadas en las que sus equipos militares se han visto sobrepasados.

También cuenta el factor humano y la capacidad de liderazgo del presidente Volodimyr Zelenski. Su carisma y arroja ha unido a los compatriotas y ha insuflado energía a una población que se ha volcado con sus soldados. Nada que ver con el presidente afgano Ashraf Ghani, quien huyó del país a las primeras de cambio dejando a una nación huérfana de ejemplo y modelo.

En lado contrario también ha habido errores de bulto. Se ha publicado que Putin ha sido engañado por asesores militares y que incluso alguno ha sido castigado con arresto domiciliario por ofrecer un análisis equivocado del transcurso de la guerra para ocultar la lentitud y las dificultades del ejército ruso. Los analistas lo achacan al exceso de confianza del Ministerio de Defensa. Para el Kremlin ha sido doloroso la pérdida de seis de sus generales en apenas un mes de combates, más que durante los años de la guerra contra Afganistán en los años ochenta.