Represión
Un escritor de ciencia ficción y el rabino de Moscú, las últimas víctimas de Putin
Dmitry Glukhovsky y Pinchas Goldschmidt no pueden regresar a Rusia tras haber criticado la guerra de Ucrania
La guerra de Ucrania está limitando cada vez más la libertad de expresión en Rusia. Sus ciudadanos no pueden hablar tan siquiera de guerra sino de “operación especial”. Todos aquellos que se manifiestan públicamente se enfrentan a denuncias y al exilio como única vía para esquivar penas de prisión. En las últimas horas dos importantes personajes de la vida pública rusa han sido puestos en el centro de la diana. Se trata del escritor de ciencia ficción Dmitry Glukhovsky y del gran rabino Pinchas Goldschmidt.
El novelista Glukhovsky se ha pronunciado en contra de la guerra y ha criticado a Vladimir Putin, al que acusa de ser el principal responsable de la invasión; por ello, el narrador ha sido acusado por un tribunal ruso, que ordenó este martes el arresto en ausencia del escritor, quien enfrenta hasta 10 años de prisión por criticar la campaña militar de Moscú en Ucrania. El Kremlin endureció su legislación en marzo con la aprobación de la ley de represión de “informaciones falsas” sobre el Ejército ruso, con el objetivo de hacer frente a una “guerra de información sin precedentes”.
Glukhovsky, de 42 años y autor de la novela postapocalíptica “Metro 2033″, podría estar en el extranjero, desde donde se ha defendido: “Me acusan de desacreditar a las Fuerzas Armadas rusas por una publicación en Instagram. Estoy listo para repetir todo lo que se dijo: ‘¡Detengan la guerra! ¡Admitan que esta es una guerra contra toda la nación y deténganla!”.
Probablemente nunca pudo imaginar Glukhvsky en ninguna de sus novelas un presente distópico como el que él mismo está viviendo tras ser incluido en una lista de personas buscadas por el Ministerio del Interior puso al autor de Metro 2033.
El novelista ha sido una de las últimas víctimas de la ola represora que se ha desatado en Rusia después del inicio de la invasión contra las voces disidentes, lo que ha llevado a miles de rusos a abandonar el país.
Entre ellos figura el rabino principal de Moscú, Pinchas Goldschmidt, quien viajó a Israel para atender a su padre convaleciente de una enfermedad. Recientemente ha revelado en una entrevista a The Times que le han aconsejado no regresar a Rusia tras su posición crítica contra la guerra. Goldshcmidt ha sido reelegido estos días rabino principal en la capital rusa por otro período de siete años a pesar de su exilio autoimpuesto.
El rabino se ha marchado de Rusia junto a su esposa ante las presiones de las autoridades para que apoyase públicamente la campaña militar rusa en Ucrania, anunció su nuera, la periodista Avital Chizhik-Goldschmidt, en Twitter.
Goldschmidt ha ejercido como principal rabino de la capital rusa durante las últimas tres décadas, es uno de los creadores del Congreso Hebreo de Rusia y miembro de su junta directiva. Además es presidente de la Comunidad Hebrea de Europa y del Bet Din de los países de la Comunidad de Estados Independientes y del Báltico.
Rusia tiene una comunidad judía de 500.000 personas.
El mejor periodista de investigación, perseguido
Otra figura de relevancia en la vida cultural del país también está bajo el radar de las autoridades rusas. Hablamos del periodista Andrei Soldatov, uno de los principales reporteros de investigación y reconocido experto en los servicios de seguridad del país, quien ha revelado en las últimas horas que se encuentra en la lista federal de personas buscadas.
Soldatov vive fuera de Rusia para evitar la presión a la que él y su entorno vienen sufriendo desde hace tiempo. Aún no conoce los cargos en su contra en un caso que se abrió el 17 de marzo, si bien en ningún momento recibió ninguna notificación oficial. Solo se enteró de esta situación cuando dos bancos con sede en Rusia le notificaran que sus cuentas estaban congeladas y, posteriormente, se encontró en la base de datos federal de personas buscadas, según ha revelado el periódico The Moscow times.
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