Revelación

Rodolfo Hernández, el millonario que quiere acabar con la corrupción en Colombia

Este empresario desconocido hasta hace poco es la baza de los votantes conservadores para alcanzar la presidencia colombiana

Rodolfo Hernández, de 77 años, puede convertirse en el presidente más extraño de Colombia de las últimas décadas. Este empresario de la construcción se ha hecho una estrella en Tik Tok gracias a sus mensajes irreverentes, con un sentido del humor chabacano y diciendo en todo momento lo que piensa «sin importar las consecuencias», en sus propias palabras. Fue la sorpresa de la primera vuelta el 29 de mayo, cuando quedó en segunda posición sin apenas apoyo de un partido detrás, pero con un ejército de voluntarios muy activos que se llaman a sí mismo «rodolfistas».

Considerado el Trump colombiano, Hernández se postula como un candidato populista que ha sido capaz de aunar el apoyo de los partidos de derechas colombianos. Su meteórico ascenso es un reflejo de la ola de la antipolítica que se ha extendido por América Latina. Su discurso se ha basado en una lucha sin cuartel contra la corrupción, sin muchas medidas concretas que propongan cómo combatirla o aborden temas económicos y sociales.

Hijo de una familia pudiente (sus padres poseían una fábrica de puros), Hernández arrancó su carrera en Bucaramanga, capital de Santander, donde se hizo millonario en el negocio de la construcción de viviendas sociales. «Si no hubiera sido por él no tendríamos casa», ha comentado una vecina de esta ciudad que se benefició de un piso para familias humildes.

Sus seguidores recuerdan que durante su gestión como alcalde eliminó el déficit del ayuntamiento, renegoció contratos para beneficiar a los contribuyentes y rompió el ciclo de favores políticos que habían convertido de Bucaramanga en una ciudad de corrupción. Sus detractores resaltan, sin embargo, que Hernández enfrenta cargos de corrupción y está acusado de presionar a sus subordinados para que una empresa ganara el contrato con el ayuntamiento.

El «ingeniero» o «el viejito», como le llaman cariñosamente sus seguidores, ha sabido conectar con millones de colombianos, especialmente en las regiones de la zona oriental del país y en el centro y sur. Muchos ven en Hernández al candidato ideal convertir Colombia en un país rico gobernado con los criterios de eficiencia y austeridad con los que gestionó sus prósperas empresas.

Su locuacidad le ha llevado a protagonizar numerosas polémicas, algunas con comentarios machistas sobre las mujeres venezolanas y una alabanza «al gran pensador» Adolf Hitler. También ha sufrido los golpes del terrorismo. Su padre fue secuestrado y posteriormente liberado tras el pago de un rescate. Su hija también fue secuestrada, pero nunca se logró su liberación y a día de hoy sigue desaparecida.