Lula Da Silva

La violencia agita el duelo entre Bolsonaro y Lula

El asesinato de un militante del PT al grito de “somos de Bolsonaro” multiplica el miedo a más crímenes de odio a menos de tres meses de las elecciones

El presidente de Brasil Jair Bolsonaro
El presidente de Brasil Jair BolsonaroEraldo PeresAgencia AP

“Nunca mencioné la violencia de campaña. Sin embargo, Brasil ha cambiado. Están tratando de convertir las campañas electorales en una guerra”. El expresidente de Brasil y favorito en las encuestas de cara a las elecciones del 2 de octubre,Lula da Silva,alertó esta semana del aumento de la violencia política tras el asesinato del dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) en la ciudad Foz de Iguaçu, Marcelo Arruda, el pasado sábado a manos de un simpatizante del presidente brasileño al grito de aquí somos Bolsonaro”.

Tras el impacto en una valla de artefacto explosivo de corto alcance lleno de excrementos, Lula subía con chaleco antibalas al martes al escenario de la plaza Cinelandia en Río de Janeiro para pedir a sus seguidores no caer “en las incitaciones” a la violencia de Bolsonaro. El asesinato ha agitado el miedo a más crímenes de odio a menos de tres meses de los comicios.

Tras una discusión, el agente penitenciario José da Rocha Guaranho volvió a la fiesta del 50 cumpleaños de Arruda, decorada con una foto de Lula y el logo del PT. Guaranho disparó dos veces a Arruda, quién respondió con tres disparos. Pese a que la policía había informado de la muerte de Guaranho, corrigió señalando que se encuentra “en estado grave” custodiado en un hospital. La investigación ha corroborado que Arruda y Guaranho no se conocían antes de la disputa verbal previa al asesinato. El profesor de Ciencia Política de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Fabricio Pereira, subraya en LA RAZÓN que “la expectativa es que sea la campaña más violenta en la historia de Brasil”: “Es muy probable que haya más asesinatos políticos”.

Lula y Bolsonaro han reforzado su seguridad en los actos públicos que están organizando a lo largo del país. El Gabinete de Seguridad Institucional ha reforzado la seguridad del presidente brasileño, pero el número extra de efectivos no ha sido relevado. Tras ser apuñalado gravemente en plena campaña de 2018, Bolsonaro se da baños de multitudes usando también chaleco antibalas. Lula sumó 27 policías a los ocho que le protegían en la céntrica plaza de Río de Janeiro. “La plaza no era de libre acceso, nunca vimos eso. Había detectores de metales para entrar”, explicó un fotógrafo de AFP. Lula ha contratado guardaespaldas privados. “Ambos pueden ser blanco de extremistas. Es bueno ver que se toman su seguridad en serio”, apunta a AFP Silvio Cascione, director de Euroasia Group en Brasil.

Desde el lanzamiento oficial de su candidatura el 16 de agosto, Lula tendrá derecho a una parte de los 300 agentes federales que serán desplegados en un plan “inédito” para proteger a los candidatos. La oposición responsabiliza al “discurso de odio” de Bolsonaro del asesinato de Arruda y del aumento de la violencia política. Mientras Lula daba un mitin en Minas Gerais, un dron lanzó heces y orinas humanas. El juez federal Renato Borelli, quién envió a prisión en junio al exministro de Bolsonaro Milton Ribeiro, fue víctima de un ataque. Los agresores lanzaron al parabrisas de su coche heces de animales, huevos y tierra mientras conducía de casa al trabajo. Un proyectil de un arma de fuego perforó el miércoles pasado la ventana de la redacción del diario Folha de Sao Paulo. Ningún periodista resultó herido tras el fuerte estallido.

Ante las acusaciones de la oposición de ser responsable del asesinato de Arruda por su “discurso de odio”, Bolsonaro ha contestado: “Prescindimos de cualquier tipo de apoyo de quienes practican la violencia contras los opositores. A este tipo de personas les pido, por coherencia, que cambien de bando y apoyen a la izquierda, que tiene un historial innegable de episodios violentos”. Pese a que la mayoría de encuestas apuntan a una segunda vuelta, el candadito del PT obtiene un 51% de intención de voto en un sondeo del Instituto Quaest, mientras que Bolsonaro con el Partido Liberal acumula el 35% de apoyos. Ciro Gomes del Partido Democrático Laborista les sigue con solo un 6% de respaldado. Otras encuestas hablan de un 47% para Lula y un 28% para Bolsonaro.

Lula, liberado en noviembre de 2019 exonerado de sus cargos por corrupción tras 580 días en la cárcel, insta a quienes le apoyan de “dar una lección de moral”: “Nuestras armas son el amor y la sed de mejorar la vida del pueblo brasileño”. El exmandatario de 76 años promete “terminar con el hambre” en un país donde 33 millones de personas sufren inseguridad alimentaria. Bolsonaro lucha contra su pérdida de popularidad mientras la inflación alcanza el 12% y el paro se mantuvo en el 11,1% en el primer trimestre del año.

La oposición acusa a Bolsonaro de “llamar a atentar contra la vida de Lula”

El presidente brasileño ha aprobado un aumento de las ayudas a los más pobres de 400 a 600 reales (110 euros) al mes y un subsidio al gas de cocina. Bolsonaro se ha visto obligado a aprobar en el parlamento el ‘Estado de emergencia’ ya que la ley electoral prohíbe aprobar este tipo de ayudas a menos de seis meses de las elecciones. “Es una muestra de su falta de respeto por las reglas democráticas y de su desesperación por revertir las encuestas”, apunta Pereira.

El jefe de la oposición en el Senado, Randolfe Rodrigues del partido ecologista Rede, aseguró que Bolsonaro “llama a atentar contra la vida de Lula”. Bolsonaro animó en un discurso a “ametrallar al PT”. Su hijo, Eduardo Bolsonaro, lideraba una manifestación por el derecho a llevar armas el mismo día que asesinaron a Arruda. Los expertos en seguridad alertan de que los ciudadanos registrados para tener armas en Brasil han aumentado un 474% bajo el mandato de Bolsonaro.

“Bolsonaro busca generar violencia y miedo para desmovilizar a la izquierda o aplazar las elecciones, pero no creo que intente que asesinen a Lula”, sostiene Pereira. El académico remarca desde Río de Janeiro: “La gente tiene miedo de hacer campaña en la calle y a mostrar camisetas de Lula o el PT”. Bolsonaro ha alertado sin pruebas de un posible fraude electoral en su contra. Ante el fantasma de un asalto al parlamento como lo sucedido en el Capitolio de EEUU en la victoria de Biden, Pereira considera “preocupante el apoyo a Bolsonaro de amplios sectores de la policía y el ejército.